Pese a la opinión en contra de muchos dirigentes de su partido, Binner respaldó al diputado Zancada, quien adhirió a una misa donde se defendió el terrorismo de Estado. “Fue un rezo por el perdón”, justificó.
› Por Diego Schurman
Sorpresivamente, el socialista Hermes Binner salió a respaldar a un diputado de su partido que comulgó con defensores del terrorismo de Estado. Se trata de Pablo Zancada, quien adhirió a una misa inscripta en el rechazo de sectores eclesiásticos y militares a la reapertura de las causas por la represión ilegal. “Yo acepto lo que hizo Zancada porque hay que conocer la esencia del catolicismo para saber lo que significa el perdón”, dijo Binner a Página/12, profundizando así una interna en el socialismo que hasta ahora se había desarrollado con sordina.
Zancada se convirtió en diputado en octubre. Ocupó el quinto lugar en la boleta del Frente Cívico Progresista y Social de Santa Fe, que encabezó Binner. Este lo introdujo en pos del objetivo de seducir a sectores conservadores y buscar una expansión territorial. Al ser oriundo de Reconquista, garantizaba un importante caudal de votos en el Norte de la provincia.
El diputado de la polémica adhirió a un oficio religioso realizado en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes por el padre Ricardo Mazza. La consigna de la misa fue “por los desencuentros de los argentinos, rogando por la reconciliación nacional”. Y entre otros adherentes figuraron el ex capellán de la policía bonaerense Christian von Wernich, la activista castrense Cecilia Pando, el represor Eduardo “Curro” Ramos y el procesado padre Julio César Grassi.
La ceremonia religiosa fue promovida por Juan Carlos Sánchez, dueño del sitio Política y Desarrollo. A esa página llegó el respaldo de Zancada. “Adhiero a esta Santa Misa y ofrezco mis oraciones por el reencuentro y la reconciliación entre los argentinos, para que muy pronto empecemos un sendero juntos de amor y de paz.”
Hasta ahora nadie se había expresado públicamente sobre el tema, aunque es sabida la indignación que la actitud de Zancada generó entre los integrantes del socialismo. Página/12 consultó a Binner si el partido finalmente tomará alguna medida disciplinaria, teniendo en cuenta que el oficio religioso se realizó a principios de mes y no hubo novedades al respecto. “No sé por qué dice eso. Conozco la manera de pensar de Zancada”, respondió Binner.
–¿No le sorprende la adhesión a la misa?
–No, en absoluto. Adhirió a un rezo. Yo acepto lo que hizo Zancada porque hay que conocer la esencia el catolicismo para saber lo que significa el perdón. Fue un rezo por el perdón de todos.
–¿Justifica la teoría de los dos demonios?
–No es así. De hecho, Zancada votó contra el ingreso de Luis Patti a la Cámara de Diputados.
–Pero adhirió a una misa junto a personas como Von Wernich y otros represores.
–Mire, no entiendo este llamado. Esto ocurrió hace un tiempo.
–Pero el socialismo, transcurrido prácticamente un mes, nunca se expresó oficialmente. Y ahora usted lo hace, pero respaldando a Zancada.
–Mire, hay valores que hay que entenderlos en su justa dimensión. Zancada adhirió a un rezo a un tipo que se llama Juan Carlos Sánchez.
–El socialismo tuvo dirigentes, como Alfredo Bravo, que integraron la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH). ¿No es contradictorio que otro hombre que llega al Congreso por el socialismo respalde este tipo de misas?
–Alfredo Palacios fue un hombre que respetaba el catolicismo y se murió con el crucifijo en la mano. Y yo creo que Zancada enriquece al frente progresista.
–La gran mayoría de los socialistas no piensa como usted.
–¿Cómo lo sabe?
–En los diarios Rosario/12 y La Capital confirmaron el malestar.
–Mire, Zancada denunció el narcotráfico en Santa Fe, se manifestó en defensa de las comunidades aborígenes y no salió ni un centímetro de estoen los diarios. ¡Yo soy Hermes Juan Binner! Hablo con nombre y apellido. Quiero ver quiénes son los que dicen cosas y esconden sus nombres, si es que las dicen. Yo no lo hago. Digo lo que pienso y esto es lo que pienso. Yo no creo, como usted dice, que haya malestar.
Página/12 se comunicó entonces con el diputado socialista Eduardo Di Pollina. “No comparto en absoluto lo que hizo Zancada, y su actitud contradice nuestros principios políticos. Adhirió a una misa con un contenido político del que pensamos absolutamente distinto”, señaló el legislador santafesino y miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja.
–¿No se evaluó al menos un llamado de atención?
–Zancada entró por el Frente Progresista, pero no es socialista. Partidariamente no tiene nada que ver con nosotros. La junta provincial del socialismo, que es el órgano máximo de conducción, rechaza esas expresiones.
En rigor, técnicamente es factible una sanción para Zancada. Siempre y cuando exista decisión de sus integrantes, el diputado podría ser separado del bloque.
La diputada santafesina Silvia Augsburger tampoco se calló la boca ni especuló con el costo político de estas diferencias internas. “La posición del socialismo es clarísima: no compartimos este tipo de reivindicaciones del terrorismo de Estado, que fue lo que sucedió en esa misa”, señaló tajante. Zancada ya había tenido declaraciones contradictorias al pensamiento socialista cuando mostró su favoritismo por la Ley de Punto Final y Obediencia Debida.
El diputado se había definido ante Página/12 como un laico que coordina organizaciones católicas de base, “un referente social no político”. Desde siempre militó contra el aborto. Augsburger, en cambio, defendió abiertamente la ley de anticoncepción quirúrgica, conocida como ligadura de trompas. Seguramente Zancada tampoco coincidirá con el proyecto que Di Pollina presentó sobre el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio. Son llamativas tantas diferencias, aunque todo puede ser salvado por lo que en política suele encuadrarse como “libertad de conciencia”.
De los cinco diputados nacionales socialistas, cuatro son santafesinos. Muchos legisladores y dirigentes de ese partido prefirieron no hablar públicamente, aunque dejaron en claro ante este diario su malestar con Zancada. “Ellos sabían de mi origen y me convocaron en la lista como un dirigente de la Iglesia, pero a los de la misa no los conozco”, se defendió Zancada en su oportunidad ante este diario.
En una entrevista publicada en Rosario/12, el párroco Mazza, quien ofició la misa de la polémica, afirmó que “hoy en día lo que quiere hacerse es sesgar la historia del país. En los ’70, la violencia venía de todas partes”. Otras de la adhesiones que llegaron para la celebración religiosa provinieron de la comisión permanente de homenaje a policías de Rosario, “asesinados por organizaciones terroristas”, y del coronel retirado Jorge Carnero Sabol, detenido por la masacre de Margarita Belén.
El prurito del socialismo al debate público tiene seguramente razones electorales. Binner se encamina hacia la gobernación de Santa Fe. Y ningún dirigente quiere aparecer minando esa posibilidad como si se tratara de un miembro del oficialismo provincial. Efectivamente, el tema podría ser utilizado por el PJ durante la campaña. En ese caso habrá que recordar que desde la propia Casa Rosada hubo gestiones de primer nivel para convertir a Binner en el candidato a gobernador del kirchnerismo.
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