La versión circula hace dos días en los diarios uruguayos: Tabaré Vázquez invitaría a Néstor Kirchner a hablar sobre las papeleras. Ayer por la mañana, el ministro de Educación y titular del Frente Amplio, Jorge Brovetto, pareció darle entidad. “Consideramos que debe haber una reunión entre los presidentes para solucionar el conflicto”, dijo a una radio porteña. “De hecho, no descartamos un encuentro ya que ambos mandatarios tienen una relación excelente. Se podría dar en cualquier momento.” Pero por la tarde, el ministro le dijo al diario El Observador todo lo contrario: “No existe ninguna decisión de mantener un encuentro con Kirchner”. Del lado argentino no hubo declaraciones oficiales.

Brovetto defendió la instalación de las papeleras. El gobierno uruguayo está convencido, sostuvo, de que no son peligrosas. “Debe quedar en claro que las plantas de celulosa no son contaminantes, ya que utilizan para el blanqueo del papel dióxido de cloro, lo que implica que no se utiliza cloro en sí, que es una sustancia química contaminante”.

Con la lectura opuesta –la que señala que el dióxido de cloro, aunque en proporción menor, también contamina– en Gualeguaychú, la ciudad se prepara para otro corte del puente internacional desde las seis de la tarde. La protesta fue convocada por tiempo indeterminado, lo que en el marco de este conflicto significa que mañana los vecinos discutirán en una nueva asamblea si mantienen el piquete por todo el fin de semana o lo levantan.

Los ambientalistas desmintieron que, como había trascendido, extiendan los cortes a la ruta nacional 14, conocida como la ruta del Mercosur, por donde circulan gran cantidad de camiones de carga. “Las acciones seguirán limitadas al puente”, sostuvo Pedro Pavón, integrante de la asamblea.

Por su parte, el gobernador Jorge Busti –que había pedido a los vecinos la suspensión de este tipo de protesta– aseguró que mantiene el diálogo con la asamblea “y lo voy a seguir teniendo, más allá de que es una organización horizontal, donde hay pensamientos distintos”.

En Gualeguaychú y Colón permanecen bloqueados cinco camiones con materiales para la construcción de la planta de Botnia. El juez federal de Concepción del Uruguay debe resolver en los próximos días si los embarques pueden cruzar al otro lado de la frontera o si la aduana debe frenarlos, ya que el avance de las plantas podría constituir en sí mismo el delito de contaminación en grado de tentativa. Mientras tanto, del otro lado del río se dan señales de que seguirán adelante. Ayer se anunció que la Universidad del Trabajo de Uruguay abrió la inscripción para capacitar a 800 personas para desempeñarse como soldadores en la obra de Botnia.

Los camiones llevan dos semanas sin poder cruzar e incluso 8 de ellos, pertenecientes a la empresa chilena Pizarro, dieron la vuelta de regreso a su país con la carga. Por las dimensiones de la planta, son cerca de 200 los camiones que esperan viajar desde Chile con materiales de construcción. En los últimos días se especuló con la posibilidad de que el material sea enviado al Uruguay en barco, a través del Estrecho de Magallanes.