El ex militante de la Juventud Peronista Luis Angel Gerez, quien ya declaró ante la Justicia, dará hoy su testimonio ante los diputados que están decidiendo si el ex subcomisario podrá o no ocupar la banca.
› Por Adriana Meyer
Hoy será escuchado como testigo un sobreviviente de las torturas del represor Luis Abelardo Patti. En el marco del proceso que se desarrolla en una comisión de la Cámara baja para evaluar las impugnaciones en contra de su incorporación como legislador nacional, está prevista la declaración del ex militante de la Juventud Peronista Luis Angel Gerez, quien ya aseguró ante la Justicia haber sido amenazado por el diputado electo. “Estuve detenido en la comisaría de Escobar en 1972, con los ojos vendados, y fui picaneado. Recuerdo que escuché las voces de esas personas y reconocí que eran las del oficial Patti y del suboficial Santos”, dijo Gerez en septiembre pasado.
Lo hizo ante el fiscal federal de San Nicolás, Juan Murray, en la causa que investiga el asesinato de uno de sus compañeros de militancia, Gastón Gonçalves, y otras cuatro personas. Ese proceso y el caso Cambiasso-Pereyra Rossi son la base de las acusaciones contra Patti por graves violaciones a los derechos humanos, y los testigos propuestos por los cuatro diputados impugnantes vienen aportando detalles al respecto ante la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento.
Gerez, que se presentará en el anexo de Diputados a las 11, vive en Escobar desde los siete años. A partir de 1970 empezó a militar en la Juventud Peronista, y así fue como conoció a Gonçalves y a su compañera, Ana María Granada. En su declaración testimonial, a la que Página/12 tuvo acceso, dijo que participó con ellos de diferentes actos y reuniones, en locales partidarios y al aire libre. “En 1973, a raíz de mi militancia política, comencé a sufrir persecusiones por parte del personal policial. Recuerdo que en una oportunidad, a la salida del cine, lo encontré a Patti, quien me manifestó ‘Che negro, tené cuidado que te voy a meter preso’”, relató Gerez ante el fiscal Murray. Un año antes lo habían acusado por la violación y homicidio de un chico de su barrio, hecho del que afirmó ser inocente. “En esa oportunidad estuve vendado y me picanearon”, dijo. Y si bien no vio a la persona que lo hizo, aseguró que pudo reconocer a Patti por la voz. La tortura habría tenido por objeto obtener su “confesión”. Cuando declaró esto ante el juez de San Isidro le expresó que aún tenía las marcas de las vejaciones sufridas, pero el magistrado no hizo constatación alguna. El testigo también presenció el altercado entre Patti y Gonçalves en 1974, durante un acto por la toma de Garín, hecho que ya fue descripto en la comisión. “Patti andaba generalmente de civil, en un auto Peugeot 404 color mostaza o amarillo”, afirmó Gerez.
Hubo otro incidente que protagonizó junto al represor y diputado electo. “En otra oportunidad, mientras me encontraba realizando un trabajo en el pozo de una estación de servicio en Escobar, escuché un ruido de gomas de un vehículo que frenaba cerca de mí. Me incorporé y vi que era Patti, me dijo que levantara las manos apuntándome con un arma. Luego sonrió, subió al auto y se fue.”
Cuando finalice la ronda de testigos será el tiempo de los alegatos. Con la reforma del reglamento de la comisión, el acusado puede presenciar todas las audiencias, pero hasta ahora nunca apareció. “Sería bueno que Patti se haga presente durante los alegatos y no sólo venga cuando le toque hacer su descargo”, opinó ante Página/12 el diputado Remo Carlotto, uno de los impugnantes.
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