EL PAíS › EL FESTIVAL POR LOS 29 AÑOS DE LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO
La Plaza de Mayo se convirtió ayer en un gran salón de baile, donde los nietos recuperados y las Abuelas festejaron el reencuentro. “Nuestra lucha es por la vida y no por la venganza”, repitió Estela de Carlotto ante los jóvenes que se sacudían al ritmo de Miranda!
› Por Facundo García
“Creyeron que el vacío de dolor las dejaría para siempre inmóviles y mudas. Pero resulta que estas abuelas se convirtieron en las Abuelas (...) Impresionantes abuelas, que nos traen el pasado al presente; pero además no se cansan de señalarnos el futuro: libertad-justicia-identidad”. El texto rebotó en cada rincón de la Plaza de Mayo varias veces y desde temprano, como para afirmar que las Abuelas de Plaza de Mayo conservan la fortaleza del día en que se juntaron por primera vez para averiguar qué había pasado con sus hijos y sus nietos. El ciclo “Gracias Abuelas”, organizado por el comité de agradecimiento a las tenaces mujeres, tuvo su punto culminante ayer, a veintinueve años del nacimiento de la organización y a pocos días de haber recuperado la identidad del nieto número ochenta y cinco. Pasaron artistas, intelectuales, vecinos con sus familias y hasta el ministro Daniel Filmus, que se animó a mover la patita cerca del final, cuando Miranda! se sintonizó con el camino de “lucha con alegría” que invitó a seguir durante toda la tarde la presidenta de la institución, Estela de Carlotto.
Ahí estaban, sentadas a la sombra, las mismas señoras de hace casi tres décadas. La frente alta y la mirada difícil de interpretar. Contentas, porque esta vez las acompañaba una multitud de argentinos –predominantemente jóvenes–, que alentaban desde las tres de la tarde. También estaban a su lado los integrantes del Comité de Agradecimiento Público a las Abuelas de Plaza de Mayo, que organizó el tramo culminante del ciclo “Gracias Abuelas” con la alegría de saber que desde las primeras actividades han aparecido tres nietos más.
Buenos Aires puso lo suyo, preludiando el verano con una temperatura contundente. Debajo del tablón, una multitud de jóvenes, muchos de ellos con mochilas y remeras con el logo de Miranda!, se fueron agolpando al sol, cerca del escenario. “Venimos por las abuelas y por Miranda!”, repetían cuatro coquetos chicos pop que reunieron ganas para venir con sus ojos sombreados desde Berazategui. “De Abuelas sabemos que buscan a sus nietos... pero no sabemos muy bien cómo fue la historia”, agregó el que parecía más comunicativo. Entonces apareció el payaso Mala Onda.
Estela de Carlotto, del otro lado de la escena, estaba tranquila. “Hoy es un día muy especial para nosotros, porque las Abuelas somos alegres, nuestra lucha es por la vida y no por la venganza”, se entusiasmó. Reunidas en una carpa sencilla que tenía sanguchitos y empanadas caseras, las Abuelas y sus nietos se arracimaban a conversar. Del otro lado de las tarimas, Mala Onda hacía mover al público con un feedback sorprendente.
El show continuó con Hugo Midón y el grupo de chicos con el que presenta el show Derechos Torcidos. “Agradecemos a las Abuelas por lo que hicieron en representación de todos”, se despidió Midón. A la sombra, las Abuelas disfrutaban casi en silencio, cada una con una florcita en la mano. Así llegó el turno del grupo de Teatro, Títeres y Máscaras Libertablas, que más que cuentos eligió traer “refuerzos para la vida”. A su turno, Marcela Bublick, la ganadora de “Tango por la identidad”, se despachó con varias milongas cantadas a la luz de la historia nacional. Al rato subieron también Natalia Oreiro y Ricardo Mollo, que se sumaron a la lista casi interminable de adhesiones.
Alrededor de las 19.30 la Plaza ya tenía todos los condimentos de una fiesta popular. Me Darás Mil Hijos arrancó el baile e hizo mover la patita hasta a los granaderos. Para cuando cayó la noche, una multitud en la que predominaban los menores de veinte años no se cansaba de corear por las Abuelas. Entonces subieron los nietos. Emocionado, Juan Cabandie, el nieto número setenta y siete, tomó la palabra en representación de sus compañeros. “Es un orgullo estar acá, donde comenzó la lucha de estas señoras que se bancaron balas de goma, palos y corridas. Perseguían el objetivo de dar vida y lo han logrado”, señaló. “Un proyecto perverso quiso borrar la verdad sobre nuestras vidas, como también quiso borrar nuestra identidad como pueblo. Por eso les pedimos que nos ayuden a encontrar a esos más de cuatrocientos nietos que todavía tienen la identidad falseada”, remató.
Entonces se animaron las Abuelas, locales en el espacio que circunda a la Pirámide de Mayo. “Estamos acá para que ningún joven que quiera cosas buenas para el país tenga miedo a desaparecer. Sabemos que no se debe dejar de luchar nunca cuando uno tiene cosas para hacer y decir. Sepan que queremos vivir mucho para demostrarles que cuando uno es bueno las cosas pueden lograrse. Y sigan con nosotras, porque gracias a ustedes estamos más jóvenes”, se explayó.
A los pocos minutos, aparecieron los Miranda! con peinados nuevos, y la Plaza entera se convirtió en un baile en el que ser abuela era un punto a favor.
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