EL PAíS › MARTHA HOLGADO NO ES HIJA DE PERON, SEGUN EL ADN
El análisis del ADN realizado por un prestigioso centro genético de Córdoba descartó la relación filial entre Holgado y el ex presidente. Otros dos estudios pendientes darían el mismo resultado.
› Por Alejandra Dandan
Hasta ahora, Martha Holgado vivía convencida de que la sociedad argentina no la aceptaba como hija legítima de Juan Domingo Perón. Después de todo, decía, nadie se resigna a perder aquello de que “el pueblo es el único heredero”. Doce años atrás, sin embargo, abrió una causa judicial para probarlo. Pidió un examen genético para demostrar su filiación biológica con el General y durante años mantuvo abierto tesoneramente el expediente que recién ahora parece acercarse a un final: las autoridades del centro genético más importante de la provincia de Córdoba que tenían bajo análisis una muestra del cuerpo de Perón descartaron ayer en un 99 por ciento su filiación biológica con Holgado. El resultado de los estudios se difundió en una conferencia de prensa. La Fundación Favaloro de Buenos Aires convocada como perito oficial llegó en las últimas horas al mismo resultado.
“Esto es como si usted comparase números de dos tarjetas de crédito”, explica Carlos Debandi, presidente del Ceprocor (Centro Procesos Córdoba), el instituto responsable de los estudios genéticos. “Si usted compara su número de tarjeta con otro número cualquiera, se va a encontrar con dos o tal vez tres números iguales, pero eso no significa que las tarjetas sean las mismas.” Desde el Ceprocor, Debandi tuvo a cargo y bajo custodia en las últimas semanas una de las cuatro muestras óseas extraídas del cuerpo de Juan Domingo Perón el viernes 13 de octubre, poco antes de su traslado definitivo –y escandaloso– a la quinta de San Vicente. Ese día, y bajo autorización de la jueza Marta Ilundaín, las partes se llevaron una muestra de unos cinco centímetros de extensión, una correspondiente al fémur y otra al húmero.
Las muestras se distribuyeron en partes iguales. Una quedó en manos del Cuerpo Médico Forense, que le pidió una intervención a la Fundación Favaloro como perito oficial; otra quedó en manos de Gustavo Penacino, el perito contratado por Martha Holgado, y la tercera, en poder de la contraparte, en este caso el abogado de Isabel Martínez de Perón, Humberto Linares Fountaine, que luego de varias idas y vueltas entregó la muestra a Ceprocor. Según los que saben, entre los peritos y los lugares bajo análisis medió una propuesta del propio José Manuel de la Sota a María Estela Martínez para ofrecerle, gratis, las instalaciones del Instituto de genética más prestigioso de la provincia.
Debandi recibió las muestras en esas condiciones, y como perito de parte de Isabel. “Lo que hace habitualmente un perito parte –explicó ayer– es funcionar como una especie de auditor del perito oficial, estudia si lo que hace es convincente o no y asesora a su cliente.” En este caso, su rol y el de Gustavo Penacino fue distinto. “El juzgado nos pidió que actuásemos como peritos activos; por eso nos dio muestras equivalentes a cada una de las partes para que hagamos análisis independientes.”
Los restos de Perón llegaron con algunas complicaciones a manos de los genetistas. El día de su muerte, para desacelerar el proceso de descomposición y por recomendación del dueño de la cochería Paraná –por entonces, encargado de los ritos funerarios–, el cuerpo recibió inyecciones de formol a través de las venas. Aunque todo indicaba que el procedimiento no podía invalidar la extracción de ADN, hasta último momento el Ceprocor no sabía qué iba a encontrar.
La genetista Ana María Di Lonardo es una de las fundadoras del banco de datos genéticos del Hospital Durand de Buenos Aires. Y ahora es su ex directora. Convocada por el abogado de Isabel Martínez antes del Ceprocor, actuó durante algunas horas como perito de parte. En esas condiciones presenció la extracción de muestras del cadáver de Perón. Y en esas condiciones, expresó alguna duda sobre las posibilidades reales de encontrar ADN en la zona del húmero. El examen del Ceprocor finalmente le dio la razón.
“Por fortuna, encontramos una muestra muy válida de ADN en el fémur –dijo Debandi ante una consulta de este diario– porque en el húmero no había.” El fémur fue suficiente. “Encontramos 14 marcadores genéticos –agregó–, lo que es todo un perfil de ADN y diferencias en 10 campos que establecen la no inclusión de la paternidad.” Eso significa que, aclaró, “si todas las personas cuentan con un campo de 22 marcadores, y se supone que la mitad corresponde a su padre y la otra mitad a su madre, si 9 de esos 11 son diferentes quiere decir que algo no anda”.
Por las características, es posible que los resultados del Cepronar sean una anticipación de lo que probablemente confirmarán las dos pruebas pendientes. Nidia Modesti, del laboratorio de Biología Molecular del Ceprocor dijo que “técnicamente los estudios tienen que dar exactamente lo mismo” que los obtenidos en Córdoba ya que se utilizaron técnicas habituales en distintas partes del mundo.
Una versión no confirmada oficialmente indicaba anoche que la Fundación Favaloro había llegado al mismo resultado. Voceros de la Fundación aseguraron que “el examen ya está terminado y los resultados fueron entregados en un sobre cerrado al juzgado”. Página/12 pudo saber que el resultado también había sido negativo.
Fuera de allí y lejos de todo, Martha Holgado seguía las noticias desde su casa. Con ella estuvo su hijo Horacio. “Nosotros –dijo– vamos a esperar nuestro resultado genético.” Los dos siguen creyendo en una nueva oportunidad (ver aparte).
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