Luego de entregarse, Emilio “Madonna” Quiroz –el chofer de Pablo Moyano que efectuó los disparos en la quinta de San Vicente– declaró anoche ante las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larroca que le imputan una serie de delitos: tentativa de homicidio, intimidación pública, daño calificado por el uso de armas y, casi seguro, portación ilegal de arma de guerra. Como las penas se suman, y teniendo en cuenta que la tentativa de homicidio tiene un mínimo de cuatro años de prisión, parece cantado que las fiscales pedirán la prisión preventiva de Madonna cuando venza el plazo de diez días que tienen para pronunciarse. El abogado del camionero que anoche quedó detenido, el ex juez Daniel Llermanos, que habitualmente defiende a dirigentes de ese sindicato, argumentó que Quiroz de ninguna manera tiró a matar, sino que lo hizo al portón de la quinta, por lo cual no se puede calificar el hecho como tentativa de homicidio. “Si yo no hubiera disparado, la masacre hubiera sido peor”, contó el abogado que Quiroz declaró en el juzgado.
Las fiscales hicieron anteanoche una recorrida por el predio de la quinta de San Vicente y durante toda la mañana de ayer trabajó la Policía Científica. Según los primeros datos de la pericia balística, se concluyó que, en total, se efectuaron once disparos. Todos de la misma arma. La pistola Bersa 9 milímetros que en el Renar figura a nombre de Quiroz. Esto descartó una hipótesis que circuló intensamente horas después del enfrentamiento: que hubo disparos que salieron de más de un arma. No hubiera sido asombroso ya que es conocido que los custodios de los dirigentes sindicales suelen portar armas y quienes conocen el movimiento gremial aseguran que en San Vicente debía haber al menos un centenar de pistolas y revólveres en las cinturas de custodios, choferes y otros integrantes de los entornos de los dirigentes.
Fuentes del Renar le contaron a Página/12 que Quiroz es legítimo usuario de la Bersa, o sea que tiene la tenencia. Sin embargo, carece de permiso de portación, lo que significa que puede tenerla en su casa pero no la puede llevar encima. La violación de esa norma es un delito de importancia, con una pena que va de uno a tres años de prisión. Se trata de un delito que se suma a los demás que se le imputan.
Las fiscales visualizaron en el anochecer del martes el video de TN en el que aparecen las imágenes de Quiroz disparando. Analizaron también fotografías, algunas declaraciones testimoniales y trabajaron –con la ayuda del Ministerio de Seguridad– en la identificación del agresor. Por la mañana, le llevaron al juez César Melazo el pedido de captura contra Quiroz. El magistrado –que estuvo en San Vicente el día anterior– firmó la orden casi de inmediato y la procuradora María del Carmen Falbo designó dos instructores judiciales para proceder a los allanamientos, ya que no se quiso dejar la medida en manos exclusivas de policías. A Quiroz lo buscaron primero en su domicilio y luego en otra vivienda que suele frecuentar. Incluso se manejó el dato de que había salido por avión hacia Mendoza. Sin embargo, ya al mediodía, Llermanos se acercó a la fiscalía para anunciar públicamente que Quiroz iba a entregarse esa misma tarde. Lo hizo a las cinco en la comisaría 1 de La Plata, previo aviso a buena parte de los medios de comunicación.
La declaración y las líneas de defensa del chofer de Pablo Moyano fueron anticipadas por su abogado:
- “En ningún momento tuvo intención de matar a nadie. La prueba es que no hay un solo herido de bala.” Sin embargo, las fiscales dicen que se lo ve en clara actitud de disparar contra la gente, aunque se interpuso la gruesa puerta de la quinta, que en ese momento cerraron los gremialistas de la construcción que estaban adentro.
- “Tuvo un ataque de nervios y disparó contra el paredón de la quinta.” La pericia balística indica que buena parte de los proyectiles se incrustaron en la puerta.
- Cuando le preguntaron a Llermanos por qué no había disparado al aire, el ex juez apeló a un caso en el que un policía efectivamente disparó al aire, pero por el rebote murió una menor.
- “Antes de disparar fue atacado, lo lastimaron con vidrios, tiene cortes superficiales.” Eso lo indicará la revisación médica, aunque en las imágenes no se le advierte a Quiroz ningún rastro de sangre.
Todo indica que los argumentos de la defensa no torcerán la imputación que hicieron las fiscales. Lo más probable es que, en el plazo de diez días, se pronuncien por el procesamiento y la prisión preventiva de Quiroz. Quien tendrá que resolver entonces será el juez Melazo, que ayer ya le rechazó una eximición de prisión presentada por Llermanos a favor de Quiroz. El propio magistrado adelantó que la suma de delitos no sería excarcelable e incluso arriesgó que, si el camionero resultado condenado, la pena podría ser de doce años de prisión.
Si Melazo convalida la prisión preventiva, Quiroz pasará varios meses en prisión mientras tramite la apelación ante la Cámara. Su siguiente chance estará allí: en que ese Tribunal considere excesivas las acusaciones.
Mientras tanto, en la fiscalía sostienen que el caso no se terminó y que ahora se dedicarán a identificar al resto de los que participaron de los enfrentamientos y los robos que se produjeron en San Vicente.
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