EL PAíS › EL ACUERDO NACIONAL CON QUE EL OFICIALISMO BUSCO TENTAR AL PS
La oferta para convertir a Héctor Polino en secretario de Medio Ambiente fue sólo un punto de una propuesta más amplia que el Gobierno le hizo al socialismo, que incluía el respaldo a Hermes Binner como candidato a gobernador de Santa Fe. Hasta ahora el plan no tuvo eco.
› Por Diego Schurman
Hasta ahora sólo se conoció el fallido intento de convertir al ex diputado Héctor Polino en secretario de Medio Ambiente. Pero la propuesta que el Gobierno acercó al socialismo fue mucho más amplia e incluyó un ítem que nunca tomó estado público: la posibilidad de que el kirchnerista Frente para la Victoria respalde a Hermes Binner como candidato a gobernador de Santa Fe.
El tema fue conversado en sucesivos encuentros entre funcionarios de la Casa Rosada y dirigentes del Partido Socialista (PS). El plan era establecer una alianza política en el marco de la convocatoria a la “pluralidad” realizada por Néstor Kir-chner en la Plaza de Mayo.
Con el virtual lanzamiento de Roberto Lavagna, al Gobierno le resultaba funcional establecer un lazo con el socialismo: consolidaría así su estrategia de mostrarse a la izquierda del ex ministro, a quien se esmera en presentar como el referente del centroderecha.
Las negociaciones oficiales estuvieron encabezadas por Alberto Fernández. Hace tiempo que el jefe de Gabinete le hace llegar mensajes a Binner para que defina quién será su candidato a presidente. Las alternativas que aparecen en el horizonte del socialismo por ahora son tres: Kirchner, Lavagna o Elisa Carrió.
Es poco probable que Binner juegue sus chances de gobernador sin acompañar un proyecto nacional. En su propio entorno creen que restaría más votos de los que sumaría. Eso también piensan varios funcionarios del Gobierno y así se lo hicieron saber a los socialistas en la Casa Rosada, el café Tortoni y otros ámbitos que se convirtieron testigos de las negociaciones.
Amén de los contactos con Polino, Fernández y otros integrantes del staff oficial, mantuvieron conversaciones con el presidente y el secretario general del PS, Rubén Giustiniani, y Oscar González. Pero siguieron la rueda con más miembros de la Mesa Nacional del partido para asegurarse de que el mensaje llegara a Binner. Uno de ellos fue el sindicalista aeronáutico Ariel Basteiro.
Además de mantener una buena relación, Binner y Kirchner miden bien en Santa Fe. La posibilidad de potenciarse –según la creencia del Gobierno– representaría de por sí un atractivo, más allá de que los comicios para gobernador y presidente sean desdoblados.
Al Gobierno le resultaría provechoso: en las legislativas de octubre pasado, de los tres distritos más importantes del país, el kirchnerismo ganó en la provincia de Buenos Aires, pero cayó derrotado en la Capital y Santa Fe. Una alianza con Binner le permitiría recuperar la senda del triunfo en este territorio.
Sin embargo, la diversidad de posturas que conviven dentro del propio socialismo fue un cepo para llegar a un acuerdo. Hasta Polino debió resignar su ingreso a la Secretaría de Medio Ambiente tras poner a consideración del partido semejante decisión. El ex diputado anhelaba ese cargo y en el Gobierno se ilusionaban con que sería una buena manera de descomprimir las relaciones con Uruguay: Polino y el canciller de ese país, Reinaldo Gargano, tienen buena sintonía.
No es la primera vez que la Casa Rosada busca a Polino. Por lo tanto, tampoco es la primera que fracasa en su intento. Pese a ello, el ex diputado prioriza la relación con el kirchnerismo, de la misma manera que lo hace el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, quien hasta estuvo a punto de concurrir el pasado 25 a la Plaza de Mayo.
Binner no se ha expresado sobre la oferta oficial. Por ahora su único tendido de redes sobre superficie lo ha realizado con el ARI provincial, en un principio de acuerdo que sin embargo no es reconocido por Elisa Carrió. La titular de esa fuerza es muy crítica del diputado socialista por su ambigua relación con Kirchner. Carrió no volvió a expresarse sobre Binner desde su reciente conversación telefónica con Giustiniani. Ninguno de los protagonistas soltó la lengua sobre el contenido de la charla.
No obstante, es frecuente escuchar por estas horas en el Gobierno que la negativa de Binner obedece a las tratativas entabladas entre sectores del socialismo y el radicalismo para apuntalar la candidatura de Lavagna. El propio ex ministro hace rato que viene promoviendo la inclusión del socialismo a su aventura presidencial.
A ese trabajo también está abocado Raúl Alfonsín. Los “radicales lavagnistas”, si se permite esa categoría, no dejan de recordar por estas horas las buenas migas que hacen con el socialismo en Santa Fe a través del Frente Progresista o la Internacional Socialista.
Según la Casa Rosada, un escenario de alianza entre Binner y Lavagna obligaría al PJ a fogonear la candidatura de Carlos Reutemann, aparentemente el único con alguna chance de vencer al diputado socialista en las urnas. No es lo que más seduce a Kirchner.
Se sabe: Fernández fue muy duro con el socialismo cuando éste se negó a ceder a Polino para la Secretaría de Medio Ambiente. “Los mismos que en algún momento dejaron que el socialismo actuara con Videla se oponen a que el socialismo se incorpore a un gobierno democrático”, criticó.
Buscó de esa manera sumar un nuevo elemento de presión para modificar ya no la decisión sobre la incorporación del ex diputado sino la de todo el PS, con quien aspiraba a un acuerdo nacional con epicentro en Santa Fe.
Así las cosas, las posibilidades de una concertación parecen estar bien lejos. Pero en la Casa Rosada no cierran todas las puertas. Para las elecciones del 2007 todavía falta más de un año. Y soñar no cuesta nada.
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