Luis D’Elía cree que sus problemas con el gobierno de Néstor Kirchner empezaron cuando pronunció el nombre de Douglas Tompkins, el millonario norteamericano dueño de unas 400 mil hectáreas del litoral argentino. Cuando todavía era subsecretario de Tierras, D’Elía pidió la Ley de Expropiación para que esas extensiones pasaran a manos del Estado. Ese cuestionamiento, dijo, “me generó episodios muy duros”. Y el inicio de una escalada de conflictos que terminó en un enfrentamiento directo con Alberto Fernández, el jefe de Gabinete a quien D’Elía acusó por primera vez desde su distanciamiento con el Gobierno. En una extensa entrevista publicada por La República, de San Luis, dio su versión de la salida y su descarga: Fernández, dijo “representa la derecha reaccionaria, entreguista, cipaya”. Cerca del jefe de Gabinete restaron peso a sus declaraciones. Y recordaron la relación del diario con los Rodríguez Saá.

“Creo que un episodio definitivo fue el de Tompkins –explicó–. El haber cuestionado a este empresario norteamericano, que está parado sobre el tercer reservorio de agua dulce del mundo, el haber planteado la Ley de Expropiación de sus tierras. Eso me generó episodios muy duros.”

Entre esos episodios, el ex funcionario encuadra la clave de su salida con el Gobierno. D’Elía dejó su puesto de subsecretario de Tierras a pedido del Presidente luego de haber transmitido su apoyo a Irán, en el marco de la causa AMIA y mientras la Justicia pedía la detención de ex funcionarios del gobierno de ese país. Desde ese momento, el líder de la Federación Tierra y Vivienda enmarcó su renuncia en una escalada de conflictos que tenían por detrás intereses de Israel y Estados Unidos. Pero ayer incluyó por primera vez el nombre del jefe de Gabinete.

“Yo siento que estoy dando una disputa –aseguró D’Elía–. Contra otro sector del Gobierno que tiene mucho poder, de estructura, de aparato. Creo que Alberto Fernández expresa la derecha de este Gobierno. Es una persona que quiere llevar al Gobierno a una alianza con el Partido Demócrata norteamericano, que expresa al sector financiero mundial”.

La figura de Alberto Fernández apareció así, invocada en dos planos. Por un lado como eje de una disputa alejada del peronismo doméstico e instalada en el plano regional. “Somos sectores distintos y lo único que le estamos pidiendo al presidente es por el Mercosur.” En ese alineamiento dejó a pocos. “Queremos a Chávez, a Lula, a Evo: que se bajen las dificultades con Uruguay, queremos que haya unidad estratégica.”

En el plano interno, instaló al jefe de Gabinete como el responsable de su salida del Gobierno:

–¿Usted siente que quien lo echó del Gobierno fue Alberto Fernández? –le preguntaron.

–Yo no quiero caer en debates menores –dijo–. Es una persona que no tiene ningún problema en operar contra otros miembros del gabinete, utilizando métodos que creo lo reducen en política. Y de hecho lo hizo. El es el líder de la derecha kirchnerista. Nosotros lo queremos ubicado ahí, a la derecha, donde tiene que estar. Es una persona que quiere llevar al Gobierno a una alianza con el Partido Demócrata norteamericano, con España y con (la presidenta de Chile, Michelle) Bachelet.

En el entorno de Fernández disfrutaron de algunos párrafos de la entrevista. Consultados por este diario, se mostraron a gusto con las comparaciones de D’Elía. “Es un honor que nos ubiquen junto a Bachelet, Rodríguez Zapatero y Bill Clinton.” Además salieron a restarles peso político a las declaraciones con el subrayado de la relación de los hermanos Rodríguez Saá con el diario La República que, justamente, le reclama al Estado una deuda que el Gobierno no reconoce. “D’Elía perdió en todo. Lo echaron, Chávez le sacó al embajador de Venezuela, que era su amigo, ni vale la pena que le salgamos a contestar”, dijeron cerca del jefe de Gabinete.