EL PAíS
› FINALMENTE, EL MERCOSUR INCORPORO COMO MIEMBRO PLENO A VENEZUELA
“Puede ser un hito, además de integración”
Kirchner destacó la incorporación del país caribeño, que atravesará un período de adaptación. Junto con Chávez y Lula da Silva firmaron un acuerdo de factibilidad del gasoducto que recorrería desde el Caribe hasta la Pampa. Junto a Tabaré, Chacho Alvarez inauguró su gestión.
› Por Fernando Cibeira
Desde Montevideo
“Listo, ya está. Arreglamos todo”, bromeaba el venezolano Hugo Chávez desde el balcón del primer piso del Edificio Mercosur. Acababan de conversar durante unos minutos con Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva con la evidente intención de ofrecer una photo opportunity de lo que fue la cumbre de ayer sobre las costas de la soleada Montevideo: por primera vez en su historia el Mercosur sumó como miembro pleno a un quinto país. Ese país es la Venezuela de Chávez, que es la principal reserva energética del continente y también la preocupación número uno de Estados Unidos en la región. Kirchner, motor de la incorporación, mostró su entusiasmo. “Además de una muestra de vitalidad en nuestro camino de integración, puede ser un hito”, resaltó.
Los presidentes firmaron un acuerdo para estudiar la construcción de un ambicioso gasoducto de 6 mil kilómetros que uniría los tres países y marcaría un vuelco en la composición energética de la región. Aunque tanto para la incorporación total de Venezuela como para el gasoducto todavía falten dar algunos pasos, el dato político de estos países actuando en tándem puede marcar el inicio de lo que muchos consideraban el relanzamiento del Mercosur.
De a poco, la relación que armaron Kirchner y Chávez va tomando peso específico dentro del continente. El presidente argentino necesita de la ayuda energética y de la económica que el venezolano le facilita a través de la compra de bonos de la deuda, millones frescos que le permiten esperar con menos urgencias la reapertura de las negociaciones con el FMI. Chávez, por su parte, precisa no verse aislado dentro de la región, una necesidad que tiene tanto de político como de institucional. Mucho mejor si puede mostrarse rodeado de presidentes “amigos” como Kirchner y Lula, los dos países de mayor potencial a nivel subcontinental. El presidente argentino le dio una mano en su discurso en la cumbre al felicitarlo especialmente “por el legítimo triunfo electoral que ha obtenido”. En las recientes elecciones legislativas en Venezuela la oposición decidió no presentarse y se registró un bajo nivel de participación.
Otro dato a tener en cuenta para analizar los resultados del encuentro de ayer es que son consecuencia directa de lo sucedido en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. Kirchner no se cansa de resaltar aquellas jornadas en las que los países del Mercosur y Venezuela –“los cinco mosqueteros”, Chávez dixit– soportaron las embestidas de los países capitaneados por Estados Unidos que buscaban reinstalar el ALCA. “Hace poco hemos sido protagonistas de una exitosa reunión en la que se decidió una nueva agenda hemisférica”, celebró Kirchner ayer. La celebrada resistencia conjunta generó lo que el debutante presidente de la Comisión de Representantes del Mercosur, Carlos “Chacho” Alvarez, definió ayer como “un clima de revalorización política” del bloque. Clima que hasta no hace mucho era más bien templado tirando a fresco.
A partir de ayer, Venezuela tendrá status de miembro pleno –al igual que los cuatro países integrantes originales del Mercosur– ‘aunque deberá llevar adelante un programa de adaptación a los requisitos de la región’ que le podría demandar un buen tiempo. Habrá una comisión especial que se conformará para llevar adelante la cuestión con una duración de seis meses prorrogables. Así, Venezuela deberá adoptar el arancel externo común además de abrir sus mercados para los productos made in Mercosur. Mientras, podrá participar de los foros de la región aunque por ahora carecerá de poder de veto a iniciativas de los otros países. “Dicen que mi incorporación no convenía y que el Mercosur iba a politizarse, si hay que politizarse no hay que tener miedo”, apuntó Chávez en su discurso. Y le agradeció a Dios la integración.
Lapiceras
Según analizaba un funcionario de Cancillería, a Kirchner ayer se lo vio en Montevideo mucho más a gusto que en otras cumbres presidenciales. “Siente que le fue bien en Mar del Plata y eso se nota. Está más cómodo y de mejor humor”, explicaba el funcionario que tuvo oportunidad de participar de las reuniones de ayer. Y de buen humor se lo vio al presidente argentino durante la firma de los acuerdos con Lula y Chávez. El brasileño utilizó para la firma una lapicera de las muy buenas y a Kirchner se le ocurrió cambiársela por su acostumbrada birome negra. Aunque el trato era notoriamente desventajoso, Lula aceptó. Chávez también le regaló a Kirchner su lapicera. El argentino mostró los obsequios como un trofeo. “Siempre te quedás con las dos”, le dijo Chávez.
Firmaron acuerdos de integración energética. Como remarcó el chileno Ricardo Lagos durante su discurso, es evidente que el tema energético llegó para quedarse en la región. Kirchner y Lula acordaron un peculiar canje por el que la Argentina enviará un millón y medio de metros cúbicos de gas en verano a Brasil, mientras que Brasil aportará 700 megavatios de electricidad en invierno.
Pero, sin dudas, el trato más impactante es el que estudiará la factibilidad técnica y económica para la construcción de un gasoducto de 6 mil kilómetros que unirá las reservas gasíferas venezolanas con Argentina pasando por Brasil y todos los demás países que deseen sumarse. Básicamente, lo que se estudiará es una proyección del valor del gas, el nivel de reservas existentes, los costos del transporte y demás variables que tendrían que dejar en claro si semejante inversión es justificada. Los negociadores argentinos estaban entre los más entusiasmados. El ministro de Planificación, Julio De Vido, quien participó de la idea original del proyecto en su último viaje a Venezuela, integrará la comisión que estudiará la iniciativa. Según los cálculos argentinos, la mitad de ese gasoducto ya existe por lo que sólo resta construir el resto e integrarlo. De ser así, la llegada de Venezuela al bloque marcará un antes y un después en la integración. Habrá que verlo en marcha.
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