EL PAíS › EN EL CONGRESO, KIRCHNER DESCARTO NEGOCIACIONES POR EL CLUB DE PARIS
En su discurso en la apertura de sesiones, el Presidente realizó un balance de su gestión. Criticó a Tabaré Vázquez por negarse a negociar en el conflicto por las papeleras. Pidió a Casación que apure las causas por derechos humanos, recordó a López y habló de Gerez.
› Por Eduardo Tagliaferro
Apenas asomó su nariz por el recinto de Diputados, los papelitos con la consigna “Fuerza Kirchner” alfombraron las bancas y el estrado. Las barras le pedían: “Ponga huevos, Presidente, que a la patria vamos a liberar”. Una hora más tarde de la prevista, Néstor Kirchner saludó a la Asamblea Legislativa y comenzó a desgranar un largo balance de sus cuatro años de gobierno. No entregó anuncios a futuro. A diferencia de anteriores presentaciones ante el Congreso, se mostró cómodo cada vez que se apartó del mensaje escrito. Algo que hizo en casi una veintena de oportunidades. Para los legisladores opositores el tono tuvo mucho de campaña electoral. Eso sí, sus palabras no dejaron entrever si el candidato a presidente por el oficialismo será pingüino o pingüina. Reivindicó el diálogo con Uruguay para resolver el conflicto de las papeleras y, hablándole a su par Tabaré Vázquez, señaló que “negociar no es hacer únicamente lo que ustedes creen. Eso no es negociar, es acatar”. Las investigaciones de las causas por derechos humanos se llevaron más de un párrafo y les pidió “a la Cámara de Casación y a los jueces que apuren los procesos”. Mención especial tuvo para el desaparecido testigo del juicio al represor Miguel Angel Etchecolatz, el albañil Jorge Julio López. “Estamos haciendo todo para encontrar con vida a nuestro amigo López”, dijo.
Al repasar el conflicto con Uruguay, Kirchner afirmó: “No encontré voluntad negociadora”. Para ratificarlo señaló que “es muy difícil negociar cuando se nos dice esto o nada”. No perdió la oportunidad de decir a los uruguayos que con la instalación de las pasteras “creo que en términos históricos están cometiendo un error estratégico”. También criticó lo que calificó como “política de hechos consumados”.
Antes de la llegada de Kirchner, desde los dos gigantes tableros del recinto se podían seguir las imágenes seleccionadas que Canal 7 capturaba en la Plaza del Congreso. Afuera llovía, adentro también. Algunas gotas caían sobre las bancas de los legisladores más tempraneros por culpa del mal estado del techo. Los ministros eran los más requeridos. Cada saludo iba acompañado de algún diálogo. No por casualidad los legisladores suelen acumular muchos pedidos en sus carpetas. Un apretón de mano le dedicó el ministro de Planificación, Julio De Vido, a cada uno de los gobernadores. Más efusivo –se besaron– fue el saludo con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman. A esa altura el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aún no había ocupado su asiento. Igualmente, no se lo pudo ver cerca de Telerman. La disciplinada melena del cordobés José Manuel de la Sota se movía acompasada cada vez que algún diputado o senador de la Docta le daba un beso.
Dos horas con veinte minutos le llevó a Kirchner su discurso. En ese tiempo cosechó unas cincuenta tandas de aplausos. El primero de ellos surgió cuando dijo que “la economía argentina está transitando su quinto año consecutivo de crecimiento”. Párrafo a párrafo las cifras fueron inundando el recinto. Si no alcanzaba con la gran cantidad que estaba impresa en el mensaje, en varios momentos, en los que Kirchner se apartó del texto impreso, subrayó algún otro dato económico. Lo repitió hasta que se cansó, más o menos cuando llevaba una hora y media de lectura. Destacó el descenso del desempleo en el último trimestre de 2006, cuando recién lo esperaba para 2007.
La primera de las dos menciones que hizo a Juan Domingo Perón fue luego de comentar que “la participación de los asalariados en el PBI subió desde el 34,3 por ciento en 2003 al 41,1 en 2006”. Volviendo a las fuentes del peronismo destacó que “obviamente no estamos en el 50 por ciento histórico que existía en el gobierno de Perón”.
No desperdició la oportunidad para criticar a los analistas económicos que habían vaticinado un aumento de la inflación, crisis energética u otros males por el estilo. Afirmó que los datos mostraban un “crecimiento con derrame”. Reivindicó la obra pública y la construcción. “Esos gorritos amarillos”, dijo destacando el aumento de afiliados que hoy muestra la Uocra.
Habló de la Ley de Financiamiento Educativo, criticó, por fallida, la Ley Federal de Educación de los años ’90, mientras las cámaras enfocaban al ministro y candidato K, Daniel Filmus. Tuvo elogiosos párrafos para la creación de AySA y la renegociación de los contratos con las empresas de servicios públicos.
Mauricio Macri, que había llegado media hora tarde, apartó sus anteojos y levantó la vista cuando Kirchner reivindicó la gestión estatal del Correo Argentino. Su padre fue el fallido gestionador privado. En otro pasaje del discurso se acordó del líder del PRO. No lo nombró, claro está, pero no cabían dudas de quién hablaba cuando mencionó “a los que recién ahora descubren la pobreza”.
Entre otras definiciones, Kirchner dijo:
- Sobre derechos humanos. “Los valientes de ayer hoy le tienen miedo a la Justicia. Yo no quiero venganza. La vida me ha premiado. Cada uno sabe lo que le tocó pasar. Vimos una sinrazón de locos que hicieron lo que pensamos que nunca se pudiera hacer. No pido que los fusilen, ni que los tiren al mar desde los aviones. Pido que tengan cárcel común. Les pido a la Cámara de Casación y a los jueces que apure los procesos. Es hora de que se hagan sentir los pasos de la Justicia.”
- Sobre los indultos. “Siempre estuve en contra de los indultos. Algunos apresurados querían que tomemos nosotros alguna decisión”, dijo ante el procurador general, Esteban Righi, y los integrantes de la Corte Suprema que tienen el tema en agenda.
- Sobre el caso Luis Gerez. “Cómo pueden pensar que se trató de algo armado, en qué cabeza cabe.”
- Sobre las leyes de obediencia debida y punto final. “Voy a contar algo por primera vez. Antes de asumir, esa Corte Suprema independiente que teníamos me dijo que podían declarar la constitucionalidad de las leyes y sacarme el problema de encima. Yo dije ‘por qué no me lo dejan a mí, así puedo sacar un rédito político’. Así ganamos una semana. Hubo políticos implicados en este complot. Si me desmienten, capaz que saco un libro.”
- Sobre el Fondo Monetario. “Somos soberanos. De acá vamos a hacer un acuerdo con el Fondo.”
- Sobre Venezuela. “Cuál es el riesgo de tener y compartir con Venezuela el Bono del Sur. Es hora de que tengamos mayoría de edad. Este país será siempre americanista, independiente, más allá de quiénes gobiernen en sus pueblos.”
- Sobre la Ley de reforma previsional. “Terminamos con la dictadura. Siempre quisimos dar ese paso, siempre soñé con eso.”
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