El Tribunal de Etica y Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal impuso una dura sanción a cuatro abogados que actuaron en la causa AMIA, suspendiéndoles la matrícula por el término de un año. Esto significaría que esos abogados no pueden actuar en la Justicia durante ese tiempo, no tienen la posibilidad de apelar la medida dentro del Colegio de Abogados, pero sí podrían recurrir a la Justicia en lo Contencioso-Administrativo Federal. El Tribunal Oral que actuó en el caso AMIA evaluó que los abogados cometieron graves faltas de ética y por eso envió los antecedentes al Comité de Disciplina del Colegio.

Marta Nercellas y Roberto Zaidemberg fueron los abogados de la DAIA durante todo el proceso y se les cuestiona que concurrieron, con micrófonos ocultos en el cuerpo –provistos por el juez Juan José Galeano y la Policía Federal–, a un encuentro con el entonces detenido policía bonaerense Bautista Huici. Es decir que en forma clandestina grabaron una conversación privada con un acusado y la incorporaron en un legajo secreto del expediente sin que el propio Huici supiera nada.

El Tribunal Oral que juzgó el caso AMIA consideró ese comportamiento como una grave violación a la ética y la disciplina. El papel de un abogado consiste en defender a un imputado y no hacer un trabajo de inteligencia ilegal en el que se violaron los derechos de Huici. La maniobra que el Tribunal Oral les enrostró a Nercellas y Zaidemberg se realizó dos veces, ambas en la sede de la Policía Federal donde Huici estaba detenido. La propuesta concreta fue que el preso declarara en contra de los demás policías y con ello le mejorarían su situación procesal. Es decir que usaron una conversación privada destinada a favorecerlo para perjudicarlo en el expediente.

El abogado de Nercellas, Ricardo Gil Lavedra, aseguró que la resolución del Tribunal de Disciplina es “absolutamente nula”, porque en ningún momento fueron notificados del proceso y la resolución en su contra. “Eso no es una sanción, es una broma, pero de muy mal gusto”, remarcó el defensor de Nercellas. La decisión del Tribunal de Disciplina fue tomada por el voto de quienes fueron sus integrantes en los últimos años, es decir los que estudiaron el caso, y no por la nueva composición que surgió tras la reciente elección en el Colegio.

Marta Parascándalo, defensora del policía Alejandro Burguete, también fue sancionada con un año de suspensión de la matrícula. Parascándalo negoció a escondidas con el juez la libertad de su defendido a cambio de una declaración contra los otros uniformados. El Tribunal Oral lo consideró una irregularidad que se verificó en el hecho de que, habiendo estado todos los policías en la misma situación, con las mismas supuestas pruebas en contra, uno quedó libre y los otros presos.

Por último, también el Colegio le suspendió la matrícula a Víctor Stinfale, abogado de quien fuera el principal imputado, Carlos Telleldín, luego absuelto como el resto de los acusados. A Stinfale se le achaca haber negociado en forma ilegal el pago de 400.000 dólares a cambio de la declaración de Telleldín contra los policías. El Tribunal de Disciplina consideró que se trató de una metodología reñida con la ética que debe tener un abogado. La lógica indica que los cuatro sancionados recurrirán a la Justicia en lo Contencioso-Administrativo Federal para que se revoque la medida, ya que dentro del Colegio los fallos son inapelables.