Luis Gerez mantuvo ayer por la mañana una audiencia personal con Eugenio Zaffaroni, en su rol de ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Zaffaroni lo recibió como suele recibir a todo quien pide una audiencia. Durante el encuentro, que duró una hora y media, no hubo fotos, pero el gesto se leyó como un respaldo para el militante kirchnerista secuestrado a fin de año en Escobar y cuya posición fue cuestionada desde distintos sectores políticos.

La audiencia se originó a partir de un pedido de Gerez y de quienes ahora lo acompañan como abogados en la querella. Están convencidos de que este tipo de encuentros y de gestos son los que ayudan al albañil a despegarse del descrédito en el que lo han colocado, primero el ex subcomisario Luis Abelardo Patti cuando puso en duda la idea del secuestro. Y luego, la investigación judicial de Escobar.

“Una de las cosas que planteamos en el encuentro es la preocupación que tenemos por el hecho de que los investigadores siguen intentando investigar a la víctima”, dijo Cesar Civo, penalista de las causas de derechos humanos en Mar del Plata que asesora a Gerez en una causa en la que nadie parece saber bien en qué situación está.

“Para nosotros, por su compromiso con los derechos humanos, Zaffaroni es un referente institucional, y fuimos a verlo en esos términos”, agregó Civo. Durante la reunión, los temas fueron centralmente algunas cuestiones de la causa. Pero, además, se mencionó el tema del traspaso de la causa a al Justicia federal, cuando Civo le preguntó por su postura.

–¿Qué les dijo Zaffaroni?

–Nos preguntó qué es lo que nosotros queríamos hacer con esto, cuando le dijimos que la idea del traslado a la Justicia federal era una de las alternativas en las que pensábamos, nos dijo que entonces no podía hablar porque si era así en algún momento iba a tener que expedirse.

Durante la audiencia, el ministro preguntó algunos detalles de la historia del secuestro de Gerez. Quiso saber por el lugar de cautiverio, aquel misterioso galpón buscado por 4000 hombres de la SIDE, la Policía Federal y la Bonaerense desde hace un mes en los alrededores de Escobar; por el tamaño del vehículo que lo levantó en el barrio Lambertucci el 27 de diciembre y por la forma en la que lo subieron al auto.

El ministro, en cambio, no hizo declaraciones sobre el encuentro. Aun así, sus interlocutores se quedaron con la impresión de que Gerez no tiene el perfil de una persona que pueda sostener una actuación.

Esa posición, que no es más que una impresión, fortalece de todos modos la situación de Gerez en una causa donde él y su entorno fueron foco de cuestionamientos dentro y fuera de las causa. Uno de los ejemplos son las denuncias penales que abrió el equipo de fiscales de Escobar hacia una serie de testigos acusados por “falso testimonio”, en algunos casos o “instigación al falso testimonio”.

El propio Gerez terminó en medio de la embestida: el jueves pasado los fiscales promovieron una denuncia luego de escuchar una desgrabación telefónica con su mujer, con una sugerencia sobre una declaración en la causa. Esa denuncia que salió como “instigación a testigo renuente” hacia la Fiscalía General de Zárate-Campana, no prosperó: terminó bochada por los integrantes del ministerio público local.

La concentración de la causa sobre el entorno de Gerez no tiene elementos de prueba. Lo mismo sucede con la hipótesis de la policía. Lo que llama la atención entre los investigadores extrajudiciales es que, como sucede en toda la provincia de Buenos Aires, fiscales y policías de una misma jurisdicción trabajen “codo a codo” en una causa.