La hipotética candidatura a presidente del ex ministro de Economía Roberto Lavagna sigue cosechando críticas del oficialismo. Ayer le tocó a la división panzer del kirchnerismo. “Si es candidato va a tener que tomar mucha sopa”, tronó el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que le recomendó a Lavagna “comprarse esas cucharas bien grandes, un babero, y entrar a darle al cabello de ángel como loco, a ver si le agarra un poquito de trote”. “Se es plural si tuvo charlas con distintos sectores de la sociedad, pero no si se mantuvo solamente en un círculo que va de Recoleta a la Consultora de la City, al country y a los centros de poder financiero internacional”, disparó el diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel.

La catarata de críticas contra Lavagna tuvo ayer su clímax, luego de que hablara contra el ex ministro una colección de dirigentes y funcionarios, que incluyó a la ministra de Economía, Felisa Miceli; al subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D’Elía; al ex duhaldista José María Díaz Bancalari y al titular de la bancada K, Agustín Rossi, entre otros. “Ahora parece que no somos tan plurales”, ironizó Lavagna en una entrevista que publicó La Nación. El ex ministro consideró que los kirchneristas salieron a criticarlo “como si alguien hubiese apretado un botón”. Después el propio Kirchner le dedicó un reproche sin mencionarlo: “Algunos están preocupados hablando de candidaturas y mostrándose como candidatos. Es una cuestión secundaria”, dijo.

“Lavagna menosprecia a los que no frecuentamos los mismos círculos que él”, se quejó Kunkel en declaraciones radiales. “Ahora, los calefones, las comparsas, los que no pensamos, los que solamente obedecemos órdenes –según él– cuando nos tocan un botón, ¿no tenemos derecho también a dar nuestras opiniones?”, se preguntó el diputado.

“La patria necesita trabajo, y no candidatos”, insistió el ministro del Interior, quien consideró sin embargo que “el grupo que conduce el Presidente, que va a seguir haciendo política, va a poner a un candidato que va a ser el que conduzca el destino del país, no tengo duda”. Fernández coqueteó con la posible candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. “Es hoy el cuadro político más importante de los últimos 50 años, pero el Presidente no ha expresado su decisión”, se cuidó el funcionario. La presidenta de Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, pidió ayer que Kirchner busque la reelección. “Me gustaría que se quedara cuatro años más –sostuvo–. Los funcionarios que a nosotros no nos gustaban el Presidente los fue echando, como Lavagna, o (el ministro de Justicia, Gustavo) Beliz. Falta Scioli”, lanzó.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, respondió a los sectores de la oposición que consideran que la “concertación” es “cooptación”. “Esa es una minimización de la oposición que tiene una formidable incapacidad de contener a su gente, a quien no se le hace ninguna alternativa válida”, sostuvo. El funcionario también cargó contra Alfonsín y Duhalde. “Nos invitan a hacer un gran acuerdo bonaerense”, afirmó. “No estamos hablando ni trabajando sobre la

reelección”, insistió Fernández, quien de todas formas destacó que sea Kirchner o su mujer el candidato, “si hubiera elecciones, cualquiera de los dos ganaría”.

El jefe de Gabinete se introdujo también en la interna del radicalismo en torno de la convocatoria del Gobierno. Dentro de la UCR, el alfonsinismo impulsa la candidatura de Lavagna, el Comité Nacional busca una alianza con otros sectores de la oposición, mientras que una posible coalición con el oficialismo es apoyada por los gobernadores radicales. Aseguró que los que se oponen “nos invitan, como todo futuro, a retrotraernos veinte años en la Argentina”. También apuntó contra “los otros” radicales que “dudan entre (Ricardo) López Murphy y Elisa Carrió, cuando aparentemente son dos proyectos contradictorios”.