La reunión entre Elisa Carrió, el gobernador Néstor Kirchner y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, para conformar un frente por la revocación de los mandatos se concretará mañana. La propuesta, que cuenta con la adhesión de uno de los principales candidatos presidenciales del PJ como Carlos Reutemann, le está permitiendo a la líder del ARI romper el corralito que el gobierno de Eduardo Duhalde pretendía encerrarla. Convencida de su logro, ayer Carrió se colgó una bandera argentina al cuello y participó de la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo. Al frente de la columna de su partido, la legisladora aseguró que “el día que esta marcha camine en dirección al Congreso, la caducidad de los mandatos será un hecho”.
En el ARI la idea de convocar a estos dirigentes políticos fue toda una sorpresa. Nadie en su entorno lo sabía. Hoy lo celebran mientras se preguntan quién está coordinando la reunión que la chaqueña mantendrá mañana con Ibarra y Kirchner. Por ahora nadie sabe el lugar y la hora de ese encuentro. Al respecto, Carrió se mostró misteriosa y entre risas le dijo a este diario que no se había comunicado con ninguno de estos dirigentes porque “ayer (por el lunes) hablé con los hombres, hoy fue el turno de Dios”.
Para los colaboradores de Carrió el faltazo de Reutemann a los actos de Tucumán por el 9 de julio fue “toda una señal”. Sostienen que, si bien no se debe entender como un acercamiento entre la chaqueña y Reutemann, lo cierto es que “al Gobierno se le pondrá cada día más difícil resistir la revocatoria de los cargos”.
Hasta allí todo bien. La preocupación para un sector importante del ARI es lo que vendrá después de este frente. Para algunos, enrolados en lo que alguna vez supo ser el Frente Grande, hay temor por esas posibles consecuencias, sobre todo en lo que respecta al jefe de Gobierno. “Si Aníbal se suma hay peligro de ruptura”, evaluó un ex representante de ese sector político que lideró Carlos Alvarez. La visión cambia radicalmente cuando se trata de Kirchner. Una alianza con el patagónico es para ex frentegrandistas “pura ganancia”.
En el mundo socialista unificado, en cambio, no hay lecturas rupturistas. Prefieren sostener que “no hay nada por ahora” y creer que realmente no hay nada. Ahora, si en el caso de que hubiera algo, prefieren decir que “en los tiempos que vivimos ningún sector interno del ARI puede plantearse un escenario de ruptura. Es algo impensable”.
Carrió jura que no hay nada más que lo que anunció: un frente por la revocatoria de los mandatos. Y se resiste a evaluar la posibilidad de que algo más pueda suceder. Lo cierto es que si llegara a producirse, lo más probable es que Carrió encabece personalmente las negociaciones. De todas formas esto no evita que haya algunos dirigentes de las tres fuerzas que han comenzado a adjudicarse la condición de “operadores” del mentado acercamiento.
Ahora bien, el día que los tres dirigentes se encuentren deberán discutir los alcances de este frente. Kirchner, por caso, está de acuerdo con participar, pero no cree en aquello de la “abstención” porque considera que “de alguna manera se contribuye a asustar a la sociedad”. Los hombres del gobernador patagónico no quieren hablar por ahora del día después y prefieren esperar que se produzca el encuentro: “Ellos todavía no se conocen. Hay que esperar que se vean cara a cara”, dicen a manera de justificativo.
En el caso de Ibarra también hay precaución. Esto no evita que alguno de sus colaboradores se entusiasme con la idea de un mayor acercamiento entre el jefe comunal porteño y la legisladora que puede derivar en una futura reelección del funcionario frepasista.
Hasta tanto se concrete el encuentro las especulaciones no cesarán. Forma parte de la vida política. Mientras ello ocurre, en el ARI secontinúa elaborando el proyecto de ley que promoverá la caducidad de los mandatos y que esperan, sea lo primero que se acuerde en este todavía nonato frente.