Sáb 11.11.2006

EL PAíS  › SANCOR CEDE EL CONTROL DE SUS OPERACIONES A UN FONDO DE INVERSION

Nadie como Soros para ordeñar la vaca

La endeudada cooperativa láctea anunció un acuerdo con la empresa Adecoagro, que tiene al magnate húngaro como uno de sus principales accionistas, para venderle el 62,5 por ciento de sus acciones. Se creará una nueva sociedad anónima. La operación será por 120 millones de dólares.

› Por David Cufré

Herida desde la crisis de 2001, la cooperativa láctea SanCor terminó ayer por aceptar que ya no será más lo que fue desde 1938, cuando pequeños productores lecheros de Santa Fe y Córdoba unieron fuerzas para constituir una compañía que resultó la más grande del sector en Argentina y una de las líderes en América latina. El consejo de administración de la empresa aceptó una propuesta de la firma Adecoagro, que tiene al magnate George Soros como uno de sus principales accionistas, para transferirle el control de sus operaciones. El principio de acuerdo quedó refrendado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) y define un plazo de 90 días para cerrar las negociaciones. Los compradores, un fondo de inversión especializado en agro business, se comprometen a pagar 120 millones de dólares por el 62,5 por ciento de las acciones.

El proceso de extranjerización de la economía anota con SanCor otro caso paradigmático. Desde la devaluación, fueron varias las empresas con fuerte identificación nacional que aceptaron ofertas astronómicas o tuvieron que vender por ahogos financieros, como Quilmes, Loma Negra, Swift, Acindar, Pérez Companc y Grafa. Aquella aspiración del Gobierno de reconstituir una burguesía industrial que liderara el desarrollo económico perdió a varios de sus principales referentes, aunque por abajo van apareciendo otros.

En el esquema de asociación que se está negociando, SanCor no desaparece como cooperativa, pero pasa a ser accionista minoritaria de una nueva empresa, con el 37,5 por ciento del paquete global. Adecoagro lideraría la sociedad anónima con el 62,5 por ciento de las acciones. Adicionalmente, la cooperativa analiza desprenderse de otras unidades de negocio, como la de yogures y leches especiales (maternizadas o para terapia intensiva), a fin de obtener más recursos con que hacer frente a sus deudas. Por ahora, en cambio, retendría un frigorífico y una empresa proveedora de insumos agropecuarios, entre otros activos.

La venta de SanCor era cuestión de tiempo. La empresa nunca logró reponerse del golpe que significó la devaluación, que la tomó con una deuda en dólares en el exterior por 167 millones, más otros compromisos con entidades locales. Hace dos años, pactó una reestructuración de esos pasivos que no alcanzó a liberarla de la presión financiera. El Banco Nación quedó como principal acreedor con el equivalente a 45 millones de dólares, seguido por la Corporación Financiera Internacional, el HSBC, el Citibank y el Río, entre otros.

A fines de septiembre, la cooperativa no pudo afrontar el vencimiento de una obligación negociable por 10 millones de dólares y allí fue que acordó con el club de bancos acreedores “buscar una solución sustentable”, que contemplaba la asociación con un accionista mayoritario o el desprendimiento de negocios puntuales. Ayer dio el primer paso, al anunciar su preacuerdo con Adecoagro, y próximamente daría el segundo. La asamblea de 2300 productores que integran la cooperativa le había otorgado un poder al consejo de administración para hacer aquel convenio con los bancos.

En la carta que SanCor envió a la CNV puntualiza que el aporte de 120 millones de dólares que hará Adecoagro será utilizado para dos fines: 50 millones como aporte de capital para la nueva sociedad anónima y 70 millones servirán para cancelar parcialmente la deuda financiera. La carta de intención establece un plazo de 90 días para cerrar las negociaciones. Si no llegan a un entendimiento, la operación se caerá y la cooperativa podrá buscar algún otro socio.

En charlas íntimas, las autoridades de SanCor acusan a Felisa Miceli y a Guillermo Moreno y, por ende, a Néstor Kirchner, de haberlos empujado al precipicio. Aseguran que la política de acuerdos de precios y el aumento de las retenciones a las exportaciones, de 5 a 10 por ciento, dejaron a la compañía sin rentabilidad. En esas condiciones, afirman, no hubo margen para reacomodar la carga financiera. El economista Javier González Fraga, especialista en el sector, señaló a este diario que “lo que hizo el Gobierno con SanCor fue de una gran torpeza”. “No se puede dejar a una compañía láctea sin posibilidad de captar fondos frescos porque se hunde”, opinó. Desde Economía respondieron que el Ejecutivo hizo “enormes esfuerzos” por ayudar a la compañía con su deuda, pero la crisis era demasiado grande. Y sostuvieron que esa fue la verdadera razón de su caída, mientras que los reproches a los acuerdos de precios no son más que lobby.

La Serenísima también presiona para salir de los acuerdos: hace dos semanas dejó impago un título de deuda por unos 7 millones de dólares. A pesar de ello, Adecoagro sentenció: “Vemos en SanCor una compañía con un potencial espectacular. En el largo plazo, la Argentina es el lugar más competitivo del mundo para producir leche”. Si Soros lo dice.

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