Néstor Kirchner y Eduardo Fellner acordaron que el gobernador de Jujuy desistiría de promover la reforma de la Constitución y de buscar un tercer mandato, para no caer en la trampa que la oposición quiere tenderle al gobierno nacional. El diálogo ocurrió ya avanzada la noche del jueves en el despacho presidencial y es una secuela de los comicios del domingo pasado en Misiones. El presidente no ha hablado de esas elecciones, pero ha tomado nota del resultado y volvió el martes de Santa Cruz con una serie de medidas en preparación que lo hagan notorio. Entre ellas están la decisión ya tomada de no apoyar la candidatura del gobernador Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires aunque la justicia lo habilitara y la creciente reticencia a aceptar como propias las candidaturas porteñas de Jorge Telerman y Daniel Scioli. Además está decidido el nombramiento de Graciela Ocaña, asesorada por Pablo Lanusse, para recomponer el estropicio que el interventor Tierratrágame y su jefe Capoccioli hicieron en el Hospital Francés y está avanzado el proyecto de reconocimiento de la personería gremial de la Central de Trabajadores Argentinos, que no participó en el bochornoso traslado de los restos de Perón a San Vicente. También podría haber novedades en la conformación de la Corte Suprema de Justicia y en las relaciones del gobierno con los periodistas.

El candidato

Felipe Solá fue electo en 1999 como vicegobernador de Carlos Rückauf, en una fórmula armada por el padrino de ambos. Cuando el ya senador Eduardo Duhalde quedó a cargo en forma interina del gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Rückauf ocupó la Cancillería y Solá asumió la gobernación, para la que fue reelecto en 2003. La motivación de sus adversarios internos para aceptar esa postulación fue que era el único contendiente que no podía aspirar a la reelección. En 2005, Kirchner consiguió no sin dificultades que Solá terminara rompiendo con Duhalde y acompañara la campaña de CFK. A partir de allí, el gobernador desarrolló tres curiosos razonamientos: se convenció de que él había arrastrado a Kirchner al enfrentamiento con Duhalde, imaginó que con suficiente inversión publicitaria el propio Kirchner terminaría por creérselo y a mediados de este año concibió la posibilidad de presentar una nueva candidatura en 2007, pese a la taxativa prohibición constitucional.

Kirchner recibió el planteo con fastidio, porque adelantaba en forma innecesaria los tiempos electorales y ante la insistencia del gobernador le indicó que se presentara a la justicia para que le dijera si su pretensión tenía algún asidero. Sólo se preocupó por ponerle un plazo, para que la incertidumbre no taponara el proceso electoral en el principal distrito electoral del país y diera ventajas a otras fuerzas. En la lógica binaria de Kirchner, era más nítido el planteo de Rovira de consultar al electorado que el de Solá de pedir auxilio a los jueces. Así como pensaba que Rovira vencería en la consulta del domingo pasado, estaba convencido de que la respuesta judicial a Solá sería negativa, dada la inconsistencia de su planteo. Los resultados de Misiones y algunas noticias que ya conocía pero que había preferido no creer lo inducen ahora a una mayor prudencia. El intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, fue el primero en acercarle la información. Luego otras fuentes se lo confirmaron: Solá se reunió con Duhalde por lo menos tres veces en forma reciente para pedirle que respaldara su ambición reeleccionaria con la influencia que aún conserva en el Poder Judicial bonaerense.

El Pintado 2011

Como un loser de novela negra, Duhalde no tiene motivación más fuerte que desquitarse de quienes lo humillaron. Le salió bien con Menem cuando apoyó a Kirchner y ahora vive para vengarse de Kirchner que se deshizo de su tutela. Junto con Raúl Alfonsín, quien también desborda de sentimientos altruistas, concibieron que Roberto Lavagna podría ser el instrumento de su resurrección. Pero a cinco meses de su lanzamiento, Lavagna ni siquiera ha conseguido instalarse como el principal candidato opositor. En ese páramo, El Pintado se le aparece a Duhalde como la mejor alternativa posible a Kirchner y CFK, no ahora pero al menos en 2011, siempre que llegue a esa fecha con el control de los recursos provinciales. Además tiene una ventaja apreciable respecto del más principista Lavagna, que es su buena relación con el hombre de negocios con el Estado Maurizio Macri.

