Vie 23.12.2005

EL PAíS  › DESIGNARAN EMBAJADOR EN ESTADOS UNIDOS Y VENEZUELA

El eje Washington-Caracas

El Gobierno planea designar en simultáneo los embajadores en Estados Unidos y en Venezuela. En Washington quedaría el cónsul Timerman. En Caracas, quien cuenta con más chances es Uberti.

› Por Martín Piqué

Son las embajadas más importantes del hemisferio, al menos desde que concluyó la Cumbre de Mar del Plata. La primera es obvia, representa a la potencia global: Washington. Y la otra es Caracas, en alza desde los últimos acercamientos. ¿En qué se parecen, si todo apunta al contraste? En que el Gobierno prepara una renovación en ambas plazas diplomáticas. Y el recambio, que se concretará en pocas semanas, será una misma operación: es muy probable que los nuevos embajadores sean anunciados el mismo día. La intención es mostrar al mundo el perfil de la administración de Néstor Kirchner y, al mismo tiempo, compensar las lecturas políticas que generen los nombramientos. La embajada en Washington ya tiene nombre propio: irá Héctor Timerman, cónsul en Nueva York. Para Venezuela todavía se están analizando candidatos, que no son más que cuatro, aunque algunos figuran entre los nominados sólo para despistar a los ansiosos.
Un anuncio conjunto obliga a coordinar los tiempos. Y eso contribuye a que las novedades se demoren. En el caso de Venezuela se suma un factor más que está haciendo todo más lento. Hay varios nombres en danza pero uno preferido: el director del Organo de Control de las Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti, un hombre de confianza del ministro de Planificación, Julio De Vido. Uberti cimentó una relación muy cercana con Hugo Chávez, aunque no es el único. Aunque su lugar en el Ejecutivo es el ente regulador de las autopistas, Uberti organizó las rondas de negocios entre Argentina y Venezuela que se hicieron en el país caribeño.
Aparte de Uberti, los demás candidatos son el secretario de Provincias del Ministerio del Interior, Rafael Folonier; el subsecretario de Agricultura, Javier de Urquiza, y la ex diputada Alicia Castro. Como Uberti, Urquiza tiene la ventaja de ser un hombre alineado con De Vido. En el Gobierno se descuenta que el ministro –pionero en la integración con Venezuela, aunque urgido por la crisis energética– pretende que la embajada en Caracas quede bajo su área de influencia.
Folonier también tiene puntos a favor. Es amigo del canciller venezolano, Alí Rodríguez Araque, desde hace treinta años. En aquella época, Alí era jefe guerrillero y estaba en la clandestinidad; Folonier se había exiliado y trabajaba de periodista en Venezuela. El problema es que Folonier no quiere irse del país. En la Rosada dicen que ése habría sido el motivo por el que rechazó un primer sondeo, que no provino del Presidente (en ese caso no tendría opción). Aunque algunos lo vinculan políticamente al secretario legal y técnico, Carlos Zannini, Folonier tiene llegada con De Vido: su esposa, con un posgrado en planeamiento urbano, trabaja en una de las subsecretarías de Planificación.
Otro nombre mencionado es el de la ex dirigente de los aeronavegantes. Castro conoce muy bien a Chávez y quiere ser embajadora. Kirchner ya la desairó una vez, cuando nombró a Nilda Garré. Ahora Castro se lleva un poco mejor con el Gobierno. El acercamiento se produjo tras el paro que afectó a Aerolíneas. Durante ese conflicto, Castro llegó a elogiar al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, por negarse a autorizar a la aerolínea Lan a usar técnicos y pilotos chilenos para volar en el país.
Quien cuenta con más chances es Uberti. Sin embargo, su designación depende de otras variables. El director del Occovi fue denunciado por el fiscal de investigaciones administrativas, Manuel Garrido, por violación de los deberes de funcionario: le imputa no haber cumplido con el decreto que regula el acceso a la información de la administración pública. La demanda comenzó con la denuncia de un usuario de la autopista La Plata que pidió un listado de los empleados del Occovi y sus sueldos. El ente se negó a dar esos datos.
Para Estados Unidos no hay discusión: el candidato es Timerman. No sólo lo favorecen sus relaciones con el Partido Demócrata y la comunidad judía. También cuentan los resultados de la reciente gira que De Vido realizó por Nueva York acompañado de un buen número de empresarios y banqueros.Timerman fue el organizador de esa visita, y no el embajador José Octavio Bordón. El problema para Bordón es que llegó a Washington de la mano del ex ministro Roberto Lavagna. Y ese padrinazgo, ahora, juega en contra.

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