“Basura.” Así calificó la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, a Carlos Menem. Fue en 1991, en una entrevista concedida a un canal de televisión de España. El entonces presidente inició una causa por desacato, que luego se transformó en una querella por injurias. Ayer, la Corte Suprema consideró que el expediente había prescripto y cerró el caso.

El fallo fue firmado por todos los ministros del máximo tribunal: Ricardo Luis Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay. Pero algunos de ellos fundamentaron su voto por separado.

La resolución de la mayoría, basada en el dictamen del procurador general de la Nación, Esteban Ri-ghi, sostuvo que “con arreglo a reiterada doctrina de esta Corte, la prescripción es de orden público y debe ser declarada de oficio por el Tribunal a fin de evitar la continuación de un juicio innecesario”.

Menem querelló a Bonafini por considerar “lesivas hacia la dignidad y el decoro presidencial” las palabras de la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, quien lo calificó de “basura” por haber otorgado los indultos a los jefes militares condenados por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. La denuncia fue presentada inicialmente por desacato, pero ante la derogación de ese delito, Menem solicitó que la acusación fuera por injurias. La causa llegó a la Corte por un recurso extraordinario realizado por Jorge Anzorreguy, en representación de Menem.

La Cámara Federal había declarado la nulidad del caso y el sobreseimiento definitivo de Bonafini al entender que el cambio de carátula no había significado “una mera variación del encuadre jurídico, sino un nuevo ejercicio de la acción penal”. En 2003, la Corte Suprema contradijo esta decisión con los votos de Fayt, Augusto Belluscio, Guillermo López, Juan Carlos Maqueda y Adolfo Vázquez. Antonio Boggiano y Petracchi se opusieron. Ahora, más de quince años después del hecho, la misma Corte con otra composición dio por cerrado el caso.

En 1998, cuando el expediente llevaba más de siete años abierto, Bonafini expresó: “El presidente Menem no ha podido comprobar que no es una basura. Yo le di una opción para que elija, porque basura significa lo que se recoge del suelo, el estiércol o lo que repugna y, para mí, podría elegir de las tres cosas que quisiera”.