EL PAíS › DEBATE ENTRE KIRCHNER Y UN SECTOR DE LA COMUNIDAD JUDIA
Hablaron Beraja, imputado en la causa por el encubrimiento, y el titular de la DAIA. Memoria Activa contestó.
› Por Werner Pertot
El sector de la comunidad judía directamente aludido por el presidente Néstor Kirchner –que habló de “contubernios con el menemismo”– salió a responderle. El primero en la fila fue el propio ex titular de la DAIA Rubén Beraja, que está imputado en la causa por encubrimiento del atentado a la AMIA. “Me sorprendieron, realmente. Me parecieron fuera de lugar, no tienen nada que ver con la realidad”, se escandalizó. “Nosotros entendemos que no hubo ninguna entente de ningún dirigente comunitario, con ningún estamento del poder en ninguna época de la conducción de la DAIA. Todos tuvieron sus aciertos y sus errores”, consideró el actual presidente de la entidad, Jorge Kirszenbaum. “Es claro que Beraja tuvo que ver con el encubrimiento. El gobierno de Menem no hubiese podido sostener la mentira si la comunidad judía no hubiese sido funcional”, rebatió la dirigente de Memoria Activa Diana Malamud.
Frente a las críticas que recibió por parte de familiares y dirigentes de la comunidad judía en el acto del martes, Kirchner respondió un día después que no era “mago, ni Mandrake”. “Yo no participé en el contubernio de alguna dirigencia de la comunidad judía, ya sea Beraja u otro, con el gobierno menemista. Nunca avalé la investigación de Galeano y Cristina nunca lo hizo”, agregó.
“Evidentemente, el Presidente no debe estar muy bien informado, porque inclusive cita a la senadora (Cristina) Fernández de Kirchner como el baluarte de la oposición, cuando fue una de las personas que en la comisión bicameral, creada a iniciativas de la DAIA, propuso, sostuvo y respaldó hasta fin del ’97 la actuación del juez (Juan José) Galeano”, se defendió el ex titular del Banco Mayo.
Las críticas de Kirchner reavivaron un debate interno, dado que la agrupación Memoria Activa acusa a Beraja de haber sido cómplice del encubrimiento. Luego del acto por los tres años del atentado, en el que Laura Ginsberg –luego dirigente de Apemia– anunció al gobierno menemista, Beraja y otros dirigentes se acercaron a la Casa Rosada a encontrarse con el Presidente, en lo que se interpretó como un pedido de disculpas. “Yo no voy a defender a Menem, y lo he criticado cuando estaba en el gobierno, no ahora”, se atajó Beraja en declaraciones radiales.
“Yo no estuve en esa reunión con Menem. Y no sé a qué se refiere Kirchner con contubernios. Si habla de ocultamiento de pruebas, de encubrimiento, eso de ninguna manera ocurrió”, enfatizó Kirszenbaum, quien se mostró preocupado por “el tono de la declaración del Presidente, independientemente de que sea un hombre de la democracia, muy comprometido con la búsqueda de justicia y con los derechos humanos. Se dirigió a un familiar que legítimamente reclama justicia. No se puede transferir a las víctimas la responsabilidad”.
–¿En qué se diferencia su gestión de la de Beraja? –preguntó Página/12.
–Después de Beraja se sucedieron tres presidentes de la DAIA. Nuestra conducción tiene otro estilo.
“A mí no me sorprende lo que dice Kirszenbaum. Es un títere de Beraja y hace lo que le dice él”, sostuvo Malamud. Por su parte, el titular de la AMIA, Luis Grynwald, y los Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado en la AMIA mantuvieron su silencio, aunque dejaron trascender el malestar que les produjeron las palabras del Presidente. Los familiares informaron que no hablarán hasta la semana próxima. “Ante la calentura del Presidente, optamos por conversar sobre esto la semana que viene, con la cabeza fría”, aseguró a este diario uno de sus integrantes. “Kirchner tomó cuatro palabras de nuestro discurso y las leyó mal. Planteamos que hubo buenas intenciones, pero malos resultados”, se enojó.
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