Hace una semana la pastera española Ence le prometió al gobierno uruguayo que “en diez o quince días” informaría sobre lugares alternativos para trasladar su papelera. Sin embargo, según una fuente cercana al gabinete de Tabaré Vázquez, algunos movimientos de la empresa generaron ayer la “semiplena certeza” de que ese anuncio no se cumplirá y que el grupo español abandonaría el país para trasladar sus negocios a otro punto de la región. Sin embargo, el presidente uruguayo desmintió estas versiones, surgidas por el desmantelamiento de un centro de investigación y de tecnología que la empresa tenía en Montevideo.

“Ence no se va”, dijo Tabaré y agregó: “Esto es lo oficial que tengo hasta último momento”. Sin embargo, luego de paralizar las obras en marzo pasado, la pastera española comenzó a reestructurar sus inversiones en Uruguay. “Ence decidió cerrar el Centro de Investigación y el de Tecnología y ayer (por el martes) les fue comunicado a los cuatro ingenieros y a los tres capataces forestales que trabajan allí”, dijo el delegado de los trabajadores de la empresa en Montevideo, Diego Fau, quien informó que este centro tenía con un presupuesto de 250.000 dólares.

Según afirmó una fuente del gobierno uruguayo consultada por la agencia Télam, “no hay garantías de que vaya a concretarse” el anuncio de relocalización de la planta que Ence diseñó, originalmente, sobre márgenes del río Uruguay. El grupo español que preside el vasco Juan Luis Arregui “no sólo preside Ence, sino que también es vicepresidente de la eléctrica española Iberdrola, una empresa que se expande día a día y que siempre busca nuevos horizontes por lo que averiguamos”, agregó el informante.

En ese marco, desde el gobierno de Vázquez sostienen que Arregui “ve con bueno ojos instalarse en la Argentina”, aunque en este caso para desarrollar “otro tipo de actividades”, vinculadas con Iberdrola, conocida en Europa por ser líder en proyectos de energía eólica. Desde 12 de abril pasado, Ence transita por un proceso reestructuración y en Uruguay se especula que podría ser la pastera de la finlandesa Botnia, la que se quede con sus tierras y negocios uruguayos: unas 120.000 hectáreas y un puerto, que le resulta muy atractivo a Botnia porque está a menos de seis kilómetros de su planta de Fray Bentos y daría salida a sus exportaciones.