Un mensaje optimista de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense), impulsó a los mercados financieros. El índice de acciones líderes MerVal subió 4,6 por ciento y el Dow Jones, el 1,8. Las mejoras alcanzaron a los recintos de la región. En tanto, el Banco Central adquirió 80,4 millones de dólares y las reservas quedaron al borde de los 25.000 millones: están exactamente en 24.914 millones.

Desde que asumió a principios de año, Bernanke mantuvo una relación muy conflictiva con los mercados financieros. Usualmente mal interpretado o poco claro en sus conceptos, la comunicación de Bernanke tocó fondo algunas semanas atrás, cuando le confió a una periodista televisiva, durante una cena, que la FED seguiría subiendo la tasa de interés. En este contexto, los mercados atraviesan por una alta volatilidad.

Ayer, en la que tal vez fue su participación más positiva para los inversores desde que asumió, Bernanke dijo que si bien estaba preocupado por la inflación en los Estados Unidos, y que la situación planteaba “desafíos”, el impacto de los costos más elevados de la energía no sería tan dañino como podría evaluarse. Esas declaraciones envalentonaron a los financistas, que se lanzaron a comprar acciones y bonos a precios de ganga después de las fuertes bajas de las últimas semanas. La Bolsa de México, por ejemplo, subió 6,7 por ciento, la mayor escalada en seis años.

La euforia de ayer no debería interpretarse como el final feliz de una película dramática. Los operadores descuentan que la Reserva Federal elevará la tasa en un cuarto de punto a fin de mes, al 5,25 por ciento anual. Y da la sensación de que todavía falta mucho para saber cómo quedará el nuevo escenario económico y financiero global.