La CGT aportará hoy a la Justicia material fotográfico donde buscará llevar argumentos a la teoría de complot contra el presidente Néstor Kirchner. Se trata de las imágenes captadas por el reportero gráfico de la central obrera que acompañó el traslado de los restos de Perón hasta la Quinta de San Vicente.

Los sindicalistas están convencidos de que Hugo Moyano fue el blanco de los incidentes y que con ello se buscó castigar al Gobierno a raíz de la alianza estratégica que el líder de la CGT mantiene con la administración kirchnerista. Anteayer el camionero informó al ministro de Interior, Aníbal Fernández, sobre la existencia de ese material fotográfico. De todos modos, el tema quedó relegado a un segundo plano, ya que la visita de Moyano a la Rosada se convirtió en una noticia en sí, pues representó un inequívoco gesto de apoyo oficial al alicaído sindicalista.

A propósito, algunas de las imágenes fílmicas registradas en San Vicente, emitidas anoche por Canal 9, mostraron a familiares de Juan Pablo “Pata” Medina en la gresca y también arrojando piedras a un sector del museo. Medina es el titular de la seccional La Plata de la Uocra.

Las imágenes fueron un aporte al rompecabezas que hasta ahora sólo exhibía los disparos de Emilio “Madonna” Quiroz, chofer del gremio de camioneros. “Está preso porque es un idiota”, le soltó la mano el moyanista Omar Viviani sobre el hombre pescado infragante por una cámara del canal de cable TN.

Con el aporte de fotografías, la CGT responderá un oficio de la Justicia. Al respecto, ayer reinterpretaban a Leyla Aguilar: aseguraban que la fiscal dijo que no había elementos para hablar de complot, pero que no por ello lo descartaba. Amén de los registros fílmicos y fotográficos, los sindicalistas insisten con esa hipótesis y reclaman una respuesta sobre lo dificultosa que resultó la comunicación con celulares en la Quinta 17 de octubre. Dicen que hubo una mano negra.

Seguramente en las próximas horas se aquietarán las aguas. Un poco por el apoyo que a cuentagotas va recibiendo Moyano –del Gobierno, de los gremios moyanistas o del Smata– y otro por la partida de varios dirigentes de la CGT a Viena para participar de un congreso de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y la Central Mundial de Trabajadores. Entre los que se subirán a un avión esta semana están Gerardo Martínez, Noe Ruiz, Enrique Venturini, Juan Carlos Schmid y Julio Piumato.

Ayer hubo una reunión en la CGT donde se analizaron los pasos a seguir y la estrategia mediática. Después de los incidentes, recién por estas horas Moyano aparece más decidido a explicar su postura ante los medios. No lo hace personalmente sino a través de Viviani y Piumato, quienes ayer oficiaron de voceros en distintos programas de televisión.

Puertas adentro, Moyano ya le puso nombre y apellido al enemigo interno: Luis Barrionuevo. Al gastronómico le achaca gran parte de la movida sindical de las últimas horas para desestabilizarlo, amén de insistir con la sospecha de que detrás del mismo objetivo está un multimedios.

Efectivamente, el barrionuevismo amenazó con armar una CGT paralela a la de Moyano, a la que abonarían sectores de los “Gordos”, como se conoce al sector que quedó fuera de la conducción por sus diferencias con el camionero. Pareció más una expresión de deseo, ya que muchos sindicatos involucrados en la versión desmintieron el dato.