Graciela Camaño fue nombrada en la vicepresidencia tercera de la Cámara de Diputados. Hubo un fuerte debate previo porque tanto el PRO de Macri como el ARI de Carrió aspiraban a ocupar ese cargo.
› Por A. M.
La elección de la vicepresidencia tercera de la Cámara baja, que tras varias dilaciones ayer quedó finalmente para la diputada Graciela Camaño, generó un áspero debate en el inicio de la sesión de ayer. El sorpresivo pase de los tres diputados del Paufe, el partido del represor Luis Patti, a las filas del duhaldismo residual duro provocó un recuento minucioso y reiterado de los miembros de los bloques que disputaban ese cargo: Peronista Federal (duhaldismo dialoguista), Justicialista Nacional (duhaldismo duro, menemistas, adolfistas y pattistas), y Propuesta Federal (macristas, murphystas y provinciales). Todo indica que los pattistas emigraron hacia un sector que podría apoyarlos cuando se definan las impugnaciones contra su líder.
La designación de Camaño en un cargo que estaba vacante desde la primera sesión de marzo se produjo con el decisivo apoyo del kirchnerismo. El líder de PRO, Mauricio Macri, era uno de los aspirantes al puesto. También lo quería el ARI, que ayer protestó. “No vemos correcto que una mesa de conducción de la Cámara sea prácticamente monocolor”, opinó Eduardo Macaluse. La diputada del MPN Alicia Comelli, otra candidata frustrada, se lamentó: “el oficialismo tendrá tres de los cuatro cargos de las autoridades de la Cámara y esto va de la mano del tipo de presidencialismo hegemónico”. El razonamiento da cuenta de que el bloque Peronista Federal, que lidera José María Díaz Bancalari, viene trabajando como aliado de las iniciativas de la Rosada que llegan a Diputados. Las quejas se basaron en que ese cargo casi siempre está destinado a tercera fuerza política.
Todo se trabó cuando el kirchnerista Alberto Balestrini, presidente de la Cámara, se negó a sumar a dos diputados con licencia, los adolfistas Alicia Lemme y Hugo Franco, como miembros del bloque Justicialista Nacional que agrupó al justicialismo disidente. Dijo que esos legisladores estaban en otro bloque cuando pidieron licencia. Tampoco aceptó incorporar en el Justicialismo Nacional a los pattistas Juan Carlos Bonacorsi, Nélida Mansur y Adriana Tomaz, pese a que informaron su decisión de sumarse como interbloque. El secretario parlamentario leyó la nómina de diputados que integra cada bloque en disputa, pero el socialista Hermes Binner requirió que les den el número y no los obliguen a contar en el aire. “Peronismo Federal, 21; Propuesta Federal, 20; Justicialista Nacional, 18”, leyó el funcionario. Desde las bancas cuestionaron la aplicación de la matemática por parte de la Presidencia.
“Más allá de la nota no se puede desconocer nuestra opinión”, gritó Bonacorsi sin éxito. Sin embargo, a la hora de votar los pattistas se abstuvieron. La esposa del diputado y gremialista Luis Barrionuevo fue ungida con 113 votos a favor, 41 en contra y 49 abstenciones. Si se hubiera tenido en cuenta la incorporación de los pattistas, los números de los dos duhaldismos quedaban empatados. Los kirchneristas aducen que, en ese momento, el duhaldista Sarghini anunció que se bajaban de la pelea. Y los aliados triunfantes sostienen que fueron sus ex socios los que “en menos de quince minutos cambiaron todo y bajaron a embarrar la cancha”. Quien sondeó el terreno antes de la sesión fue Nélida Mansur, cuando le preguntó a Camaño cuál iba a ser la posición del bloque respecto de la suerte de Patti. “Lo tenemos que debatir”, la eludió.
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