Roberto Lavagna se muestra cada vez más cómodo y suelto en su traje de candidato presidencial y no descarta acuerdos para un frente opositor al Gobierno, pero asegura que no le gustan “el amontonamiento” ni los “arreglos de medianoche” para lograrlo. El ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner se presenta ahora como el padre de los éxitos del modelo económico, de los que hace gala el Gobierno. También criticó por “su obediencia” a los gobernadores que se alinearon detrás de medidas oficiales que “perjudican” a sus provincias y municipios, mientras prepara una gira con sus aliados de la UCR por todo el norte del país.

Cada vez que se enfrenta a la prensa, Lavagna elige mostrarse privilegiando el diálogo sobre “propuestas y proyectos” para profundizar su perfil técnico y de gestión. Sin embargo, tampoco se rehúsa a debatir sobre la estrategia que se trazó para armar un frente opositor al oficialismo. “Es obvio que es mejor algún tipo de acuerdo de los sectores que no están con el Gobierno. Yo no descarto acuerdos, pero no me gusta el amontonamiento. Hay que acostumbrarse a trabajar con realidades, no con deseos. Para gobernar hay que hacerlo sobre hechos concretos, no con discursos, arreglos de medianoche”, dijo el ex ministro en una entrevista concedida en Mar del Plata –donde está de campaña– al diario cordobés La Voz del Interior.

Lavagna volvió así a tomar distancia de la propuesta de Juan Carlos Blumberg para unificar a toda la oposición. Lavagna aseguró que tuvo una reunión “amable” con el ingeniero pero afirmó que su respuesta fue “que dejemos esto para discutirlo más adelante. Dentro de tres o cuatro meses cada uno va a tener claro su proyecto y propuestas. Entonces podremos dialogar”. Aunque admitió que hay que trabajar para cambiar la “dispersión de quienes no coincidimos con el Gobierno”.

Tampoco dudó en atribuirse la paternidad del “modelo económico” cuando se le preguntó cómo se hace para enfrentar los éxitos que exhibe el Gobierno. “Primero hay que recordar cuál es el origen del éxito de este plan económico que se puso en marcha en abril de 2002 (cuando él asumió como ministro de Economía del presidente Duhalde)”, contestó Lavagna, que enseguida cargó contra la gestión kirchnerista por aspectos que –según su criterio– todavía no ha resuelto: “Ahora podemos trabajar sobre los temas estructurales que el país no pudo afrontar porque hace años que está en crisis”, afirmó.

Lavagna cuestionó también a los gobernadores peronistas por su “obediencia” a Néstor Kirchner y atar sus economías a la Rosada. “No fueron capaces de ir a decirle al Presidente, que en muchos casos pertenece a su propio partido, que esas políticas perjudicaban sus propias economías y optaron por ser obedientes y hoy se encuentran con una situación de dependencia muy fuerte del Gobierno central”, concluyó.

Una definición que seguramente usará como estrategia en la gira –prevista para la segunda quincena de febrero– que planifica junto a sus aliados radicales por Salta, Tucumán y Catamarca.