Tras su paso por Montevideo, Juan Antonio Yáñez Barnuevo –el enviado del rey de España para mediar en el conflicto por las papeleras– llegó anoche a Buenos Aires con una premisa concreta: que el gobierno de Uruguay está dispuesto a dialogar siempre y cuando se levanten los cortes de ruta en Entre Ríos y no se discuta la ubicación de la planta que Botnia construye en Fray Bentos. Así se lo transmitió ayer el propio presidente uruguayo Tabaré Vázquez, quien además firmó el decreto que dispone que las instalaciones de la firma finlandesa sean custodiadas por personal del ejército. En línea con la posición planteada por Néstor Kirchner, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, insistió en que esa decisión, “lejos de colaborar” en la solución del diferendo, “está produciendo una afrenta mayor”.

El “facilitador” al que el rey español Juan Carlos I le encomendó la complicada tarea de tratar de acercar posiciones entre argentinos y uruguayos se reunirá hoy con el canciller Jorge Taiana. Yáñez Barnuevo hará con el funcionario un repaso de la situación en busca de una salida al conflicto. Lo mismo hizo ayer en Montevideo, donde planteó a las autoridades la “necesidad” de que Argentina y Uruguay “flexibilicen” sus respectivas posturas para allanar un camino de diálogo.

El diplomático español estuvo reunido durante 40 minutos con Vázquez. El encuentro en la residencia presidencial de Suárez se produjo en un marco de gran hermetismo. “En una negociación de este tipo, tiene que haber silencio porque cualquier declaración puede arruinar todo”, explicaron en la presidencia uruguaya. “Siempre hay una luz”, fue todo lo que Vázquez dijo tras su encuentro con el enviado de España.

Yáñez Barnuevo acudió a su cita con Vázquez con el pedido de “flexibilización” de las posiciones. El mandatario no cerró la puerta a un diálogo con la Argentina, pero lo condicionó al levantamiento de los cortes de ruta en Entre Ríos y a que no se discuta la ubicación de la papelera que Botnia está construyendo frente a Gualeguaychú.

Vázquez había sido claro en su postura en declaraciones que formuló antes de recibir al “facilitador” español. “Nosotros siempre hemos apostado al diálogo. Es el camino por el cual debemos resolver este tema entre los dos países y el gobierno uruguayo lo ha defendido permanentemente”, sostuvo el mandatario, aunque aclaró que “no vamos a negociar con las rutas y los puentes cortados”.

Yáñez Barnuevo fue a ver a Vázquez después de una reunión de una hora y cuarto con el secretario general de la Cancillería de Uruguay, José Luis Cancela. Voceros de la diplomacia de ese país explicaron que ése fue un encuentro de “trabajo” en el que se repasaron las cuestiones en las que coinciden y discrepan uruguayos y argentinos y se analizaron también “aspectos técnicos y ambientales” vinculados con la construcción de las papeleras.

En la residencia presidencial de Suárez se escribió después el capítulo político de la visita de Yáñez Barnuevo a Montevideo. En su conversación con Vázquez surgió el tema de los cortes de los puentes hacia Uruguay, que según insistieron funcionarios de ese país, son un factor que “altera toda posibilidad de diálogo”.

Voceros de la administración de Vázquez aseguraron que tampoco “pasó inadvertida” la actitud adoptada por el gobierno argentino frente a los piquetes. También remarcaron que se le transmitió a Yáñez Barnuevo que la posibilidad de que Uruguay desista de su presentación ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por los cortes de las rutas binacionales está supeditada a la suspensión de los mismos.

Yáñez Barnuevo recibió, además, una explicación acerca de la decisión de Vázquez de que la planta de Botnia fuera custodiada por los militares. El decreto que pasa a manos del ejército la vigilancia de la papelera fue firmado por el presidente uruguayo horas antes de recibir al enviado español. El ministro del Interior de Uruguay, José Díaz, explicó lo mismo que Vázquez le comentó después de hablar con Yáñez Barnuevo: que se trata de una “medida preventiva” y que esa custodia “no significa” que la seguridad de la planta vaya a quedar solamente a cargo de miembros de esa fuerza, porque en la zona ya se desempeñan la policía y la Prefectura uruguayas, además de personal de vigilancia privada.

Aníbal Fernández salió al cruce de la firma del decreto y reiteró que constituye una “afrenta” hacia Argentina. El ministro del Interior manifestó, de todos modos, que “en algún momento tiene que llegarse a una solución y tiene que ser diplomático-política”.

Ese es el objetivo de Yáñez Barnuevo, quien a mediados de noviembre ya estuvo en Argentina y Uruguay y no logró acercar posiciones entre las partes. Entonces, en Buenos Aires se entrevistó con Kirchner y con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, mientras que en Montevideo lo recibió un funcionario de segunda línea de la Cancillería.

La expectativa esta vez es que –tras la reunión que mantendrá hoy con Taiana– pueda regresar a la capital uruguaya con elementos que permitan abrir alguna instancia de diálogo. En caso de ser posible, la intención de Yáñez Barnuevo sería dejar sentadas las bases para convocar de inmediato a una reunión entre argentinos en un “lugar neutral”, que podría ser Madrid.

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