Los delegados del hospital se reunieron con Alberto Fernández. Recibieron la propuesta de la creación de un fideicomiso para evitar el cierre. Hoy resolverán la respuesta en una asamblea.
› Por Diego Schurman y
Miguel Jorquera
Una asamblea de trabajadores y personal médico del Francés decidirá hoy si avala o rechaza la creación de un fideicomiso que tendrá el propósito de evitar el cierre del hospital. La propuesta fue elaborada por el Gobierno y transmitida a representantes del establecimiento que ayer llegaron a la Casa Rosada de la mano de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
La idea del fideicomiso surgió a primera hora en la Superintendencia del Seguro de Salud, que conduce Héctor Capaccioli, y se consolidó por la tarde en un encuentro que los emisarios del Francés mantuvieron con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli.
El fideicomiso es una figura jurídica para obtener fondos y administrar el hospital hasta volverlo autosustentable. También se presenta como una variante para que el dinero que ingrese no vaya al agujero negro de la quiebra. Se estima que la deuda del hospital alcanza los 220 millones de pesos.
¿De dónde provendría el dinero para el fideicomiso? Anoche se barajaba la Nación, la provincia de Buenos Aires, a través del Bapro –algo que molestó a los trabajadores ya que se vincula a ese banco con la quiebra–, empresas francesas –se habla con Carrefour y Peugeot, entre otras– y hasta el propio gremio de Sanidad.
Mirtha Apolinario, por los médicos, Luis Cabot, por Cefrán, y David Garutti, por los enfermeros, escucharon cómo el Gobierno les garantizaba la provisión de insumos –vía Superintendencia de Salud– pero simultáneamente les exigían garantizar la paz social en el hospital para iniciar la búsqueda de apoyo financiero.
Los emisarios del Francés también escucharon de los representantes oficiales la imposibilidad de que el Estado asuma la conducción del hospital o que se haga cargo del pago de los salarios adeudados. No obstante, se barajó la propuesta de saldar la totalidad de uno de los meses atrasados y el pago en cuotas de los otros dos.
En la reunión, Bonafini le pidió a Fernández dar marcha atrás con las cesantías y suspensiones. El funcionario delegó ese tema al Ministerio de Trabajo pero, a fin de achicar la plantilla del Francés, prometió traspasar personal del hospital a dependencias públicas. A propósito, la titular de Plaza de Mayo abrió las puertas de la Rosada a los representantes del Francés, a quienes el Gobierno no tenía ni intenciones de recibir.
Bonafini también ofició de garantía para los funcionarios, temerosos de la reacción de la interna gremial, sobre todo luego de que responsabilizara a militantes kirchneristas de los incidentes del miércoles. El tema se abordó en el encuentro y Fernández dijo que se dirimirá en el ámbito de la Justicia, aunque se mostró molesto por las denuncias de los trabajadores.
–Vos tendrías que hacer aclaraciones a la prensa porque yo nunca te mandé un patotero –se exaltó el jefe de Gabinete.
–Yo nunca dije eso –se escudó Garutti.
–Lo único que me tranquiliza es que te animás a decírselo a un micrófono pero no mirándome a los ojos –redobló la apuesta Fernández.
Un vocero oficial señaló que entonces intervino Bonafini: “¿Si no le creés para qué vamos a seguir hablando?”. Y que el delegado se mostró conciliador, reconociendo que Fernández –siempre según la versión oficial– “había cumplido” lo que hasta entonces se había comprometido.
Mientras se desarrollaban las negociaciones, en el hospital se abría otro frente de conflicto: enfermeros y médicos resistieron y evitaron que se retiraran aparatología e insumos del Francés por orden de la interventor José Luis Salvatierra, según denunciaron los trabajadores.
A raíz del conflicto con el interventor, los visitantes insistieron en conformar una conducción tripartita en el hospital que reúne a 1400 trabajadores no médicos y 400 profesionales. Esa conducción se piensa para acompañar o reemplazar a Salvatierra. No hubo ninguna decisión al respecto, aunque se sabe que el cuestionado representante puso su renuncia a disposición de la Inspección General de Justicia que lo nombró.
Para hoy se espera un día con mucho movimiento. A las 13, una asamblea de los trabajadores resolverá si apoya la propuesta oficial. Y a las 15, con la incorporación de médicos y socios, se buscará acordar una postura común para llevar al Gobierno.
Fernández y Parrilli se comprometieron a recibir el próximo martes a los mismos interlocutores de ayer a fin de seguir negociando una salida a la crisis. “Entendemos que esto dilata una solución pero estamos mucho mejor que hace doce horas atrás”, señaló a Página/12 una delegada.
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