EL PAíS › CON BERGOGLIO EN ROMA, DESIGNAN UN NUEVO OBISPO DEL ALA CONSERVADORA
Monseñor Oscar Sarlinga, del ala más conservadora de la Iglesia, fue designado al frente de la diócesis de Zárate-Campana. El cardenal Jorge Bergoglio había planteado en el Vaticano el malestar por la designación de obispos sin tener en cuenta al Episcopado.
› Por Washington Uranga
Mientras el cardenal Jorge Bergoglio sigue en Roma, donde se habría entrevistado directamente con el Papa para plantearle, entre otros asuntos, el malestar que ha causado en el Episcopado argentino la designación de obispos en puestos clave sin contar con la opinión de la jerarquía local y atendiendo las propuestas de personas ubicadas en el espectro más conservador del catolicismo del país, el papa Benedicto XVI nombró ayer como titular de la diócesis de Zárate-Campana al obispo Oscar Sarlinga, de 42 años, un hombre de reconocida trayectoria conservadora, con estrechos contactos con el Opus Dei y vinculado a Esteban Caselli, ex secretario de Culto y embajador argentino ante la Santa Sede durante el gobierno de Carlos Menem. Con este nombramiento, el Vaticano sigue apuntalando el ala más conservadora de la jerarquía católica y Caselli continúa aumentando su influencia en la Iglesia a través de sus aliados en el episcopado.
Paradójicamente Sarlinga sucederá en Zárate-Campana al obispo Rafael Rey, quien fuera presidente de Cáritas nacional y un abanderado de la defensa de los derechos de los pobres y del compromiso social de la Iglesia Católica. Durante los últimos tres años Sarlinga fue obispo auxiliar en Mercedes-Luján de Rubén Di Monte, otro obispo de clara trayectoria conservadora. En el año 1994 fue Rey el obispo que sucedió a Di Monte al frente de Cáritas, haciendo que ese organismo eclesiástico recuperara, por un lado, la transparencia de una gestión empañada por denuncias de corrupción y, al mismo tiempo, cambiara su enfoque asistencialista por un perfil vinculado con la promoción humana y con la defensa de los derechos de las personas. Ahora será Sarlinga, el estrecho colaborador y discípulo de Di Monte, quien tome la riendas de la diócesis que deja Rey.
Pero lo que más llama la atención es la cercanía de Sarlinga con Esteban Caselli, quien una vez más a través de su amistad con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede y virtual segundo de la jerarquía vaticana, viene ejerciendo influencia para que sus protegidos lleguen a cargos de importancia dentro de la jerarquía católica argentina. Esto sucede a la vista y frente a la impotencia de buena parte del Episcopado que observa, con contrariedad pero la mayoría de las veces en silencio, cómo desde Roma son desatendidas sus propuestas para el nombramiento de obispos.
Aunque la biografía divulgada por los organismos eclesiásticos no menciona este dato el obispo Sarlinga es capellán de la Soberana y Militar Orden de Malta en la Argentina. El embajador de la Orden de Malta en Buenos Aires es Antonio Manuel Caselli, hijo de Esteban Caselli.
Entre tanto, y en medio de la polémica suscitada por los recientes nombramientos de los obispos de Resistencia y Rosario, los antiguos titulares de esas diócesis, Carmelo Giaquinta y Eduardo Mirás, salieron a respaldar a sus sucesores acusando a los medios de comunicación de pretender “desprestigiar” a quienes fueron designados (ver aparte).
Desde el momento en que el nombre de Sarlinga trascendió como sustituto de Rey, quien a los 73 años renunció a su cargo por razones de salud, el hecho generó malestar en el sector mayoritario del Episcopado que no está alineado con las posiciones más conservadoras. Oscar Sarlinga fue ordenado obispo a los 39 años, una edad temprana para acceder al Episcopado católico. Entre sus principales padrinos estuvo el ex obispo de Mercedes, Emilio Ogñenovich, uno de los más reconocidos miembros del club de “amigos de Menem” y al mismo tiempo una de las personalidades más retrógradas que se haya conocido en la Iglesia argentina en las últimas décadas. De Ogñenovich se sabe, además de sus vinculaciones con militares que actuaron en la represión ilegal durante la dictadura, que fue uno de los obispos más beneficiados económicamente con subsidios otorgados por el gobierno de Carlos Menem.
En su responsabilidad como capellán de la Orden de Malta en la Argentina el obispo Sarlinga no se encuentra solo. En esa tarea lo acompañan el obispo castrense, Antonio Baseotto, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer y el titular de la diócesis de 9 de Julio, Martín de Elizalde. Baseotto es el obispo que montó una disputa con el ministro de Salud, Ginés González García, por el tema del aborto y que fue desconocido oficialmente por el gobierno de Néstor Kirchner, convirtiéndose en centro de una controversia aún no resuelta entre el Gobierno y la Iglesia. Aguer es considerado en la Casa Rosada como uno de los más acérrimos enemigos del Gobierno en el campo eclesiástico y ha mantenido polémicas públicas con el propio presidente Kirchner.
El agregado de prensa de la embajada de la Orden de Malta en la Argentina es el periodista Héctor “Tito” Garabal, quien fuera secretario de prensa del Episcopado designado por el cardenal Antonio Quarracino, otro jerarca eclesiástico alineado con Menem. Garabal es hoy un estrecho colaborador del arzobispo platense Héctor Aguer.
Sarlinga es un intelectual que hizo su meteórica carrera eclesiástica especialmente en los ámbitos curiales y académicos tanto en Roma como en la Argentina. Habla siete idiomas y tiene un doctorado en teología dogmática que le fue otorgado por la Pontificia Universidad de la Santa Croce, en Roma, centro de estudios dependiente del Opus Dei. También es habitual conferencista en la Universidad Austral, la sede universitaria local del mismo Opus Dei.
El 25 de marzo del 2004, con ocasión de la llamada “Jornada del niño por nacer”, el obispo Sarlinga sostuvo que “dentro de lo contemplado en la ley natural, hay por excelencia una lamentable y criminal acción que afecta de manera suprema el don de la vida, el aborto procurado. El aborto es cercenamiento, supresión, injusticia a la que no justifica un presunto ‘derecho a la decisión’”, agregó. En esa misma ocasión sostuvo que “quien opta por el aborto opta por suprimir injustamente la vida”.
En su homilía del 24 de diciembre pasado, con ocasión de la Navidad, el obispo Sarlinga dijo en la parroquia San José Obrero de la ciudad de Mercedes que “éstas son épocas difíciles, a nivel universal para la Iglesia. (...) Pareciera que la oscuridad gana, que gana el odio, la envidia, la indiferencia, la cobardía, la hipocresía. Pareciera que ganan todas las ‘obras de la carne’ como las llama San Pablo”.
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