EL PAíS
En el primer debate, los cuatro presentes le pegaron al ausente
Los primeros candidatos a diputados de los principales partidos en la provincia de Buenos Aires participaron anoche en un debate televisivo. Faltó Balestrini, del Frente para la Victoria.
› Por Martín Piqué
Los candidatos, que eran cuatro, fueron presentados como cinco. “Los cinco que encabezan las encuestas”, anunció uno de los conductores cuando comenzaba el programa. La confusión se despejó en un segundo. El candidato del Frente para la Victoria, Alberto Balestrini, había decidido no asistir. Los moderadores lo repitieron en la apertura de cada bloque. Balestrini se excusó porque tenía que inaugurar una comisaría de la mujer en La Matanza. Los otros cuatro –Pedro Azcoiti (UCR), Carlos Raimundi (ARI), Pablo Tonelli (PRO) y Jorge Villaverde (PJ)– se lamentaron porque el primer debate de la campaña no incluiría al oficialismo. Igualmente, la discusión tuvo cruces personales, chicanas producto de un pasado político común (tres de los cuatro contendientes eran de extracción radical) y denuncias sobre el Fondo del Conurbano y el Banco Provincia, que apuntaban a Eduardo Duhalde pero involucraban a los 18 años de gestión peronista.
El debate se grabó ayer a la tarde y fue presenciado por unos treinta asesores y colaboradores de campaña. Tras criticar a Balestrini, los dos conductores de A Dos Voces explicaron la dinámica de la discusión. Los candidatos esperaban en silencio, obedientes a las consignas, cada uno protegido por una tarima de madera en la que ocultaban una botellita de agua. La ubicación había sorteada para asegurar la imparcialidad. Azcoiti, un legislador provincial procedente de Necochea, a la extrema izquierda; luego Raimundi, otro ex radical; Tonelli, que supo llevar la boina blanca, y Villaverde, único exponente del amplio arco del peronismo.
Detrás de cámaras, entre los asesores estaba el diputado del ARI Eduardo Macaluse. Fue el único dirigente que presenció el debate. En cada corte le daba consejos a Raimundi, quien mostró manejo de los recursos televisivos: hablaba mirando a cámara, estaba atento a cuál de las dos cámaras estaba al aire, mostraba fotos e interpelaba al espectador llamándolo “usted”.
Los demás no mostraron la misma facilidad en ese aspecto. Los tres candidatos con perfil radical coincidieron en varios argumentos. Así sucedió cuando hicieron un balance de las administraciones del PJ. Villaverde se esforzó por nacionalizar la discusión: “La provincia no es una isla”, fue una de sus muletillas. La usaba para recordar la gestión de De la Rúa. En lo que todos estuvieron de acuerdo fue en cuestionar con duros términos la gestión de Felipe Solá.
“Hace dieciocho años que nuestra provincia la gobierna el peronismo. Cafiero, Duhalde, Ruckauf, Solá, distintas caras, la misma decadencia. 1800 millones de dólares nos costó el Banco Provincia. Nosotros tuvimos la fuerza de llevar a Eduardo Duhalde a la Justicia”, se jactó Azcoiti. “Y esa causa duerme el sueño de los justos.”
Raimundi retomó el caso citando nombres propios. “Gualtieri, Karina Rabollini, Showcenter, el PJ tucumano. Es un manejo delincuencial de los fondos, les dieron 103 millones de préstamos y luego crearon un fondo fiduciario. Para ellos está perdonada la deuda”, cargó. “Cuando terminó la gestión de Duhalde, el Banco Provincia tenía un superávit de 820 millones de pesos”, contestó Villaverde. Ex intendente de Almirante Brown, el duhaldista defendió a Duhalde cada vez que pudo. Y no se privó de contraatacar a sus rivales. Recordó el ajuste a Educación y Salud que Ricardo López Murphy intentó hacer en 2001.
El debate se organizó en torno de la gestión de Solá, lo económico-social y la seguridad. En esta última materia, Raimundi citó a Gustavo Beliz y Marcelo Saín para denunciar “la vieja trama mafiosa de poder político, policía, justicia y delincuencia”. Tonelli, para no ser menos, recordó los crímenes de Adolfo Erro, un funcionario de la gobernación, y el comisario de la Bonaerense, Oscar Beauvais. Los dos tenían grandes fortunas que, según Tonelli, son difíciles de explicar.
A pesar de los cruces y las argumentaciones, el momento más festejado se produjo con un contrapunto entre ex correligionarios: “Haberme ido del radicalismo fue una de las cosas más acertadas que he hecho en mi vida”, le contestó Raimundi a Azcoiti, que había recordado su paso por la UCR. Fue el único instante en que se escucharon risas.
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