EL PAíS
“El Diálogo es el único espacio alternativo a la confrontación”
Los obispos entregaron el documento final de la Mesa de Diálogo Argentino. “Se cierra una etapa”, dijeron y advirtieron que el texto puede constituir la base “para un gran acuerdo nacional”.
› Por Washington Uranga
La Mesa del Diálogo Argentino presentó ayer, en la sede de la Conferencia Episcopal, el documento titulado “Bases para las reformas: principales consensos” que es el “fruto y el resultado” del trabajo realizado en los últimos seis meses y que, según lo señaló el vocero José Ignacio López, “refleja valores y coincidencias básicas” con la pretensión de que sea suscripto a partir de la semana próxima por fuerzas políticas, sociales, empresariales y organizaciones sociales, en el entendido de que el Diálogo es “el único espacio alternativo a la confrontación y a la violencia”. La Iglesia Católica seguirá auspiciando el Diálogo, pero “canalizará” su participación a través de laicos católicos, dejando a los obispos en un expectante segundo plano.
El documento fue presentado por los obispos Jorge Casaretto y Agustín Radrizzani, y por el embajador Carmelo Angulo Barturen, representante de Naciones Unidas, con la significativa ausencia de los delegados del Poder Ejecutivo. No obstante, Casaretto recordó que el Diálogo fue convocado en enero por Eduardo Duhalde y, precisamente por esa razón, la conferencia de prensa estuvo precedida por una reunión en Casa de Gobierno, en la cual la Mesa de Diálogo le entregó en mano al Presidente las “Bases para las reformas”.
Los obispos dejaron en claro que “se cierra una etapa” y que el documento que se presentó puede constituir la base “para un gran acuerdo nacional”, pero dejaron en claro que “ni a la Iglesia ni a las Naciones Unidas les corresponde implementar” las medidas correspondientes. Casaretto calificó de “tenue” la acogida que la dirigencia política y empresarial le ha dado hasta el momento a la iniciativa del Diálogo y expresó su esperanza de que algunas de las propuestas realizadas “sean asumidas por todos los candidatos” que se presenten en las próximas elecciones.
Radrizzani dijo que en esta nueva etapa del Diálogo “la presencia de la Iglesia no se termina sino que se canaliza a través de los laicos”, aclarando que “la Iglesia no son sólo los obispos”. Sin embargo, a través de las palabras de los representantes de la jerarquía católica, quedó claro que la Iglesia “seguirá prestando el ámbito espiritual para el Diálogo”, pero los obispos tomarán una prudente distancia, sobre todo atendiendo a que la campaña electoral puede presentar nuevas situaciones y, probablemente, niveles de enfrentamientos o exigencias de toma de posición en las que la jerarquía no quiere verse involucrada de manera directa.
En la misma conferencia de prensa se anunció que desde el próximo jueves en el Cabildo de Buenos Aires se iniciará un “proceso de participación y adhesión” al documento de “Bases para las reformas”, mediante firmas de quienes estén interesados en hacerlo. Los apoyos podrán ser totales o parciales, incluyendo en este último caso observaciones o salvedades. Se recibirán también adhesiones vía Internet y se impulsará la idea de “cabildos abiertos para que los argentinos expresen si se sienten representados por este documento que busca restituir el bien común perdido”.
El largo documento de siete páginas se desarrolla bajo cuatro grandes capítulos titulados “construir una sociedad más equitativa”, “reconstruir un Estado al servicio de los ciudadanos y fortalecer la democracia”, “una economía al servicio de la persona e integrada al mundo” y “los instrumentos de la transición”, y contiene principios generales acompañados también de propuestas surgidas de quienes participaron de las diferentes mesas. Estas iniciativas son las que requieren, tal como lo señalaron los obispos, de implementación por parte del Ejecutivo y del Legislativo, algo que no se ha logrado salvo respecto del llamado “derecho de inclusión social” y de algunas iniciativas relacionadas con la salud. En el subtítulo dedicado a la “reforma del sistema político y de representación”, el documento alude, entre otros temas, a la necesidad de “una modificación profunda del régimen de los partidos políticos, a través de una renovación paulatina de la dirigencia” y alude a la “imprescindible tarea de rehabilitar y ennoblecer la política”. Casaretto agregó que, sin adherir a la consigna “que se vayan todos”, los obispos entienden que “sería positivo que al terminar el período de Duhalde se renueven todos los mandatos”.
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