Voceros de Ence admitieron que se podría cancelar la instalación de la papelera en Fray Bentos. Entre las razones está la caída de las acciones de la empresa española como consecuencia de la mala imagen que le provocó el conflicto entre la Argentina y Uruguay.
Aunque no hubo confirmaciones oficiales, voceros de Ence admitieron que la empresa “tiene en estudio” cancelar la construcción de su papelera en Fray Bentos. Ese es el “ánimo” en la compañía española, dijeron, desde que asumió una nueva administración, encabezada por Juan Luis Arregui. Entre los principales motivos de la revisión de planes está la caída del 18 por ciento en el valor de las acciones, una consecuencia de la mala imagen que le ha producido el conflicto entre Argentina y Uruguay.
La versión de que Ence analiza irse del país vecino fue difundida el viernes, por fuentes empresarias, desde Madrid. Esta es la segunda oportunidad en un mes que circula el trascendido. A fines de junio, en vísperas de una junta de accionistas, también se dijo que la empresa pensaba en una relocalización del proyecto de Fray Bentos, para llevarlo treinta kilómetros más lejos, pero esa posibilidad fue finalmente desmentida. El titular de la compañía se encargó personalmente de hacer la aclaratoria: dijo que la construcción de la fábrica era “estratégica” para su empresa y que el presidente Tabaré Vázquez podía “estar tranquilo” de que la inversión se llevaría a cabo.
En la Cancillería argentina evitaron hacer declaraciones, aunque están al tanto de la posibilidad, así como del malestar que existe entre los directivos de Ence con la segunda pastera, Botnia. Ocurre que la empresa de Finlandia obtuvo después que Ence los permisos para su radicación, pero terminó molestando los planes de los españoles al instalarse a sólo siete kilómetros de distancia, con una planta dos veces mayor en tamaño y una política agresiva hacia la sociedad entrerriana.
Botnia construyó, como paso inicial, la enorme chimenea frente a las playas de Gualeguaychú que puso en alerta máxima a los vecinos. Y se negó a paralizar sus obras cuando Argentina y Uruguay avanzaban en un acuerdo para realizar el estudio de impacto ambiental. Ence, en cambio, frenó sus trabajos por aquel intento de negociación entre Vázquez y Néstor Kirchner. Desde entonces ha postergado su reanudación: inicialmente, no renovó los contratos de los obreros de la construcción a la espera del fallo de La Haya, pero conocido el fallo sigue congelada, ahora hasta que el Banco Mundial decida si le otorga los préstamos pendientes.
El gobierno argentino ha hecho gestiones con los directivos de Ence por la relocalización. Hace un mes, cuando Kirchner visitó España, el titular de la empresa, Arregui, se reunió con el jefe de Gabinete Alberto Fernández y con el canciller Jorge Taiana. Arregui también sobrevoló la zona de la obra, en Fray Bentos; se habría quejado entonces por proximidad de las plantas.
Arregui asumió en abril la presidencia de una empresa que tiene entre sus necesidades centrales la de mejorar su imagen. En su país, Ence está acusada de contaminar la ría de Pontevedra, donde tiene una planta de celulosa desde 1957. Ahora la empresa no descarta mudar esas instalaciones, en respuesta a un reclamo que los vecinos y el municipio vienen impulsando hace años.
Un vocero de la empresa consultada por este diario señaló que Arregui es dueño del 12 por ciento de las acciones. Desde su asunción, agregó el consultado, viene evaluando los aspectos negativos del plan de negocios de Ence, con una conciencia creciente de que en Fray Bentos están metidos en un conflicto difícil.
Por esto, Ence analiza la posibilidad de reducir su inversión en el Uruguay, donde mantendría sólo sus áreas de forestación y el negocio de la exportación de madera sin tratar.
Por otra parte, hace un mes trascendió que los españoles han hecho sondeos para comprar una planta de celulosa con capacidad para procesar 300 mil toneladas de pasta de papel en la localidad de Figueira da Foz, Portugal.
La principal crítica de la Argentina a la instalación de las plantas es el lugar de su localización (sobre un río de poco caudal) y la corta distancia que separa a las dos fábricas, lo que hará que la contaminación se potencie. Esta semana, en una visita a Gualeguaychú, el canciller Taiana ratificó que “las plantas no pueden instalarse en la región sin causar un daño irreparable”. El funcionario también insistió en que el gobierno mantendrá su estrategia para cortarles el financiamiento a las pasteras.
El Banco Mundial suspendió el desembolso de créditos por 400 millones de dólares a las pasteras luego de los reclamos argentinos para que se realice un estudio de impacto ambiental más detallado. Aunque esos fondos no son irremplazables, la palabra del organismo de crédito internacional funciona como señal para el resto de los bancos.
En estos días, los equipos de tres consultoras trabajan en Fray Bentos para completar los informes en base a los cuales el directorio del BM decidirá si otorga los préstamos.
Como parte de sus presentaciones para entorpecer el financiamiento de las obras, la Cancillería mandó la semana pasada un escrito al BM solicitándole que para tomar su decisión espere el fallo de la Corte de La Haya, lo que supondría un congelamiento hasta finales del 2007.
Es difícil que la respuesta final del Banco sea cortar el financiamiento, pero de hecho todo el trámite viene de postergación en postergación, complicando los cronogramas de las empresas.
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