EL PAíS
› QUIENES SON LOS OPERADORES K LLEGADOS DE SANTA CRUZ
Migración de pingüinos
De la mano del secretario de Legal y Técnica Zannini desembarca un grupo de dirigentes patagónicos cincelados a la vera del presidente Kirchner.
› Por Sergio Moreno
Las peleas internas en el Gobierno, la hipersensibilidad existente intramuros de la Casa Rosada, la inminencia de la designación de nuevos integrantes del gabinete, resaltan en estos días la aparición en tareas operativas de construcción política de un grupo de kirchneristas puros, recién migrados de Santa Cruz, que han desembarcado en las adyacencias del Gobierno de la mano del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Fue precisamente este influyente funcionario quien, a mediados de la semana que termina hoy, lanzó una línea interna –Compromiso K– que pretende erigirse como un ámbito de reflexión para cuadros técnicos, pero que a la vez será una fuerza política que impulsará la reelección del presidente Néstor Kirchner para el 2007. Tomados de su diestra, construyeron el escenario donde se expusieron estas ideas dos operadores que darán que hablar de ahora en más en la política nacional: el diputado provincial de Santa Cruz Henry Olaf Aaset y el empresario periodístico de aquella provincia Rudy Ulloa Igor, ambos cercanísimos a Kirchner. La migración pingüina ha comenzado.
Fuertes son las versiones en Palacio que indican que en la inminente reconfiguración del gabinete, la mayoría serán fieles de toda fidelidad a Kirchner. “Todos pingüinos”, ilustran los habitantes informados de la Casa Rosada. En pocos días más comprobaremos la certeza de estas aserciones. Pero, más allá de los personajes que se aposenten en las poltronas ministeriales, el desembarco pingüino comienza a ser una característica notable de este segundo bienio de gestión que le resta a la administración K.
Carlos Zannini es acaso el funcionario más cercano al Presidente. Cordobés, abogado, trasmigrado a Santa Cruz en 1984, a poco de la apertura democrática, estuvo preso durante la dictadura por su militancia política en filas de la izquierda. En 1985 se sumó a las huestes de Kirchner, con quien armaron un tándem que aún hoy sigue funcionando. Ex diputado provincial en Santa Cruz, ex titular de la Corte Suprema de Justicia de esa provincia, Zannini es mucho más que quien le “cuida la firma” al Presidente desde su función en la administración nacional.
Debido a su autoimpuesto bajo perfil, Zannini sorprendió con la organización del acto de lanzamiento de Compromiso K, al que cerró como orador estrella. Del evento, organizado estilo seminario con mesas de debate, participó casi todo el gabinete, incluso el jefe del mismo, Alberto Fernández, con quien Zannini suele chocar intereses intramuros del Gobierno. No fueron invitados, sin embargo, los ministros bonaerenses, Aníbal Fernández, de Interior, y José Pampuro, de Defensa y senador electo, aunque en las mesas hubieron otros bonaerenses como Carlos Kunkel, y el recién llegado con el beneplácito del Presidente, Florencio Randazzo, jefe de gabinete de Felipe Solá.
El foro que compartieron en dicha jornada Alberto Fernández, el titular de Planificación, Julio De Vido, Kunkel y Randazzo, tuvo un coordinador llegado del sur, nacido y criado en Puerto de Santa Cruz, que hasta ahora pocos conocían fuera de las fronteras de su terruño: Henry Olaf Aaset, que fue también uno de los organizadores centrales de la movida de Zannini.
Junto con Aaset, en la tarea de armado de este espacio trabajaron, y seguirán haciéndolo, el empresario de medios santacruceño Rudy Ulloa Igor, de estrechísima confianza de Kirchner y Damián Barijhoff, operador del secretario Legal y Técnico. Veamos quiénes son estos pingüinos migrantes.
El fiel secretario
Rudy Fernando Ulloa Igor nació el 1º de abril de 1960 en Puerto Natales, una aldea de pescadores en Chile. Con su madre, Omnia, su hermano y el marido de su madre, José Heriberto Sánchez, se instalaron, a mediados de los ’60, en un humilde barrio de casas de chapa de Río Gallegos, llamado El Carmen.
A fines de los ’70, cuando Kirchner regresó a su provincia natal, conoció a Ulloa Igor, que sobrevivía vendiendo periódicos, y lo contrató como cadete para su flamante estudio de abogado. Ahí nació una química que, quienes conocen a ambos y la relación que han generado, sostienen que el ahora Presidente lo trata como a su hermano menor.
