“Argentina ha vuelto... la esperábamos”, dijo José Luis Rodríguez Zapatero, mirando a Néstor Kirchner y con un tono diferente al que utilizó durante la rueda de prensa una vez finalizada la audiencia oficial entre ambos mandatarios en el Palacio de La Moncloa. El jefe de gobierno español dio un rotundo respaldo a la gestión del presidente Kirchner y se comprometió a sostener ese apoyo. “Argentina vive una espectacular recuperación económica, ha iniciado un camino que no tiene vuelta atrás”, sostuvo el espigado mandatario, de impecable traje azul. “España ha estado, está y estará en Argentina. Hay 42 mil millones de euros de inversiones españolas y ahora se viven tiempos de bonanza”, remató. Pocos minutos después, a metros de allí, en otra de las salas de La Moncloa, el titular de Repsol-YPF, Antonio Brufau, acompañado del ministro Julio De Vido, anunciaba “el adelantamiento del plan de inversiones para el trienio 2007/2009, que representa el desembolso de seis mil millones de dólares, dos mil millones de dólares más que los previstos para ese lapso”. Para la delegación argentina el cierre de la gira no podía ser mejor: el apoyo político por parte de Zapatero y su correlato empresarial con el anuncio de Repsol YPF.

Por la tarde, sin embargo, salieron a la luz algunos de los reclamos sobre el supuesto retraso tarifario que oficialmente el Gobierno decía no haber recibido. Fue el propio Kirchner el que “blanqueó” la situación: “No hay empresario que no quiera aumento de tarifas”, dijo el Presidente, y agregó “en forma paulatina se va a dar la discusión”.

Repsol-YPF se adelanta

“Tenemos dos frentes de acción, la exploración y la producción, y cuatro líneas de actuación”, fueron las primeras palabras de Brufau cuando caía la noche en los jardines de La Moncloa. El presidente de la compañía enumeró los tópicos: mejor tecnología, profundización y desarrollo de crudos pesados, gas no convencional (de difícil extracción) y exploración en campos de provincias –a licitar– y en el Mar Argentino”.

“Esto, traducido en dólares, supone un plan de seis mil millones para el trienio 2007/2009”, dijo el empresario. Para hacerlo más comprensible todavía, sacó otra cuenta: “Son dos mil millones más de lo previsto para ese lapso”. A su lado, De Vido –que participó de las reuniones junto a Enrique Locutura (director regional de Repsol para Brasil, Bolivia y Argentina)– seguía con atención el relato. “El proyecto de Tight gas” –extracción de gas no convencional– va a generar la posibilidad de empleo para 3500 personas en forma directa y más de tres mil indirectamente, vayan diciéndoles a sus universitarios que tendrán oportunidades de buen trabajo”. Consultado sobre el tema tarifas, Brufau fue muy cauto. “Apostamos por el futuro, creemos que a medio plazo, no sé cuándo, la situación va a permitir que se alcancen niveles razonables, seguramente vamos a ser eficientes”, contestaba mientras De Vido miraba hacia dentro de la residencia, por donde aparecieron los miembros de ceremonial y los invitaron a pasar para cenar.

El amigo español

“Quiero decir que el primer ministro mantiene las convicciones que tenía cuando no era jefe de gobierno”, dijo Kirchner frente a los periodistas en la sala de prensa de La Moncloa, después de una amplia y extensa bilateral.

Fue la nota política del día, porque si bien es conocida la afinidad de ambos –con la referencia, Kirchner hizo notar que se remonta a antes del ascenso al poder del socialista– los conceptos del Rodríguez Zapatero superaron los límites del protocolo: llamó “amigo” a Kirchner y afirmó que “tenemos una relación estratégica excelente, la economía Argentina ha tenido un recuperación espectacular”. Pero el reconocimiento llegó a otros puntos: “La creación de una unidad especial para investigar la desaparición de ciudadanos españoles” y calificó a Kirchner como “valuarte de la defensa de los derechos humanos en Latinoamérica”.

Antes de la “comparencia” –tal como lo llama la prensa a ese contacto– se firmaron cinco acuerdos de “asociación estratégica” que contemplan áreas agrupadas en:

- Mecanismos de Concertación Bilateral (Derechos Humanos, diálogo y comunicación diplomática, consolidación de la comunidad iberoamericana).

- Seguridad, Libertad y Justicia.

- Crecimiento Económico y Oportunidades.

- Antártida.

- Defensa en Servicio de la Paz.

- Educación, Investigación e Innovación.

En este último punto se destacó la aceptación de la propuesta argentina –planteada por el ministro Daniel Filmus– del “canje de deuda por educación”. El primer ministro instó a los argentinos “a presentar los proyectos educativos para niños carenciados” y comprometió 60 millones de euros. También en el área educativa se avanzó en la instalación del Centro de investigaciones argentino-español, que tendría sede en Rosario con tecnología de punta para aplicar a la producción agropecuaria.

Ya en la rueda de prensa, y permitiéndose tan sólo dos preguntas por delegación de periodistas, Zapatero debió abordar las negociaciones con ETA ante la requisitoria de la prensa local –hoy principal tema de la agenda política española– pero pronto volvió a la Argentina: “Hay 80 mil argentinos en España y 320 mil hijos de argentinos, España ha estado, está y estará con Argentina”.

Como no podía ser de otra manera, apareció el fútbol. “Es la única diferencia que tenemos”, dijo el jefe de gobierno como si supiera que al instante Kirchner le acercaría la camiseta oficial de la Selección Nacional. “Le voy a poner el 19”, dijo Zapatero, entre risas, en alusión al que lleva en las espalda Lionel Messi, estrella de su querido Barcelona.