En las elecciones porteñas de 2003, en las que Kirchner apoyó la reelección de Aníbal Ibarra, Duhalde y Solá sostuvieron a Macri. Solá se reunió dos veces con él en plena campaña, envió un mensaje de adhesión para ser leído en uno de los actos de campaña y colocó en la lista de Macri a uno de sus hombres: Julio Balbi, quien ahora integra el Ente de la Ciudad, que regula los servicios públicos. “Macri y Solá van a luchar juntos contra la pobreza en el área metropolitana”, dijo Balbi, quien también firmó un denominado “Compromiso con el Cambio”, que incluye la derogación del Código de Convivencia Urbana. Es posible que la Junta Electoral desestime la presentación de Solá, con el mismo argumento con el que una jueza se negó a tratar las objeciones de otros partidos: no hay ninguna convocatoria electoral ya protocolizada. En ese caso, Solá recurrirá a la Suprema Corte de Justicia provincial, donde Duhalde mantiene contactos estrechos por lo menos con tres de sus miembros: Juan Carlos Hitters, Eduardo De Lazzari y Eduardo Pettigiani.

El reacomodamiento

Estas expediciones por los laberintos judiciales no tienen fecha de resolución y su resultado es más impredecible que el de una elección, donde en pocas horas el escrutinio arroja su inapelable veredicto, indiferente a lo que hayan dicho las encuestas previas. Kirchner le había hecho saber a Solá que si antes de que termine este mes no ha obtenido una decisión favorable, dejará de contarlo entre los candidatos posibles. La novedad de la última semana es que si la justicia se pronunciara en favor de la pretensión del gobernador (ya sea palanqueada por Duhalde o según su leal saber y entender), el presidente tampoco lo apoyaría. Si aun así Solá insistiera, Kirchner lo enfrentaría como hizo el año pasado con Duhalde.

Esta decisión provocará un inevitable reacomodamiento del tablero provincial, donde algunos sectores del kirchnerismo, como Libres del Sur, deberán desdecirse de su prematuro apoyo a Solá. Es difícil creer que Kirchner tome distancia de Solá para apoyar a Aníbal Fernández, o a José Pampuro, sino para profundizar una línea de ruptura con el personal y los modos de construcción del duhaldismo y escoger como candidato a alguien que exprese fuera de toda duda el campo político que el presidente representa. En el caso de la provincia de Buenos Aires, el apartamiento de Solá ya está decidido y el propio Kirchner ha comenzado a comunicarlo a quienes corresponde.

Pero el replanteo presidencial puede alcanzar también a la Ciudad de Buenos Aires. La difusión de una foto del Tuto Muhammad en el momento en que abrazaba al presidente durante un acto, ha dejado fuera de carrera por la candidatura oficial al actual jefe de gobierno Jorge Telerman, de quien Kirchner no tiene dudas. Pero tampoco está convencido de sostener la candidatura del vicepresidente Daniel Scioli, escepticismo que ha comenzado a compartir el propio Alberto Fernández. Antes de la elección de Misiones, el diputado Miguel Bonasso sostuvo que aun ganando con Rovira, Kirchner hubiera perdido en escala nacional. Un razonamiento similar empieza a abrirse paso ahora en el gobierno respecto de Scioli, quien como Solá fue colaborador de Menem y de Duhalde y lo sería de cualquier otro que le diera espacio. La diferencia es que en la provincia de Buenos Aires la participación de Kirchner en la campaña junto a un candidato representativo de su proyecto tendría altas probabilidades de triunfo. La Capital tiene otras características, como se vio el año pasado, y enfrentar a Macri con Scioli haría difícil explicar la diferencia y terminaría por desperfilar al kirchnerismo.

