El represor Ricardo Cavallo fue liberado en España por unas horas. Alegaron que no habían recibido un pedido de extradición que Argentina sí había mandado. Estaba en el Ministerio de Justicia de ese país.
› Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
Una rocambolesca situación fruto de la falta de coordinación entre la Audiencia Nacional española y el Ministerio de Justicia de ese país permitió que el represor Ricardo Miguel Cavallo estuviera en libertad durante casi veinte horas por las calles de Madrid. Cavallo fue liberado en la noche del lunes por orden de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional porque el tribunal no había recibido la documentación librada por el juez federal Sergio Torres dentro del plazo de cuarenta días que establece el acuerdo de extradición abreviada entre España y Argentina. Aunque fue detenido nuevamente ayer cuando se presentó voluntariamente ante el juez Fernando Andreu luego de que el Ministerio de Justicia enmendara el error haciendo llegar vía fax al despacho del magistrado español la documentación enviada por el juez Sergio Torres desde la Argentina.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia liberó el lunes a Cavallo cumpliendo con lo que había dispuesto ese tribunal el 20 diciembre pasado, cuando consideró que la causa abierta contra el represor de la ESMA correspondía que se resolviera en la Argentina y no en España. El marino había sido capturado en México en agosto del 2000 luego de que su pasado fuera ventilado por el diario Reforma a partir del reconocimiento de un grupo de sobrevivientes de la ESMA. Fue extraditado a Madrid en 2003 en el marco de la causa abierta por el juez Baltasar Garzón.
Luego de la abolición de las leyes de obediencia debida y punto final, la Justicia española consideró oportuno reconocerle a su par argentina el derecho a juzgar al represor, por lo cual a finales del pasado año decidió cerrar el proceso en su contra. Fue entonces que el juez federal argentino Sergio Torres dictó el pedido de extradición que llegó a Madrid en tiempo y forma, sólo que el Ministerio de Justicia español no lo había girado al correspondiente tribunal en la tarde del lunes.
Ricardo Miguel Cavallo decidió presentarse ayer voluntariamente ante la Audiencia Nacional para informarse de la situación en la que se hallaba en relación con el pedido de extradición argentina. El juez español Fernando Andreu decidió entonces volver a encarcelarlo, teniendo en cuenta la gravedad de los delitos que se le imputan. En el auto de prisión, Andreu explica que ha decidido tomar esta medida cautelar teniendo en cuenta los hechos que se imputan, “así como la pena que en su día pudiera imponerse al reclamado, con objeto de asegurar su entrega, en su caso, al país reclamante”.
Pero el proceso de extradición de Cavallo a la Argentina apenas comienza. Uno de los escollos que deberá afrontar ahora la causa es la indispensable aprobación de la Justicia mexicana, un trámite que se presume será lento y burocrático. Finalmente, será el Consejo de Ministros español el que deberá dar el visto bueno para que el ex represor sea enviado finalmente a Buenos Aires.
En Argentina Ricardo Cavallo, al que también se lo conocía con su alias de “Sérpico” en la ESMA, deberá afrontar una causa abierta en su contra por privación ilegal de la libertad, aplicación de torturas con resultado de muerte, extorsión, robo de propiedades de los prisioneros y asociación ilícita. En fuentes judiciales y políticas españolas se da por descontado que la administración de José Luis Rodríguez Zapatero concederá finalmente la extradición del ex marino, aunque se considera que la pelota está ahora en campo de la Justicia mexicana cuya decisión se ha vuelto imprescindible para que ésta sea llevada a cabo.
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