EL PAíS
Borocotó declaró en el juzgado de Servini que sigue siendo PRO
El médico se presentó el viernes ante la Justicia electoral y aseguró que aún pertenece al partido de Mauricio Macri. Es en la causa en la que buscan que no asuma su banca de diputado.
› Por Raúl Kollmann
Eduardo Lorenzo Borocotó se destapó con una sorpresa. El viernes a la tarde se presentó ante la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría y sostuvo en un escrito que nunca se fue de Propuesta Republicana (PRO) y que se reunió con el presidente Néstor Kirchner y con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, como integrante del partido de Mauricio Macri. La movida dejó estupefacta a la jueza electoral que, además, recibió de Borocotó una transcripción de la conferencia de prensa realizada después de los encuentros en la Casa Rosada y en la que, según dice en su escrito, en ningún momento anunció su retiro de PRO. Como es obvio, tanto en la fuerza de Macri como en la Justicia se percibe que se trata de una maniobra para conservar la banca, aunque las mismas fuentes judiciales consideraban ya desde antes de la presentación del viernes que será muy difícil despojar al médico de su diputación.
A fin de la semana pasada, el fiscal electoral Jorge Di Lello se expidió sobre el caso Borocotó. Primero, le pidió al apoderado de PRO que le aportara documentación partidaria sobre la situación del médico, o sea un pronunciamiento de la conducción legal de la fuerza y no únicamente una presentación del apoderado. En segundo lugar, Di Lello le planteó a la jueza Servini de Cubría que debía darle traslado a Borocotó para que explique su postura. Por último, el fiscal consideró que como el médico aún no asumió, corresponde que la determinación final no la tome Servini sino la Junta Nacional Electoral, integrada por la magistrada y otros dos camaristas, Luis Otero y Delfina Borda.
Lo más impactante surgió el viernes, cuando el apoderado de Borocotó se presentó ante Servini con un escrito en el que manifiesta que nunca se fue de PRO y que su intención no es abandonar ese partido. Dice también en su presentación que fue a la Casa Rosada como integrante de PRO, preocupado por cuestiones relacionadas con la salud de los argentinos.
“Después de una charla de más de una hora con el Presidente, mi decisión es que sumo a las ideas del Gobierno. Voy a participar de todas las guías del Gobierno y el Presidente aceptó mi colaboración desde el espacio donde yo pueda hacer cosas”, son las frases que figuran en la transcripción que Borocotó le entregó a Servini. Por supuesto que en aquella conferencia de prensa, el jefe de Gabinete anunció el pase de Borocotó al oficialismo y, además, el médico no hizo la aclaración que ahora hace en los doce días que transcurrieron desde aquella visita. Todo indica que Borocotó realizó el viernes una jugada política para bloquear las presentaciones judiciales que reclaman que no asuma como diputado.
En Tribunales igualmente se dice que es muy difícil que prosperen los planteos hechos ante la Justicia para quitarle la banca y que incluso su presentación del viernes no pone ni agrega nada. Referentes de la Justicia electoral sostienen que la Constitución relaciona las bancas en el Senado con los partidos, pero no así con los diputados, que se considera representan a los ciudadanos, no a los partidos. El papel de la fuerza política es inscribir la lista y si un partido se equivoca en la conformación de la lista incluyendo allí un legislador que luego decide pegar el salto, no se le puede quitar la banca al elegido. Podría haber un argumento para impedir la asunción: la falta de idoneidad moral. Ese criterio se utilizó con Raúl Romero Feris, quien no pudo asumir. Pero la diferencia es que Romero Feris tenía dos causas en su contra, lo que no ocurre con Borocotó.
La otra instancia en la que puede bloquearse la asunción es en la Cámara de Diputados, donde existe una Comisión de Títulos y Honores que podría sostener que Borocotó carece de idoneidad moral. Ya lo hizo con el genocida Antonio Domingo Bussi, quien tuvo que ser reemplazado por su suplente. Habrá que tener en cuenta que el justicialismo tendrá mayoría en la Cámara y lo más probable es que impida que Borocotó sea reemplazado por otro hombre de Macri.
Más allá del enfoque que existe en Tribunales, ayer se presentó otra denuncia contra el médico. Una supuesta votante de PRO, Martha Alicia de la Fuente, acusa a Borocotó de estafa porque en su domicilio recibió durante la campaña electoral una carta titulada “Nuestros mayores merecen más respeto”, que llevaba la firma del médico. Tras el pase de Borocotó al oficialismo, la votante dice que se siente moral y materialmente estafada por lo que le reclama a la Justicia que no le permita asumir la banca. Además, en concepto de daño moral, le pide al médico 35.000 pesos que piensa donar a la cooperadora del Hospital Garrahan.
Otra causa contra Borocotó quedó ayer en manos del juez federal Rodolfo Canicoba Corral. Se trata de una acción penal promovida por el diputado electo del macrismo Esteban Bullrich, quien pidió que se investigue al médico por los delitos de percepción de dádivas, cohecho y negociaciones incompatibles con el desempeño de cargos públicos. En otras palabras, Bullrich sostiene que Borocotó se cambió de bando por las ventajas en cargos y en dinero que le habrían ofrecido desde el Gobierno.
Las mayores expectativas están en lo que decida la Justicia. Servini, por ejemplo, podría aceptar una medida cautelar para que Borocotó no asuma el 10 de diciembre, pero sólo sería una decisión provisoria mientras se resuelve el fondo de la cuestión. Ya ocurrió con la recordada disputa por la banca de senador entre Gustavo Beliz y el fallecido Alfredo Bravo.
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