El anhelo de la independencia, las aspiraciones compartidas de progreso y desarrollo, los hitos de cooperación conjunta y una común identidad en la defensa de la democracia y la paz hacen de nuestra hermandad algo permanente y perdurable.

Nuestro viaje a Lima, a pocos días de iniciado el mandato del presidente Alan García, representa la intención de profundizar nuestra relación más allá del aspecto bilateral. Tenemos un desafío estratégico por delante, la Argentina y el Perú estamos llamados a protagonizar la actual agenda regional.

Hoy, la región se encuentra en un momento de especial confluencia, abocada a lograr una integración que privilegia las políticas de infraestructura física y energética. El intercambio comercial también es un eje de importancia, por su impacto concreto y decisivo en la calidad de vida de nuestros pueblos y las posibilidades efectivas de su desarrollo integral.

La Argentina y el Perú hemos coincidido durante este año como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Confirmamos nuestras convicciones de paz y solidaridad al hablar con una sola voz en favor de la protección de la vida, el diálogo y el consenso entre los pueblos.

También la comunidad de naciones percibe a la Argentina y el Perú como activos defensores de los derechos humanos en los foros internacionales. Ambos Estados somos miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y, últimamente, ciudadanos de nuestros países han sido electos como jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En particular, coincidimos en la gravedad de la problemática migratoria que caracteriza a la globalización, por eso creemos en la necesidad de promover y proteger los derechos humanos de los migrantes.

Para ser consecuente, el gobierno argentino ha creado el Programa Patria Grande que promueve la regularización de la residencia de los inmigrantes, integrando esta política en el marco de la defensa y promoción de los derechos humanos. Así, la importante colectividad peruana que alberga nuestro país se ve favorecida como las de los otros países miembros del Mercosur ampliado, al propiciarse una inserción laboral en condiciones de igualdad y protección legal.

En cuanto a la dinámica del comercio bilateral, las exportaciones argentinas a Perú han crecido sostenidamente, llegando a su record histórico en el año 2005, con la suma de 598 millones de dólares.

Con respecto a las inversiones directas, los montos destinados por las empresas argentinas en el Perú están entre los más altos que realiza nuestro país en el exterior. Se destacan las inversiones del proyecto de hidrocarburos de “Camisea”, localizado en el departamento de Cusco, y la construcción de un gasoducto desde esa localidad hasta la ciudad de Lima. También se ha iniciado la construcción mixta argentinoperuana de la “Vía Expresa del Callao”, con tres carriles de ida y vuelta, y, además, se han realizado inversiones de nuestras empresas alimentarias.

Finalmente, la Argentina siempre recuerda con emoción el respaldo permanente de los peruanos a los derechos soberanos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

En mi viaje a Lima firmamos varios acuerdos entre los que sobresalen el Programa Conjunto de Cooperación CientíficoTécnica entre el Instituto Antártico Peruano y la Dirección Nacional del Antártico; un Proyecto de Acuerdo de Servicios Aéreos y el Programa de cooperación entre las Academias Diplomáticas de ambos países.

En honor a nuestra historia común también firmamos un acuerdo de relevancia estratégica y sentido simbólico: la creación del Comité Permanente de Seguridad ArgentinoPeruano. De esta forma, recuperaremos los niveles de confianza y cooperación anteriores a la década del 90, fortaleciendo nuestras relaciones bilaterales a la altura de nuestra historia de hermandad y de los desafíos actuales.

* Ministro de Relaciones Exteriores.