En la Casa Rosada creen poco o nada en la sinceridad de las palabras del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y del canciller de ese país, Reinaldo Gargano, sobre su intención de retomar el diálogo con la Argentina por la instalación de las papeleras en Fray Bentos. “Es una ofensiva para condicionar el fallo de la Corte de La Haya”, alertó ayer a Página/12 un alto funcionario del Gobierno, quien también atribuyó esas declaraciones a la necesidad de Uruguay de bajar el tono del conflicto en el marco de la visita que Vázquez hará al país el mes próximo para participar de la cumbre del Mercosur. Hoy habrá en Buenos Aires una reunión de cancilleres del bloque en la que Gargano podría llegar a hacer algún tipo de planteo sobre la disputa.

A menos de una semana de la presentación formal del caso de las papeleras en el tribunal de La Haya, las autoridades uruguayas sorprendieron con sus declaraciones a favor de un acercamiento con la Argentina. Los gestos de distensión incluyeron una invitación formal de Vázquez a Néstor Kirchner a viajar a Montevideo para participar en noviembre próximo de la XVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado.

La cautela con que reaccionaron tanto en la Casa Rosada como en la Cancillería radica en la desconfianza sobre el verdadero propósito de los uruguayos. El análisis que hacen en el Gobierno es que en verdad Uruguay está desplegando “una ofensiva para condicionar el fallo de la Corte de La Haya”. A decir de un hombre de confianza de Kirchner, “pretende simular que hay diálogo para instalar la idea de que la presentación del caso en ese tribunal fue una típica exageración argentina”.

Voceros de la Cancillería coincidieron en esa percepción. “Los que abandonaron la negociación diplomática fueron ellos. Si quieren avanzar en un acercamiento, que hagan una propuesta concreta.”

Por esa razón buscaron también bajarle el tono a la visita que Cristina Fernández realizará este fin de semana a Montevideo y precisaron que viajará con el único propósito de participar de una reunión de la Confederación Sudamericana, a la que definieron como “un ámbito de reflexión sobre la integración regional”.

En Buenos Aires tampoco pasó inadvertido el hecho de que desde Montevideo hablen de una reapertura del diálogo en vísperas de la próxima cumbre de mandatarios del Mercosur que se desarrollará en Córdoba. “Tabaré no sólo carga con el conflicto de las papeleras, sino también con sus amagues de abandonar el bloque y alinearse con Estados Unidos. Tiene que remontar esa situación y por eso busca descomprimir antes de venir a la Argentina”, evalúan en la Casa Rosada.

La preparación de esa cumbre es el primer tema de la agenda de la reunión que los cancilleres del Mercosur mantendrán hoy en Buenos Aires. También se dedicarán a avanzar en los detalles de la incorporación de Venezuela al bloque y en el diseño de una estrategia común para las próximas negociaciones de la Organización Mundial de Comercio en Ginebra. “Después hay un tramo del encuentro que será a agenda abierta. Puede que ahí Uruguay plantee algo”, explicaron en la Cancillería. Según trascendió en Montevideo, Gargano podría llegar a hacer algún planteo relacionado con los cortes de las rutas que vinculan ambos países.

Desde Gualeguaychú amenazan con retomar las protestas en caso de un fallo adverso en La Haya. Aunque todavía no hay nada resuelto, la idea sería evitar por el momento los cortes de ruta. “Cuando uno se somete a un tribunal, se somete para acatar cualquier decisión que tome”, enfatizó el representante para Asuntos del Medio Ambiente de la Cancillería, Raúl Estrada Oyuela, en contra de una eventual reedición de los piquetes. El embajador evaluó que, si bien no debilitarían la postura argentina en La Haya porque en términos jurídicos “es muy sólida”, podrían “crear otro tipo de complicaciones si se interrumpen los caminos”.