En la apertura democrática, Ulloa Igor fue el encargado de alquilar el local donde funcionaría la unidad básica “Los muchachos peronistas”, en el humilde barrio El Carmen, sede de la línea interna que Kirchner había comenzado a armar con su mujer, Cristina Fernández, su hermana Alicia, su actual ex marido Armando Mercado y Daniel Varizat, entre otros. La agrupación se denominaba “Ateneo Juan Domingo Perón” y la UB era presidida por Carlos Zannini.
En la campaña por la intendencia de Río Gallegos en 1987, Ulloa Igor fue el encargado de la logística y la seguridad del candidato Kirchner. Ganada la elección con un frente armado entre peronistas, intransigentes y demócratas cristianos, el flamante intendente lo nombró secretario privado. Y en 1991, cuando Kirchner alcanzó la gobernación por primera vez, Ulloa Igor fue designado en la secretaría técnica, aunque llegó a manejar una parte central de la agenda del gobernador.
En 1995, Kirchner fue reelegido. En 1997, se inauguró la FM comunitaria Estación del Carmen, que dos años después se transformó en una SRL, entre cuyos accionistas estaba Ulloa Igor. En 1998, Rudy había lanzado un semanario, El Comunitario, que cerró en 2001 para abrir otro, de distribución gratuita, llamado El Periódico. También posee la señal de cable del Canal 2 de Río Gallegos y la productora “El Cielo”. El hombre trabaja actualmente en un proyecto ambicioso: editar un periódico de distribución gratuita para las ciudades de Mar del Plata, Balcarce, Junín y Chacabuco, para en una etapa posterior abarcar toda la provincia de Buenos Aires.
Su casa en Río Gallegos está a 50 metros de la del Presidente, acaso una alegoría de la cercanía entre ambos.
El vikingo
Henry Olaf Aaset, es un abogado nacido y criado en la provincia del Presidente. Nacido en el Puerto de Santa Cruz el 11 de octubre de 1959, Pilo o Pilín, como suelen llamarlo en el sur, inició su militancia política en la oposición al incipiente kirchnerismo, allá durante los primeros años de la joven democracia argentina. Amigo de Carlos Zannini, el actual secretario Legal y Técnico supo acercarlo al redil.
De a poco, Aaset consiguió un lugar bajo el sol del kirchnerismo santacruceño. Abogado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Aaset supo tener un restaurante mirando a la ría de la capital provincial, llamado con el curioso nombre de “La Guanaca azul”, al que debió vender por sus cada vez más demandantes actividades políticas fuera de su ciudad.
Sus labores profesionales y la cercanía que fue construyendo, de la mano de Zannini, con Kirchner llevaron al actual Presidente a nombrarlo su abogado personal.
Actualmente, Aaset es diputado provincial de Santa Cruz por el Frente para la Victoria, electo en 2003 y con mandato hasta 2007. También es uno de los siete miembros del Consejo de la Magistratura provincial. El pasado jueves, fue coordinador de la mesa más significativa del seminario donde se lanzó Compromiso K, “Construcción política y poder”, que compartió con las principales espadas del Presidente en el gabinete, a excepción de Zannini, que fue orador de cierre y alma mater del encuentro.
Damián Barijhoff es un jurista especializado en radiodifusión, según lo catalogan en Santa Cruz. Ladero de Aaset, fue otro de los organizadores debajo perfil del acto de Zannini. Estuvo encargado de hablar con varios medios, explicando los alcances y la estrategia del lanzamiento de la línea interna kirchnerista.
Si acaso Héctor Icazuriaga, Daniel Varizat, José Nadalich, Carlos Granero y Juan Bontempo saltasen a cargos más promisorios en el gabinete –Varizat no podría ir a la SIDE habida cuenta de la pésima relación que tiene con el número dos y verdadero motor de la central de espías, Francisco Larcher– el desembarco pingüino tendría características de invasión. Si lo anterior no ocurriese, sería un poco menos ampuloso, pero en sustancia similar, ya que el bajo perfil es una de las características que Kirchner impone a los suyos: no hablan ni se muestran demasiado, pero ahí están.
Algunos de ellos, se notarán, desde ahora, un poco más.