EL PAíS › D’ELIA CONTRA ALBERTO FERNANDEZ
› Por Martín Piqué
“Es un gran hijo de Cavallo.” Esa definición, pronunciada por Luis D’Elía, sólo puede tener un destinatario. Quienes vengan siguiendo las declaraciones públicas del ex subsecretario de Tierras ya sabrán la respuesta. D’Elía se refiere al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Tras su tan publicitada renuncia, el matancero había prometido “un mes de silencio” y un regreso a las aulas como docente o alfabetizador. Está claro que no pudo con su genio. O tal vez no quiso perder la oportunidad de forzar el debate sobre las prioridades de la política exterior y los últimos alineamientos del Gobierno. Por eso reapareció con una charla pública en la Universidad de las Madres. Primero habló de un kirchnerismo tensionado entre su izquierda y su derecha, más tarde recurrió al humor para identificar a sus adversarios. Los bautizó como “los bigotes”. Pero los eufemismos se terminaron esta semana. Luego de la contundente victoria de Hugo Chávez en Venezuela, D’Elía le puso nombre propio a su enemigo.
En los últimos días el ex funcionario ya nombró varias veces al jefe de Gabinete. Cada día que pasa usa palabras más duras para criticarlo. El contexto no es casual. Un día antes de que Chávez llegue a Buenos Aires para reunirse con Kirchner, D’Elía vuelve a cargar contra el jefe de Gabinete. Lo considera el ideólogo de una cruzada que intentaría poner distancia con Chávez. Pero las críticas a Fernández no se quedan allí. Y son las más fuertes que se hayan escuchado hasta ahora en boca de un representante del kirchnerismo.
–¿Por qué considera que la visita de Chávez es un triunfo suyo y de la Federación de Tierra y Vivienda? ¿No le parece mucho?
–Se acordó el domingo. Yo no gestioné nada. Hay un debate político. Hubo un señor que se llama Alberto Fernández que empuja al Gobierno hacia otro tipo de alianza, ligada a la derecha. Llegaba la elección venezolana y no se había producido ningún apoyo de Kirchner a Chávez.
–Lula fue a Venezuela a hacer campaña por Chávez. Kirchner no.
–El apoyo al final se dio porque nosotros hicimos un fuerte posicionamiento en lo de las Madres. Dijimos que queríamos saber si el Gobierno iba a Caracas o a Washington. Al otro día, el Presidente habló en la Cumbre de Mercociudades. Dijo Caracas y le dio con un caño a Estados Unidos. Hasta ese momento teníamos al embajador Earl Wayne sacándose fotos con todos los ministros, visitando la Corte y diciendo que apoyaba la reforma judicial y la causa AMIA. Entrometiéndose en cuanto asunto interno había. Las elecciones en Venezuela eran el 3 de diciembre y no había apoyo concreto de Kirchner a Chávez. Con el agravante de que había habido off the record un pedido de relevamiento a su embajador.
–¿En qué se basa para decir que Fernández boicotea la relación con Venezuela?
–En sus posiciones públicas. Alberto Fernández no quiere una alianza estratégica con Chávez, con el Mercosur. Quiere ir a una alianza con el poder financiero mundial que expresa la familia Clinton y el Partido Demócrata. Quiere reducir la relación a lo comercial, cuando aspiramos a una integración política, económica y social. Que podamos tener un Parlamento del Mercosur. O como dice Lula, hasta fuerzas armadas comunes.
–Cerca de Alberto Fernández llegaron a decir que estaban muy orgullosos de que los compararan con Clinton.
–Bueno, a confesión de parte relevo de pruebas.
–¿Cuál es su opinión sobre Clinton?
–Si usted le pregunta a Fidel Castro qué prefiere, los republicanos o los demócratas, va a decir los demócratas. Pero los demócratas también apelaron a la invasión y a la guerra. Son los sostenedores del sistema financiero mundial que causó gravísimos daños en la Argentina de los ’90.
–¿Sólo Alberto Fernández quiere un acercamiento al Partido Demócrata?
–No sólo hacia el Partido Demócrata. Plantea el regreso de la estructura PJ. Sostiene todos los puentes con el sindicalismo amarillo y traidor que fue cómplice de los ’90. Alberto expresa eso. Tiene una visión de derecha recalcitrante y, por otro lado, el hostigamiento permanente a varios movimientos sociales, más allá de que lo digan públicamente o no.
–¿A qué movimientos sociales se refiere?
–A la Federación de Tierra y Vivienda seguro.
–Usted puntualiza en Fernández pero da la sensación de que Cristina Kirchner también busca el acercamiento al Partido Demócrata.
–El Presidente tiene la necesidad de mantener relaciones normales con los Estados Unidos y yo eso lo comparto. Mi diferencia con Alberto Fernández es que él quiere relaciones carnales con los Estados Unidos.
–Pero no me dice nada de Cristina, que es lo que le preguntaba.
–Cristina y Néstor buscan tener relaciones normales y fluidas con los Estados Unidos. Ahora eso es muy distinto a tener relaciones carnales y transformar a la Argentina en la cabeza de playa del Partido Demócrata norteamericano en la región. Ese es el propósito de Alberto Fernández.
–Pero si Hillary Clinton es elegida candidata del Partido Demócrata, ¿no cree que puede haber cierta identificación de Cristina Kirchner?
–No, no me consta. No conozco el tema.
–Cuando usted critica el giro de la política exterior también menciona a Bachelet. ¿Por qué la critica tanto? ¿Qué tiene de malo?
–Obviamente no es Pinochet. Representa un proceso de más compromiso con la izquierda que Ricardo Lagos. Pero sigue siendo un proceso complicado. Bachelet firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
–¿Al concentrar todo en Alberto Fernández no está teniendo una mirada ingenua, reproduciendo la teoría del cerco?
–No creo en la teoría del entorno. Kirchner está recibiendo a Chávez y relanzando la relación. Así se despega de todos los tipos que quieren vivir sacándose fotos con el embajador norteamericano y que sueñan con volver a las relaciones carnales. Alberto sufrió una dura derrota en estos días, por más que mañana (por hoy) se esfuerce por sacarse fotos con Chávez.
–¿Sus críticas cotidianas a Fernández no lo convierten en un opositor?
–En absoluto. Alberto Fernández es tan kirchnerista como yo, salvo que tiene mucho poder porque tiene mucha estructura y porque maneja la pauta de muchos medios privados. Va a intentar hacer operaciones contra mí tratando de estigmatizarme o de ponerme en el lugar de los opositores. La derrota en la Capital, el pase de Borocotó, haber mandado los Batatas al Hospital Francés a pegarles a los trabajadores. Alberto Fernández goza de una gran impunidad. Y lo que es peor aún, utiliza la pauta publicitaria del Gobierno para hacer operaciones contra otros ministros, contra otros miembros del Gobierno. Es una verdadera vergüenza.
–¿Contra qué ministros habría hecho eso?
–No voy a hacer nombres.
–¿Pero le dijeron eso los propios ministros?
–Varias veces.
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