Con el respaldo de “referentes sociales, territoriales y sindicales” de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), el diputado Claudio Lozano lanzó la corriente política Germán Abdala con la que se presentará como candidato a jefe de Gobierno porteño. El 22 de septiembre harán un acto en la Federación de Box en la que pondrán en marcha una “convocatoria a la conformación de un nuevo movimiento político en la ciudad” en busca de alianzas para un frente electoral en 2007, que descarta a Aníbal Ibarra, pone distancia con Jorge Telerman y excluye a Mauricio Macri, Daniel Scioli y Enrique Olivera. Aspiran a convertirse en una fuerza con importante representación en la Legislatura y en las comunas, pero tampoco descartan confluir en una coalición que le dispute al presidente de Boca la elección en una hipotética segunda vuelta. Decidido a no encasillarse “en la falsa opción de oficialista u opositor” frente al kirchnerismo, Lozano afirma que un nuevo proyecto se construye “discutiendo ideas con participación ciudadana y la elección democrática de los candidatos”.

–¿Cuál es el objetivo que se trazó la nueva corriente política?

–Nuestra preocupación es abrir un instrumento concreto de participación y poner en marcha un proceso, hasta marzo o abril del año próximo, para recorrer comuna por comuna y barrio por barrio para realizar encuentros y asambleas donde se puedan plebiscitar las prioridades de la gente. También es clave, en la discusión con todos, el respeto a los mecanismos de resolución democrática de las candidaturas o referencias que se van a plantear como parte de la disputa institucional del año que viene.

–¿Este es el primer paso para el lanzamiento del movimiento político que aspira a construir la dirección de la CTA a nivel nacional?

–Tenemos la intención de abrir un camino de construcción política a partir del próximo año, que involucre una convocatoria mucho más amplia, no sólo restringida al universo de los trabajadores. Que implique discusión de proyecto y participación de la sociedad en ese debate. La decisión de Víctor De Gennaro de no encabezar el próximo mandato de la Central está en directa relación con su posibilidad de poder aportar en este proceso en mayor medida que lo que lo ha venido haciendo hasta ahora.

–La postura frente al kirchnerismo ha generado disputa no sólo en los distintos partidos políticos sino también en la CTA. ¿La nueva corriente es opositora o respalda al Gobierno?

–Para nosotros ese dilema no existe, es falso y ha tendido a subsumir el debate político en la Argentina, desde 2003 en adelante, en una visión limitada a que si uno es oficialista u opositor. Esa división le hace tanto mal al Gobierno, que se cierra sobre sí mismo y no abre la participación como corresponde, y a la oposición que ingresa en una especie de cruzada en la que está incapacitada para reconocerle al Gobierno aquellas cosas que ha hecho razonablemente.

–¿Esta falta de definición no los inhibe frente a la sociedad?

–Nosotros no nos definimos por ser contrarios al Gobierno, sino porque creemos que es posible plantear una Argentina más igualitaria, soberana y democrática. Y confrontamos con el Gobierno en todas aquellas cosas que creemos que está haciendo mal.

–¿Y en la búsqueda de alianzas?

–Las haremos entre todos aquellos que se banquen discutir qué proyecto debe tener esta ciudad, que ahora no tiene rumbo ni proyecto. También creemos que los candidatos no se eligen a dedo ni por rosca, sino que deben ser quienes impulsen la fuerza política que estamos construyendo, y una voluntad compartida de entendernos como embrión de una fuerza política nacional que hay que construir. Tenemos un Estado absolutamente maniatado que está atrapado entre el sistema de loteo de los diferentes cargos entre las distintas fuerzas políticas, por la presión concreta que ejercen los proveedores y acreedores y por la sobrevivencia con privilegios de una burocracia sindical que obtura la democratización del Estado en la ciudad.

–Pero sí le pusieron límites a estas alianzas: Macri, Scioli y Olivera.

–Con ellos no se puede ni ir a la esquina. Uno de los problemas que tiene la ciudad es que fuerzas disímiles pueden presentar candidatos con perfiles similares.

–¿Con Telerman pueden coincidir?

–Hoy por hoy tenemos diferencias importantes con lo que está haciendo. Por ahora tenemos un Estado tan ineficaz que desde 2003 para acá viene subejecutando partidas que es un contento, que tiene muertos de risa cerca de 1500 millones de pesos y tiene una ciudad que tiene más pobres, más indigentes, desocupados y obras incumplidas que tiene que llevar adelante.

–¿Con Ibarra?

–Ibarra ya tuvo su oportunidad, creo que no logró hacer lo que quería ni para lo que se propuso, ni se bancó conducir esa experiencia política a la cual convocó. Tenemos que achicar una profunda distancia entre la ciudadanía porteña con el sistema político; aprender que la estrategia de juntarnos todos contra el triunfo de la derecha, el frente anti se disuelve al otro día de la elección si no tiene proyecto propio; ni repetir la experiencia de 2005, donde el kirchnerismo por un lado y el ARI por el otro encabezaron propuestas sin apertura a la confluencia sobre el proyecto de ciudad que hay que hacer, en consecuencia le cedieron el control de la Legislatura de manera absoluta al macrismo.

–¿Se sumarían a una coalición que en una segunda vuelta enfrente a Macri?

–Si está Macri en un lugar y hay otra referencia, que no sea la nuestra, pero que supone una perspectiva diferente en términos de una mayor democratización de la sociedad porteña, sin duda. Macri representa la fusión de la política y la guita que tanto mal le ha hecho a la ciudad.