Mar 04.07.2006

EL PAíS  › KIRCHNER LLEGO ANOCHE A VENEZUELA PARA LA CUMBRE

El gasoducto pone primera

Energía, alimentos y el ALBA serán los ejes de la cumbre extraordinaria del Mercosur. Venezuela formalizará su ingreso al bloque regional. El borrador del Gran Gasoducto del Sur.

› Por Raúl Dellatorre
Desde Caracas

Energía, alimentos y el ALBA (la propuesta bolivariana alternativa al ALCA) son los ejes que, desde Venezuela, se promete que encabezarán el intercambio de ideas entre los presidentes en esta cumbre, más allá de la firma del tratado que formalice el ingreso del país que preside Hugo Chávez al Mercosur. Y en materia energética, uno de los borradores que con más delicadeza manejan los funcionarios venezolanos es el referido al acuerdo ya alcanzado para concretar la primera etapa del Gran Gasoducto del Sur, como se ha dado en llamar al megaproyecto de interconexión energética que atravesará toda Sudamérica de Norte a Sur.

Descalificado como un “proyecto faraónico”, denigrado como un producto de “discursos demagógicos y populistas” de los líderes de la región, la unión física de yacimientos y consumidores finalmente tomó forma técnica después de la última reunión de los países participantes, a los que se sumó en esa oportunidad Bolivia. En una primera etapa, el proyecto contemplará una suerte de subsistemas gasíferos, uno alimentado con gas venezolano y otro, más al sur, con combustible aportado desde Bolivia. En el futuro, de acuerdo con las necesidades, se concretaría el tramo que interconecta los dos sistemas, en territorio brasileño. Así empezará a tomar forma irreversible la integración energética y, conceptualmente, un estilo de vinculación a los miembros del Mercosur de características distintas a las que le dieron origen.

El presidente Néstor Kirchner fue el primero entre sus pares en arribar anoche a Caracas para la Cumbre Extraordinaria del Mercosur. Y no parece casual. “Venezuela lo necesita cerca”, comentó un analista local a este diario, recordando el espacio que le cedió Chávez para hablar ante el Congreso Nacional mañana, en un día de fiesta nacional, interpretado como un gesto para mostrarlo como un aliado incondicional.

La relación con Argentina es el eje de la defensa de su integración a ese bloque regional frente a las críticas internas que recibe de parte de quienes le señalan lo inoportuno de sumarse justo en el momento aparentemente más delicado de su corta historia del bloque. Es que la relación con Argentina, y su expansión en estos últimos años, es exhibida por los funcionarios del gobierno venezolano como un ejemplo de lo que se puede obtener explorando los caminos de la complementación.

“¿Cómo se puede hablar de agotamiento del Mercosur, cuando ni siquiera se han explorado las gigantescas posibilidades existentes de complementación, cooperación y solidaridad entre nuestros pueblos?”, respondió Alí Rodríguez, en estos días, cuando le preguntaron sobre el tema. El canciller venezolano destacó que el intercambio entre Argentina y Venezuela pasó de 150 millones de dólares a 1500 millones en tan sólo dos años, producto de “una correcta exploración de las complementaciones económicas existentes”. Venezuela es una potencia energética con crecientes excedentes exportables, y la Argentina lo es en materia agrícola, subrayó. Venezuela necesita alimentos, luego de años de abandono de la actividad agrícola. Argentina, en tanto, después de más de una década de desidia en la inversión en recursos energéticos, cuya decisión quedó en manos de sectores privados, hoy empieza a sufrir los dolores de la pérdida del autoabastecimiento en algunos renglones. En esa doble vía transitó el intercambio para alcanzar los resultados mencionados. Y en acuerdos de gobierno a gobierno.

El Gran Gasoducto del Sur es concebido como otro gran salto en el mismo sentido. Para darle viabilidad inmediata, los técnicos de los cuatro países que lo integran –Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela– encontraron una alternativa más accesible que la idea original del tendido de un gasoducto desde Venezuela hasta Argentina. El nuevo diseño propone un sistema de gasoductos desde los yacimientos gasíferos de Venezuela para el Norte y Nordeste de Brasil, y un segundo sistema que alimente, desde Bolivia, al sur del Brasil y al Nordeste y área metropolitana de Buenos Aires, donde se conectaría con la red troncal de Argentina. Con esta mayor disponibilidad de gas, por el aporte boliviano, se invitó a participar a Paraguay y Uruguay como consumidores.

Con un enfrentamiento entre sus socios fundadores, quejas y amenazas de ruptura de sus miembros pequeños y una sensación de “agotamiento”, el Mercosur abre las puertas hoy para darle ingreso formal a Venezuela. Si las nuevas ideas y proyectos que empiezan a circular por sus venas terminan dando origen a una nueva concepción, quizás el Mercosur pueda demostrar que es capaz de sacarse de encima las rémoras de un modelo neoliberal que, todavía, ata de pies y manos los sueños de integración.

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