Mié 22.11.2006

EL PAíS  › EL BANCO MUNDIAL APROBO EL PRESTAMO PARA BOTNIA Y EN GUALEGUAYCHU CONTINUA EL CORTE

170 millones de razones para la protesta

Como se esperaba, el Banco Mundial aprobó por 23 votos a 1 el préstamo de 170 millones de dólares para que Botnia termine su planta. En Gualeguaychú ratificaron la continuidad del corte y hablan de levantar una chimenea de 120 metros sobre la ruta. La Cancillería argentina declaró que “lamenta” la decisión del Banco Mundial.

› Por Alejandra Dandan

Lo que todo el mundo suponía, sucedió: con 23 votos a favor y apenas uno en contra –el del integrante argentino– el Banco Mundial (BM) autorizó el crédito para la papelera Botnia, que recibirá ahora 170 millones de dólares y una garantía por otros 350 millones. A pesar de la tesonera oposición de los vecinos de Gualeguaychú, la pastera finlandesa logra de esa forma los avales necesarios para acceder a otros créditos en el ámbito privado. ¿Será posible detenerlos aún? Los asambleístas no lo saben. Empantanados pero decididos a encontrar otra salida subieron las apuestas. A 48 horas del inicio del corte, anoche decidieron continuar en la Ruta 136 por tiempo indeterminado. Aunque descartaron extender la medida, ya se habla de cortes en los pasos de Concordia-Salto y Colón-Paysandú para regionalizar el reclamo. Y de construir una chimenea de 120 metros sobre la ruta, espejo de la Botnia. Anoche, la Cancillería argentina emitió un comunicado anunciando que “no comparte la decisión” del directorio del BM y que seguirá “reclamando”.

“¿Hasta cuándo vamos a estar acá?”, se preguntaba anoche José Pauler, pizzero y miembro de la asamblea de vecinos. “No es que nosotros seamos extremistas, al revés”, contaba. “Si alguien viene con un misil a la ruta nosotros se lo bajamos y le pedimos que lo cambie por una caja de ravioles, pero no lo hacemos por nada sino porque el movimiento es pacífico.” Pauler estuvo al volante de su coche durante la primera noche del corte, cuando otros cuatro vecinos del barrio maniobraron y pegaron una volantazo en la ruta para dejar cruzados los vehículos. Se quedó en el corte hasta las ocho de la mañana, volvió cuando cerró la pizzería sobre el mediodía y después de un baño regresó otra vez. “El corte fue el arma que nosotros encontramos y que puso el tema de las papeleras en el tapete porque molesta a todo el mundo, por eso no nos podemos bajar”, explicaba.

Hace un año Gualeguaychú reinventó la dinámica del corte de ruta para reclamar del gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez el freno a la construcción de dos papeleras en la ciudad de Fray Bentos. Hoy, a meses de ese comienzo y luego de gestiones diplomáticas, la Asamblea consiguió detener la construcción de la papelera española Ence, ahora relocalizada, pero no consiguió lo mismo con la otra.

El crédito

En un comunicado, la dirección del Banco Mundial anunció al mediodía la decisión que estaba prevista desde hacía varios días: la aprobación de la línea de crédito para los finlandeses de Botnia. La noticia sin embargo no terminó allí. Para aprobar el crédito, el Banco Mundial se basó en un informe de una consultora canadiense, Hatfield. Según sus datos, “la zona local –dijeron–, que incluye la ciudad argentina de Gualeguaychú, no experimentará impactos ambientales adversos”.

Con ese elemento, el Banco Mundial justificó la aprobación del crédito. Según ese criterio, las papeleras no causarán daño ambiental y darán beneficios económicos a los uruguayos, pese al esfuerzo de los asambleístas por demostrar lo contrario. Firmado y autorizado por las juntas directivas de la Corporación Financiera Internacional (CFI) y la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), el comunicado indicó que Botnia recibirá un crédito por una inversión de 170 millones de dólares y la garantía de hasta 350 millones para el proyecto. Una decisión que según el vicepresidente del CFI “allana el camino para que tratemos con las partes interesadas a fin de maximizar los beneficios económicos, ambientales y sociales para las comunidades locales a ambos lados del río”.

Los vecinos

“Ya esperábamos esta decisión del Banco Mundial, pero después de haber leído lo que dijeron por Internet, yo digo: esta persona del Banco Mundial ¿habló con gente de Catamarca o con los vecinos de Gualeguaychú?” Roberto Cañoli fue el primero que habló en el final del día de ayer, en la asamblea y frente a unos trescientos vecinos que se reunían a verse las caras y decidir hacia dónde seguir después del crédito.

A esa hora, los vecinos parecían dividido en dos grandes grupos. Por un lado, los que están en el corte y estarán, pero no lo quieren porque saben que puede extenderse hasta el verano y consideran que el largo plazo no es eficaz. Por otro, están los más “radicalizados”. Así se llaman así mismos. No son extremistas, como decía el pizzero Pauler, sino vecinos pacíficos. Aún así, son los que quieren seguir en la ruta. Y con el corte. Incluso, regionalizar la protesta para abarcar la provincia de Entre Ríos antes de que el tema termine sepultado por el silencio.

En la asamblea se escuchó ayer la voz de Alfredo De Angeli, presidente de la Federación Agraria provincial. “Creo que ya tenemos que pensar en cortar los puentes en Colón y en Concordia –dijo–, de modo que no quede paso terrestre hacia el Uruguay.”

La medida no es nueva. Los asambleístas la estudian desde hace tiempo, pero aún no tienen el consenso interno para sostenerlo. “Lo que se viene estudiando es enviar gente de Gualeguaychú a esos lugares”, explicó más tarde a este diario José Gómez, alambrador y uno de los asambleístas más antiguo. Esos lugares son el paso Colón-Paysandú y Concordia-Salto con situaciones diferentes. De las dos ciudades, Colón es aparentemente puede estar en mayores condiciones de plegarse. Desde hace meses, un grupo de cincuenta ambientalistas mantienen una guardia con una carpa armada al costado de la ruta nacional 135.

A las once de la noche, cuando la asamblea terminaba, aquella decisión por el momento se descartó. Lo mismo sucedió con la propuesta de quienes pidieron cortar la ruta nacional 14 para lograr, al menos, la mirada del gobierno argentino. La desazón por la falta de respuestas fue tal que uno de los asambleístas muy enojado pidió frente al micrófono alguna medida: “O vienen y nos garrotean –dijo– o vienen y se ponen adelante de la lucha nuestra”.

A mano alzada la asamblea aceptó en cambio levantar una chimenea de 120 metros de algo y una moción para que el gobierno nacional vuelva a presentar el tema en la próxima cumbre del Mercosur del 15 de diciembre (ver aparte). También pidieron que se declare personas no gratas a Elisa Carrió y a Mauricio Macri, que hablaron en contra de los cortes.

En tanto, Cancillería emitió la única palabra oficial del Gobierno. “Lamentamos la decisión –difundieron– cuyos efectos ambientales serán serios para las poblaciones ribereñas, por cuanto los estudios realizados no han tenido en cuenta toda la gravedad que una planta de las características plantea.” En ese marco, consideraron que “Argentina continuará reclamando ante la CIF la necesidad de que los instrumentos contractuales” similares se adecuen a los reclamos ambientales.

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