Otra vez la Hormiguita

En el caso del Hospital Francés el gobierno ha decidido remover a todos los funcionarios procesados por el juez Javier Anzoátegui incluyendo al interventor Tierratrágame, bajo cuya protección actuaron los barras brava. El gobierno entendió que no sancionar a los responsables de ese episodio vergonzoso equivalía a preservar al fusible, con riesgo para la instalación. En lugar de Tierratrágame designará como interventora a Graciela Ocaña, quien retendrá su cargo en el PAMI y tendrá como asesor en su nueva tarea al ex fiscal y ex interventor federal en Santiago del Estero, Pablo Lanusse. El esquema no está definido por completo, pero la base es independizar al Hospital de la Sociedad Filatrópica Francesa que lo administró desde su fundación y que ahora está en concurso de acreedores, con un pasivo de 150 millones de pesos, de los cuales el 70 por ciento corresponde a deudas con la AFIP. El Hospital sería expropiado o alquilado a la Sociedad Filantrópica y los ingresos por expropiación o alquiler irían al pago de los créditos del concurso. Una nueva administración se haría cargo del Hospital, financiada por un fideicomiso que integrarían el Estado Nacional, el porteño, el Banco Provincia de Buenos Aires, la embajada de Francia y algunas empresas francesas. Otra opción, planteada por Ocaña, es que el Hospital se concentre en la atención de los pacientes del PAMI. Su impecable administración del PAMI que ha permitido mejorar las prestaciones al mismo tiempo que disminuir los costos pagados a los prestadores y su incuestionable honestidad de militante la hicieron la persona ideal para arreglar el zafarrancho que armaron los chapuceros a cargo. Esa imagen se debe a la gestión de La Hormiguita y no a las campañas de imagen, en las que se ha negado a invertir un solo peso no obstante las sugerencias que recibió desde la Secretaría de Medios.

Personería a la CTA

Otra novedad en la que está trabajando el gobierno es el otorgamiento de la personería gremial a la Central de Trabajadores Argentinos. La CTA solicitó y obtuvo en 1993 su inscripción gremial como Asociación sindical de trabajadores de tercer grado de multiactividad. Su estatuto contemplaba la representación de otras asociaciones profesionales de grado inferior, de acuerdo con la ley de Asociaciones Profesionales, pero también preveía la afiliación directa de personas, como trabajadores dependientes, jubilados, desocupados y cuentapropistas. Al otorgar la inscripción, el ministerio de Trabajo la concedió como representante de las asociaciones sindicales de primero y segundo grado, pero no por los afiliados individuales. En noviembre de 2004 la CTA solicitó su personería gremial, lo que fue cuestionado por la CGT, quien pidió el archivo de las actuaciones afirmando que la ley sólo admite una central sindical de tercer grado de multiactividad. El dictamen elaborado por el ministro de Trabajo Carlos Tomada recomienda conceder la personería gremial en aplicación de lo que llama “teoría refleja” o “radial ascendente”, es decir sobre aquellas actividades en las que ya poseen personería las entidades de grado inferior que integran la CTA. Más allá de esos tecnicismos, el otorgamiento de la personería a una central que ha llegado a nuclear a 1,2 millones de trabajadores, que plantea como cuestión principal la distribución justa de la riqueza y donde todas las decisiones internas se adoptan por procedimientos participativos y democráticos, sería una señal de que la voluntad de cambio del gobierno no se ha atrofiado. Esta semana la CTA celebrará su Congreso, en el cual se elegirá una nueva Comisión Directiva, en la que Víctor De Gennaro dejará la secretaría general para ocuparse de las relaciones institucionales y el intento de organizar un movimiento político, social y cultural. En su lugar asumirá la conducción gremial el dirigente de los maestros, Hugo Yaski.

Recuperar el atrevimiento

Una frase que se repitió en la última semana muy cerca de Kirchner es que el gobierno debe recuperar el atrevimiento con el que se abrió paso en situaciones mucho más difíciles durante sus primeros años. En la misma línea se inscribirían otras decisiones que Kirchner ha vuelto a considerar esta semana: encender luz verde para que el Congreso sancione alguno de los diversos proyectos de ley que reducen a siete el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia o designar a los dos jueces que ahora le faltan, y enviar al Congreso el proyecto de ley de despenalización de los delitos de calumnias e injurias cuando se cometan contra funcionarios públicos. En ambos casos sólo estaría cumpliendo con su propia palabra: el decreto 222/03 y el compromiso asumido por el Estado Nacional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ratificado en forma personal por Kirchner.