El ex presidente Raúl Alfonsín profetizó ayer, durante el acto de asunción de nuevas autoridades de la UCR en Misiones, “la muerte de la República”. No dio fechas ni mayores descripciones, pero diagnosticó que se debe al proyecto del Gobierno de otorgar “superpoderes” permanentes al jefe de Gabinete “para que haga lo que quiera con el Presupuesto”.

Alfonsín se mostró alarmado por la “marginación del Congreso” porque, de ese modo, “se lesiona la división de poderes con el Congreso a través de decretos de necesidad y urgencia que lo marginan”. El ex mandatario estimó que los superpoderes que podría recibir Alberto Fernández constituyen una maniobra “por encima de la voluntad de los representantes del pueblo”. En ese sentido, recordó otro hecho “censurable” –según dijo– contra la división de poderes, “en este caso del Poder Judicial, la reforma del Consejo de la Magistratura”. “Esto es gravísimo”, concluyó.

El ex presidente, que en poco tiempo pasó del apoyo crítico a la oposición constructiva, volvió a ponderar las cualidades como futuro a presidente al ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, porque “es un buen candidato”. Aunque aclaró que antes habrá que consultar a la Convención Nacional del radicalismo “que definirá si hay apoyo o no”. Pero deslizó que las autoridades partidarias coinciden con su opinión respecto de Lavagna.

Sobre la actual relación entre la UCR y el oficialismo, Alfonsín aseguró que se “ha buscado el diálogo de todas maneras” y atribuyó la desconexión a la “tendencia hegemónica y autoritaria que impide buscar consenso y hablar con los partidos de la oposición, que tienen que tener la misma dignidad que el oficialismo”.

Una vez descartada cualquier relación con el Gobierno, el líder radical indicó los pasos a seguir: “Tenemos que dialogar en forma horizontal, encontrarnos con otros sectores igualmente progresistas y que estén en el marco de una socialdemocracia; en el centroizquierda”. Luego habrá que conformar un frente electoral “sin el gobierno ni la derecha”, para lo cual, señaló que será necesaria “una auténtica concertación, no la ridícula concertación que busca el gobierno con los iguales”; aunque aclaró que no está pensando en el PRO de Macri.

Muy optimista respecto del nuevo armado, Alfonsín dijo ver claras posibilidades de éxito en la próxima elección. Dijo que, según sus cálculos, en octubre de 2007 podrían cosechar “el 40 por ciento de los votos” con Lavagna como candidato. Y agregó: “Si llegamos al ballottage, vamos a comenzar a gobernar de nuevo la República Argentina”.