Mié 19.04.2006

EL PAíS  › VENDEDORES DE COLON DESALOJARON A LOS AMBIENTALISTAS QUE CORTABAN LA RUTA

“Esto no fue más que una limpieza”

El corte en Colón venía muy discutido. Ayer, los comerciantes de la zona, furiosos por la merma en sus ventas, decidieron terminar con la protesta por las suyas. En lo que definieron como “un operativo comando”, desalojaron a los manifestantes.

Las discusiones sobre la continuidad del corte amenazaban con llegar a un punto muerto, pero el desenlace apareció por sí solo. Los asambleístas de Colón, que mantenían bloqueado el puente internacional General Artigas en reclamo por la instalación de las papeleras, finalmente tuvieron que bajarse de la ruta. No fue una orden judicial ni tampoco un desalojo de Gendarmería lo que los obligó a tomar la decisión, sino un grupo de comerciantes de la zona que, frente a las bajas en sus ventas, llegó al lugar para romper con el piquete que cerraba el paso. El sorpresivo incidente abrió así un paréntesis de incertidumbre entre los vecinos, que al cierre de esta edición seguían debatiendo una estrategia. Lo único cierto, por el momento, es que la Ruta 135 que conduce al paso fronterizo con Uruguay quedó atrincherada en dos frentes. De un lado, un grupo de asambleístas promete continuar con el acampe sobre la banquina. Del otro, los comerciantes se turnan para vigilar que el camino permanezca liberado, en lo que ya bautizaron como el “contracorte”.

Todo arrancó a las nueve de la mañana. Tal como habían decidido durante la asamblea del día anterior, unos cinco ambientalistas cumplían con la vigilia en el puente cuando unas veinte personas se bajaron de unas camionetas llevando tenazas y alicates para desmontar el cordón que mantenía cerrado el paso. Entre los que encabezaron la maniobra, los vecinos reconocieron al propietario de la estación de servicio ubicada a unos pocos metros del corte, Neri Bouvet. “Nosotros no violamos nada. Acá los únicos que violan son los que mantienen cautivo el puente y no nos dejan trabajar. Estos cortes violan el derecho a la libre circulación. Por eso hicimos este operativo comando, que no fue más que una limpieza. Lo único que hicimos fue quemar las maderas que estaban en la ruta”, señaló el comerciante a Página/12.

Según su relato, la medida de fuerza afectó casi en un ciento por ciento la actividad comercial de la zona. “Por acá sólo pasan peatones y bicicletas. Mi familia con eso no come. Por supuesto que estamos en contra de la instalación de las papeleras. Pero los cortes ya cumplieron el objetivo, ya llamaron la atención hasta del Banco Mundial. Ahora no tienen ningún sentido”, concluyó.

La ofensiva fue calificada por los ambientalistas como un hecho intimidatorio, “un atentado contra la libertad de expresión”. Luis, uno de los integrantes de la asamblea que estaba presente en ese momento, denunció además que “entre los comerciantes había infiltrados que no pudieron ser reconocidos”. En total, se trataba de unas veinticinco personas. Fácilmente superaban en número a los vecinos, quienes al ver que no podían mantener el cordón se retiraron pacíficamente y se instalaron al costado de la ruta. En la otra punta, los efectivos de Gendarmería observaron los hechos y no intervinieron en ningún momento. “La actitud de estos comerciantes fue completamente violenta. Llegaron acá de forma muy agresiva y nos quemaron todo”, Luis siguió el relato mientras los bomberos apagaban las llamas que comenzaban a trepar sobre el puente.

Sin embargo, a pesar de la bronca, lo cierto es que a los asambleístas la irrupción no los sorprendió. Hace tiempo que venían recibiendo el reclamo de los dueños de los locales apostados sobre el paso fronterizo. Bouvet les mandó varias cartas documento e incluso llegó a presentar una denuncia penal contra la Asamblea de Colón en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay. Según su relato, nunca recibieron una respuesta.

El dilema de los cortes

Más allá de las críticas encendidas y las peleas, el desalojo en realidad puso al descubierto el desgaste que vienen sufriendo los cortes como herramienta de protesta dentro del conflicto. En Colón, la mayoría de los vecinos dejaron de participar en las asambleas. En la última sumaron sólo unos cuarenta, y la opinión se dividió a tal punto que un grupo abandonó la reunión y dio a conocer un comunicado en donde aseguraron que no adherían a las decisiones que se adoptaran en el encuentro. A esto hay que sumarle la postura expresada por el intendente de la ciudad, Hugo Marsó, quien planteó la posibilidad de llamar a un plebiscito si se mantenía el corte. Según evaluaban ayer los mismos vecinos, este escenario explica por qué sólo “eran cinco personas defendiendo el puente, cuando llegaron los comerciantes”.

A diferencia de Gualeguaychú, donde el bloqueo lleva ya dos semanas, en Colón la medida se retomó la semana pasada, y por estos días tomó impulso la posibilidad de levantarla. Es que la mayoría de las posiciones se volcó a favor de avanzar por la vía judicial ante la inminente presentación ante la Corte de La Haya. Esa fue la promesa que los ambientalistas se llevaron la semana pasada de la reunión con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el canciller, Jorge Taiana. Allí el Gobierno planteó la posibilidad de que la denuncia se concretara a fines de este mes. Además, reiteró su planteo para que cesen los bloqueos. De acuerdo con los cálculos oficiales, de esa forma Argentina quedaría mucho mejor posicionada y le restaría a Uruguay uno de los principales argumentos que quiere llevar a los tribunales internacionales.

Ante los incidentes de ayer, Fernández pidió “que prime la calma y que todos colaboren para que Argentina pueda defender sus derechos”.

Anoche en Colón el panorama pintaba así bastante incierto. Por ahora el puente quedó liberado. Al cierre de esta edición, en Colón deliberaban los próximos pasos a seguir y la posibilidad de implementar medidas alternativas. “Varios consideramos que los cortes por el momento no son efectivos. El problema es que nos sentimos bastante impotentes, porque no sabemos qué puede depararnos. Lo peor de todo es que se está descarrilando la discusión, porque mientras estamos hablando de los cortes nos olvidamos de lo que acá es más importante: la instalación de las fábricas”, evaluó ante este diario el asambleísta Carlos Serrati, resumiendo la posición que logró más adhesiones. En Gualeguaychú, mientras tanto, se mantiene la medida. En este momento, el puente internacional San Martín es el único acceso por tierra que permanece cerrado. Sin embargo, durante las últimas horas la idea de levantarlo comenzó a latir con fuerza entre los vecinos. Muchos temían un desenlace similar al de Colón.

Informe: Carolina Keve.

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