Fue un viaje marcado por la controversia por las plantas papeleras en el Uruguay y la discusión ambiental en el que, pese a la cercanía física, las partes prefirieron no hablar. Esto vuelve ya imposible, o casi, una negociación antes de las audiencias legales en La Haya. A esta altura, a Néstor Kirchner le parece que lo mejor es aislar el conflicto y tratar de seguir manteniendo una relación lo más normal posible dentro de un Mercosur enrarecido, pero con Uruguay adentro.

Evangelina Carrozo redondeó de un modo pintoresco el tema ecológico que mantuvo a distancia y fríos a los presidentes de ambos países. La reina del carnaval de Gualeguaychú, que se ganó la tapa de los diarios de buena parte del mundo al pasearse en bikini con un cartel contra las papeleras ante los sesenta presidentes que participaron de la Cumbre Unión Europea y América latina, se cruzó con Néstor Kirchner mientras caminaba por el centro de Viena. Junto con Paula Brufman, de Greenpeace, le pidieron por “un plan de producción limpia” para la industria del papel que opera en el país. El presidente las escuchó y prometió estudiar el reclamo. “La verdad es que la cumbre se la ganó la chica”, admitían con resignación ayer en la comitiva de Kirchner. Los funcionarios argentinos llegaron a esa conclusión después de ver las portadas de los diarios argentinos y, luego, en la calle, la de los austríacos. Lo mismo hubiera sido si veían la de los brasileños, chilenos, venezolanos y demás. “Lo mejor de la cumbre”, la había definido Hugo Chávez. Los argentinos decían que, al menos, había sido “lo más divertido”. Evangelina había querido hablar con Kirchner el mismo viernes, pero en la comitiva argentina, aunque la movida les resultó simpática, no deseaban aparecer vinculados de alguna forma. Finalmente, ayer las jóvenes consiguieron que las atendiera el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Pero, después, de alguna manera se enteraron del recorrido de Kirchner y lo interceptaron en la puerta del Museo Albertina, ubicado en el palacio residencial más grande de los Habsburgo.

“Todo bien con la chica. Ella no es militante, lo hizo por las papeleras”, dijo luego el Presidente, ya de vuelta en el hotel Sacher, donde ayer descansó, hizo un poco de cinta y paseó por el centro de la capital austríaca. Luego de desarrollar durante la cumbre un fuerte discurso en defensa del medio ambiente y en contra del traslado de tecnología contaminante por parte de las naciones desarrolladas de Europa hacia América latina, el Presidente analizó junto a sus íntimos los matices del conflicto que cada vez parece más lejano de una salida negociada. En toda la cumbre, Tabaré y Kirchner apenas si se cruzaron en el momento de la foto y sólo se dieron un apretón de manos. En la reunión prevista para ayer entre las autoridades de la Unión Europea y el Mercosur, los presidentes no fueron. El canciller Jorge Taiana, su par uruguayo Gargano y la ministra de Comercio de Finlandia, Paula Lehtonaki, se trataron con amabilidad pero no dijeron una palabra sobre la cuestión.

“Lo importante es aislar el conflicto y seguir manteniendo una relación normal en los demás aspectos, de manera que no afecte el Mercosur”, explicó el Presidente a algunos de sus acompañantes en Viena. “Nosotros les danos gas, les damos luz. El 80 por ciento de las inversiones en Punta del Este”, ejemplificó, como para demostrar las dificultades que tendría Uruguay si quisiera desentenderse de su relación con Argentina. “El otro día, por culpa de una sequía, Brasil les cortó la energía, nos pidieron más y se la pasamos”, recordó.

Tanto así, el Presidente se habría mostrado comprensivo ante la posibilidad de que Uruguay firmara un tratado de libre comercio con Estados Unidos, aunque confesó que no lo entendería. “Si ya le venden carne, ¿cuántas cosas más les pueden vender a Estados Unidos?”, se preguntó. “Soy el presidente de la Argentina, así que de Entre Ríos también lo soy. La protesta de la gente era genuina, ¿cómo no los voy a atender?”, reflexionó al analizar la cuestión con sus íntimos.

El balance

No fue el único tema del que habría hablado en rueda cerrada el Presidente. Según un integrante de la comitiva, también hizo un balance de sus actividades en Austria y un breve repaso de algunos temas políticos:

- YPF-Repsol: En el encuentro que mantuvieron el viernes, el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, le anticipó que cuando Kirchner haga su visita de Estado a Madrid, el 22 de junio, anunciará una fuerte inversión en la petrolera. La Casa Rosada quiere que la compañía se comprometa en la búsqueda de nuevos yacimientos. “Lo de vender el 20 por ciento de la empresa es una decisión de ellos. Buscan inversores argentinos, pero el Estado no está interesado. Porque no sólo se trata de comprar las acciones, sino que después hay que poner plata para la exploración y no hay fondos para eso”, explicó Kirchner.

- Deuda: A la primer ministro de Alemania, Angela Merkel, le aseguró que Argentina honrará su deuda con los países desarrollados agrupados en el Club de París. No habló de plazos –“tenemos otras urgencias”, fue la frase–, pero ratificó la política de cancelación de deudas como ya hizo con el Fondo Monetario. A propósito, tanto el Presidente como sus acompañantes aseguraron que percibieron un trato muy diferente de parte de los líderes de los principales países europeos ahora que Argentina reprogramó sus compromisos y paga sus deudas. “Antes nos miraban con mala cara”, recordaba uno de los acompañantes del Presidente. Y a propósito de deudas y pagos, en su seguimiento periódico de las reservas, Kirchner marcó a varios de sus funcionarios lo cerca que está el país de recuperar el nivel que tenía antes del pago al FMI.

- Acto: “Y... quieren venir”, respondió el Presidente cuando le preguntaron sobre su posición frente al acto del 25 de Mayo. Así como Kirchner sigue atento el nivel de las reservas, cerca suyo consultan los asistentes a las últimas movilizaciones K, buscando medir el pulso que podría mostrar la Plaza de Mayo. Además de la concurrencia que le aseguran los gobernadores e intendentes que ya adelantaron su participación (ver más información en la página 6), los kirchneristas buscan una importante afluencia de independientes de clase media. “No está mal que celebremos la fecha patria y un aniversario de gobierno. Lo pienso como una fiesta, con números artísticos y banderas argentinas”, imaginó en voz alta el Presidente. Pero algunos en su entorno se sintieron decepcionados cuando se mostró poco dispuesto a hablar desde el balcón de la Rosada. “Los balcones en la Argentina ya son historia, cumplieron su ciclo. Alfonsín tuvo su Cabildo y estuvo bien. Creo que el único balcón contra natura fue el de Galtieri”, les dijo. A cambio, sus amigos ya pensaban que si no lo convencían de hablar por lo menos podría subir al escenario y saludar o meterse entre la gente en la plaza, como ya hizo en algunas ocasiones.

- Reelección: Aunque para algunos la organización de la plaza está estrechamente ligada al proyecto de reelección, el Presidente volvió a desinflar las ganas de quienes parecen tener los afiches ya preparados. “Si les digo que no, ustedes van a creer que digo que no porque es sí. En fin, mejor no decir nada porque no me van a creer”, les dijo. “Hay dirigentes que tienen entre 30 y 50 años, que ya asoman”, explicó sobre el tema de las oportunidades. “Yo de la política no me voy a retirar nunca,porque es lo que hago. Y después, no sé. Un ex presidente no puede ser diputado o senador, ahí se pierde. Ahí Alfonsín se equivocó y después se dio cuenta de que su opinión es mucho más importante como ex presidente.”