Jue 25.01.2007

EL PAíS

Una joven que nació en la ESMA denunció que recibió amenazas

Le dejaron un papel con la sigla AAA y una cinta azul. Su madre le había puesto un hilo similar para identificarla en el centro clandestino. Tenía que presentarse ante la Justicia.

› Por Martín Piqué

El lunes a las once de la noche, Victoria Donda llegó a su casa con el cansancio típico de quien vuelve de vacaciones. Venía de Entre Ríos y la acompañaban sus afectos. Victoria había elegido la localidad entrerriana de Diamante porque allí solía pasar los veranos su padre, José María Laureano Donda, desaparecido. Cuando la joven llegó al edificio en el que vive se encontró con un papelito en el portero eléctrico. Sobre el papel habían escrito tres letras A con fuertes trazos de birome. La sorpresa –poco agradable para una hija de desaparecidos que recuperó su identidad en 2004– no terminó allí. Luego de subir dos pisos y tras comprobar que la puerta de su departamento estaba entreabierta, se encontró con un moño atado a una cintita azul en el patio descubierto que está adentro de su casa. Tanto ella como quienes la acompañaban tomaron la cintita azul como un mensaje intimidatorio. Victoria nació en la ESMA en agosto de 1977. Su madre, María Hilda Pérez, estaba detenida. Para identificarla le hizo un agujerito en una de las orejas y le pasó una cinta azul.

El martes último, el día siguiente a su regreso de las vacaciones, Victoria iba a declarar en la causa de la ESMA que lleva adelante el juez federal Sergio Torres. Al final no declaró. Tuvo todo el martes ocupado en hacer denuncias, hablar con su abogado y con la Secretaría de Derechos Humanos. La denuncia por amenazas y violación de domicilio fue presentada ante la Justicia y recayó en el juzgado de Torres. Ayer a la tarde, Victoria estuvo en la Casa Rosada acompañada por el subsecretario de Organización Popular, Jorge Ceballos, y por el asesor de Cancillería, Isaac Rudnik. Ambos son dirigentes del Movimiento Libres del Sur, del que forma parte Victoria. La joven estuvo con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.

Reunidos en el despacho de Parrilli, los funcionarios prometieron que el Estado pondrá una custodia especial para proteger a la joven. También le dieron una pulsera para que apriete un botón por si quiere alertar algún movimiento extraño. Junto con Victoria estuvieron Estela de Carlotto, Rosa Roisinblit (Abuelas de Plaza de Mayo) y Marta Vázquez (Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora). Se habían acercado hasta la Casa de Gobierno para transmitirle su apoyo y la solidaridad de esos organismos. Tras la charla con los funcionarios, Victoria se dirigió hasta la sala de conferencias de la Rosada para contarle a la prensa lo que había pasado. La convocatoria quedó en manos del propio Gobierno.

Cerca de las 19, la joven apareció en la sala de conferencias acompañada por Duhalde, Carlotto, Roisinblit y Vázquez. “Ayer me iba a presentar como querellante en la causa ESMA. En ese lugar estuvo secuestrada mi mamá y fue donde me tuvo a mí. Cuando nací, me puso un hilito azul porque pensaba que me iban a dejar en la Casa Cuna y que así me iban a identificar. Si esto era para que no me presente en la causa ESMA no lo van a lograr”, prometió Victoria. “Esto está enmarcado dentro de una campaña para atemorizar a los testigos de los juicios por delitos de lesa humanidad. Es fruto de que por un montón de años haya existido impunidad”, afirmó.

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