EL PAíS › LA SECRETARIA DE MEDIO AMBIENTE Y LAS PASTERAS
› Por Laura Vales
“La solución al conflicto de las pasteras es que Uruguay las relocalice”, dice desde Córdoba Romina Picolotti, la nueva secretaria de Medio Ambiente. Después de su designación, la abogada viajó a su provincia para armar el equipo con el que el lunes asumirá sus funciones; tendrá por los menos siete grupos de trabajo y un área especial para el tema del Riachuelo. Desde la secretaría, sostiene, buscará que en la Argentina las empresas se adecuen a nuevos estándares de protección y que las provincias coordinen políticas de cuidado ambiental con la Nación. “Los gobernadores que no defiendan el ambiente pagarán los costos de separarse de la sociedad.”
–¿Cuándo le ofrecieron el cargo?
–Después de la presentación en La Haya. Yo estaba en Europa porque me quedé para realizar una ronda con los bancos y recibir el Premio Sofía; me llamó por teléfono el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
–¿Por qué aceptó?
–Me tomé esos días para pensarlo y acepté ayer. Vi transparencia en el Presidente y en el jefe de Gabinete, creo que existe una voluntad política de apoyo y también una voluntad económica de apoyo, porque hace falta un presupuesto adecuado para trabajar bien en el área. Ayer le presenté a Fernández un plan de dos años de gestión y consensuamos todos los puntos.
–¿Puso alguna condición para asumir?
–Que pudiera llevar mi equipo técnico, tener libertad de acción y apoyo político y económico en la gestión.
–¿En qué consiste el plan?
–La semana que viene lo vamos a dar a conocer a la prensa en detalle. Puedo anticipar que tiene dos pilares, la prevención y la remediación. La remediación, porque hay situaciones muy críticas en la Argentina que deben encararse de manera inmediata, pero el pilar en el que vamos a hacer más hincapié es en la prevención. Vamos a tener ahí una línea principal de acción con las empresas; el desafío es que vean que el cuidado del ambiente es positivo y no una barrera para el desarrollo. La única manera que tenemos de desarrollarnos es a través de la gestión sustentable de nuestros recursos naturales, porque ésa es nuestra riqueza. Lo que vamos a hacer es un acompañamiento de las empresas por sector para que vayan poniéndose al día y para que el ambiente sea un buen negocio, es decir vamos a promover regímenes económicos que creen condiciones favorables para que las empresas puedan ponerse al día en cuestiones ambientales. Si pasa el tiempo y no cumplen con los estándares que vamos a estipular, vendrán las sanciones.
–En la Argentina, las empresas son muy poco cuidadosas, incluso depredadoras del medio ambiente; ¿aceptarán que les cambien sus condiciones de producción?
–Fácilmente no. Yo voy a convocar en mi equipo técnico a una persona del sector empresario, así como a una persona del sector indígena... Fácil no va a ser, pero no es imposible. Y hay en el mundo un mercado de miles de millones de dólares que se está moviendo para aquellas empresas que se animan; nosotros vamos a promover eso. Quien lea el Financial Times verá que todas las propagandas importantes de página entera son de empresas verdes. Hay todo un mercado que las empresas están descubriendo, y a veces superan los estándares que los Estados les ponen, porque están descubriendo que es un buen negocio cuidar el ambiente. Yo por eso quiero tener una comunicación real, una promoción real de la industria sustentable. Vamos a intentar por todos lo medios, con todas las herramientas económicas y jurídicas crear un ambiente favorable para esta clase de emprendimiento.
–En Buenos Aires tenemos una bomba de tiempo en el Dock Sud, con el Riachuelo. ¿Tiene eso una solución?, ¿en qué plazos?
–Creo que hay solución, pero los plazos son largos. Hablar de plazos sería una irresponsabilidad de mi parte. Lo que puedo decir es que para el tema del Riachuelo vamos a tener una unidad específica dentro de la secretaría, porque es un caso emblemático y porque además tenemos una orden de la Corte Suprema de presentar un plan en treinta días, coordinadamente con la provincia y la ciudad de Buenos Aires.
–¿Cómo se define en lo político?
–Tengo militancia social, pero no estoy afiliada a ningún partido ni nunca tuve militancia partidaria.
–¿Y su familia?
–Mi padre fue abogado de víctimas de violaciones de derechos humanos, aunque ya no está en actividad. Mi abuelo fue peronista, presidió tres veces la Cámara de Diputados de Entre Ríos y estuvo luego preso por eso, mi mamá con custodia en la puerta de su casa; luego lo liberaron.
–Usted integró la delegación que llevó a La Haya la denuncia por las papeleras, ¿qué pasos debe dar ahora la Argentina?
–La Argentina ha dado todos los pasos que tenía que dar, ha hecho todo lo posible y ahora no nos queda otra que seguir la vía judicial. Desde Uruguay se habla de reabrir el diálogo... yo soy una convencida de que lo óptimo para todos es que esto se arregle con una negociación diplomática.
–¿Podría la Argentina aceptar que las papeleras se instalen frente a Gualeguaychú?
–Yo ya lo he dicho: me parece que la solución a este conflicto es que las papeleras se relocalicen y que ese lugar se utilice como un polo turístico. Uruguay debería relocalizarlas, aunque sea en tierras fiscales para que las empresas no pierdan dinero, y el Banco Mundial, que ha sido uno de los grandes promotores de la forestación, debería asegurarse de que el Uruguay tenga capacidad real de control de estas empresas.
–Hubo rumores de que Ence evaluaría la posibilidad de irse. ¿Tiene alguna información en ese sentido?
–Ence en sus declaraciones ha demostrado un gran disgusto con la situación, y las obras de Ence han estado paradas. Nosotros hemos sido muy exitosos en obstaculizar todos los créditos, de ambas empresas. Hace un año que estas empresas no reciben un dólar ni un euro de ningún banco, eso definitivamente influye en el ritmo de construcción y también obliga a revisar la inversión.
–Los gobernadores de Corrientes y Misiones están a favor de instalar pasteras en sus provincias; es evidente que la Argentina no tiene una política unificada frente al tema.
–Va a ser un gran desafío coordinar la política nacional con las provinciales. Vamos a convocar a todas las empresas pasteras para tener un plan progresivo por industria; esperemos que los gobernadores nos acompañen. Al final del día, aquellos gobernadores que no nos acompañen pagarán sus costos políticos, porque la gente está cansada de gobernantes que piensan en sus propios intereses y no piensan en el bien de la comunidad.
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