La Argentina se quedó, momentáneamente, sin representantes financieros en Washington y en Rusia. Ayer renunciaron Federico Molina y Leopoldo Alfredo Bravo, respectivamente. La salida de Molina, un funcionario de carrera en el Ministerio de Economía, que había sido destacado en Washington por Roberto Lavagna durante el proceso de reestructuración de la deuda, había sido pedida por Miceli. La ministra se mostró molesta con el funcionario luego de que una presentación prevista durante la última reunión del FMI en Singapur debió suspenderse ante la falta de espectadores. Hasta anoche, el Ministerio de Economía no había difundido los nombres de los reemplazantes de los funcionarios salientes.