EL PAíS › EL ULTIMO JUEZ NOMBRADO POR KIRCHNER QUEDA AL FRENTE DE LA CORTE
El santafesino fue elegido por unanimidad en reemplazo de Enrique Petracchi. “Trabajaremos para que la Justicia sea más rápida y accesible”, dijo. En la vicepresidencia seguirá la jueza Helena Highton de Nolasco.
› Por Irina Hauser
Ricardo Lorenzetti, el último integrante de la Corte Suprema nombrado por el presidente Néstor Kirchner, fue elegido por unanimidad como nuevo presidente del tribunal, en reemplazo de Enrique Petracchi. Con esta designación se completa, en buena medida, la renovación impulsada por el Gobierno. “Queremos liderar el cambio en la Justicia y trabajaremos para que sea más rápida y accesible”, prometió Lorenzetti. En la vicepresidencia continuará Elena Highton de Nolasco. Ambos jueces reiteraron su preocupación por la falta de definición del Poder Ejecutivo sobre las dos vacantes supremas que quedan.
Los ministros de la Corte se reunieron ayer a la mañana con la idea de fijar una fecha para la elección de presidente, pero al ver que había asistencia perfecta y consenso fácil decidieron acelerar el trámite. Ya se habían puesto de acuerdo en que no habría reelección para Petracchi ni para ningún futuro mandato.
La votación fue unánime, aunque no de entrada. Petracchi había postulado primero a Raúl Zaffaroni. El penalista agradeció el convite, pero lo rechazó y propuso a Lorenzetti, quien finalmente cosechó el aval de todos los demás, tal como habían acordado antes de manera extraoficial. Lorenzetti, por su lado, impulsó la fórmula Carlos Fayt-Highton de Nolasco. Highton quedó finalmente como vice, un puesto que venía ocupando desde que dejó el tribunal, un año atrás, Augusto Belluscio.
Lorenzetti es uno de los cuatro supremos nombrados por Kirchner, junto con Zaffaroni, Highton de Nolasco y Carmen Argibay. Asumió en la Corte a fines de 2004, a propuesta de Cristina Fernández de Kirchner y por sugerencia del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Su nombramiento como presidente del tribunal es bienvenido en la Casa Rosada, donde a Zaffaroni y Argibay los ven como figuras más conflictivas, que no se guardan las críticas al oficialismo. El propio Lorenzetti se definió más de una vez, en voz baja, como un “buscador de consensos”. Es un concepto que él mismo se empeñó en destacar ayer ante un grupo de periodistas.
“La elección fue un acto consensuado, sin desavenencias”, señaló el presidente entrante, para contrarrestar rumores que sugerían una pelea con Petracchi. “Esta Corte es muy diversa y ése es su fuerte”, subrayó. Highton añadió: “La Corte es un tribunal colegiado y queremos esclarecer a la opinión pública que no es una suma de individualidades, aunque seamos de distintas extracciones. Las disidencias se plantean respetuosamente y se busca el consenso”.
Lorenzetti y Highton coincidieron en que uno de los objetivos de su gestión será lograr que “haya acceso a la Justicia para todos”. “La Justicia basada en la igualdad es una política de la Corte”, definió Lorenzetti. La jueza consideró que “es bueno que la gente sepa quiénes son los jueces, que nos conozcan la cara”. El nuevo titular supremo evaluó, además, que “el Poder Judicial no es el mismo de la crisis, ya hay un quiebre de esa tendencia”. “Estamos comprometidos con el cambio”, aseguró.
A Petracchi le tocó comandar el tribunal durante la transición de la Corte menemista de la mayoría automática a la composición actual. Para el momento de su elección como presidente, en noviembre de 2003, Julio Nazareno ya había renunciado y Eduardo Moliné O’Connor estaba suspendido. Lo votaron Belluscio, Fayt, Boggiano, Zaffaroni, Guiller-mo López y Juan Carlos Maqueda. El único que no lo apoyó, por su enemistad histórica, fue Adolfo Vázquez. Con los meses siguió la depuración cortesana, juicio político mediante. Petracchi y Fayt son los ministros con más antigüedad que quedan en la Corte, nombrados en 1983 por el ex presidente Raúl Alfonsín.
La votación unánime producida ayer es toda una novedad para los costumbres cortesanas. Al mediodía, en una conferencia de prensa relámpago, Petracchi anunció el resultado y dijo que se había producido “una reunión de gran cordialidad”.
La nueva dupla presidencial asumirá sus funciones recién después del 31 de diciembre, cuando a Petracchi se le vence formalmente el mandato. El ejercicio del cargo seguirá durando tres años. Es un plazo que a Nazareno, en su época, no le importó, al punto que llegó a votarse a sí mismo para conseguir la reelección. La presidencia de la Corte tiene un costado protocolar, pero implica también el manejo de la agenda suprema y el nexo con los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Lorenzetti y Highton se mostraron molestos, una vez más, por la indefinición del Gobierno sobre las dos vacantes que quedan en la Corte. “Todos los ministros ya hemos manifestados esta preocupación. Nos cuesta resolver algunas causas (por falta de mayoría). Pero es otro de los temas que la Corte no tiene posibilidad de resolver”, dijo el santafesino. “Habría que terminar con una ampliación (del número de jueces del tribunal) que fue muy criticada, pero es un tema que sólo puede resolver el Legislativo”, insistió. La mayoría de los actuales ministros se inclina por achicar la Corte a siete miembros, que falle con mayoría de cuatro votos, y contaron que hubo gestiones informales infructuosas desde la Corte ante el Ejecutivo. Zaffaroni plantearía una salida alternativa, desde adentro del tribunal, mientras el Gobierno se decide (ver página 6).
Uno de los puntos centrales de la nueva gestión será, anunciaron Lorenzetti y Highton, “lograr una justicia más rápida”, “con tiempos razonables” y “jurisprudencia clara”.
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