Dom 15.04.2007

EL PAíS  › DIALOGO CON MICHETTI, OLIVERA Y HELLER

La hora de los vice

Fueron la gran intriga del armado electoral porteño y sus nombres terminaron de redondear alianzas y perfiles políticos. Aquí explican sus ideas, cuentan qué aportarán si ganan y hablan de sus rivales.

ENRIQUE OLIVERA, SEGUNDO DE TELERMAN
“Esto no tiene nada que ver con la Alianza”

Imagen: Sandra Cartasso

Por Wernet Pertot

“Telerman es el anti-Macri. No lo es Filmus, por una cuestión de presencia”, arroja Enrique Olivera. El candidato a vice de Jorge Telerman se reclina en su sillón y suelta la frase sin ironía, como constatando un hecho. Un solitario cuadro de Leandro N. Alem decora su oficina en la Legislatura, en la que no quedan ni rastros de su paso por la Alianza. Con hidalguía, Olivera critica a Macri por su distanciamiento con Jorge Sobisch: “La sensación que me quedó es que lo negó como San Pedro a Cristo”, dice en diálogo con Página/12.

Enrique José Olivera Padilla –tal es su nombre completo– lleva en sus palabras los modos de quienes tienen como destino final la Guía Filcar. De hecho, la avenida Olivera se llama así en honor a su bisabuelo Domingo Olivera, amigo de Bernardino Rivadavia. Y la antiquísima casona de los Olivera se yergue aún en el Parque Avellaneda (antes Parque Olivera). Hermano del abad general de la Orden de Monjes Trapenses, Olivera tuvo un tradicional paso por el rugby –fue campeón de Alumni en Primera– por el Club de Armas y por el Jockey Club. Con un posgrado en management en Harvard, fue miembro del comité ejecutivo de Fiat y del Banco Francés. En 1986 el presidente Raúl Alfonsín lo convocó para que condujera el Holding de Empresas Públicas y en 1988 lo nombró secretario de Turismo.

En 1996 asumió como vicejefe de gobierno de Fernando de la Rúa, un viejo amigo suyo, y gobernó la ciudad un año, cuando De la Rúa asumió como presidente. Luego pasó al frente del Banco Nación, donde continuó por pedido de Eduardo Duhalde hasta abril de 2002. En 2005 se sumó a la coalición de Elisa Carrió y fue el principal negociador del acuerdo con Telerman. “Tengo un master en facilitación del diálogo”, señala, como todo secreto de la forma en que logró aunar una fórmula entre esas dos figuras.

–¿Telerman era el “candidato sorpresa”?

–No lo sé. Evidentemente, fue sorpresa para mucha gente.

–¿En qué sentido es un “riesgo” Telerman, como dijo Carrió?

–Toda coalición supone riesgos, porque conviven en ella gente con ideas distintas, pero que persiguen los mismos valores. Es un tipo de organización que se adecua al mundo moderno. La prueba está en que en Europa son constantes: en Italia, en España, en Alemania. La referencia al riesgo tiene que ver con la innovación.

–Telerman dijo que se alió “por convicción y necesidad”.

–Cuando nos reunimos con Jorge, empezamos a hablar de la ciudad, porque somos dos apasionados, y nos dimos cuenta de que tenemos la misma visión. Teníamos el motor de nuestro amor por Buenos Aires y una oportunidad política. Y había que aprovecharla.

–Usted dijo que él era parte de la interna del PJ, ¿qué cambió?

–No sé. Que Telerman es peronista no es ninguna novedad... Ahora, es un justicialista muy particular: alcanza con mirarlo y escucharlo. Y es un peronista con respeto a los valores republicanos.

–¿A diferencia de Filmus?

–No, no estoy hablando de Filmus. Creo que es una buena persona. Pero Telerman es el anti-Macri. Filmus no, por una cuestión de presencia.

–¿Cómo evalúa las renuncias que viene sufriendo el gobierno porteño?

–Francamente, son muy pocos los que se han ido.

–Si ganan la ciudad, ¿va a ocupar funciones ejecutivas?

–Sí.

–¿En qué áreas?

–No, no lo hemos acordado. No hay aquí un reparto de ministerios.

–Dígame cuáles serían sus prioridades.

–Pero, sin duda. Completar la autonomía, lo que quiere decir que la ciudad tenga policía.

–Un reclamo que comparte con Macri o Filmus.

–¡Bueno fuera que no! En el caso del ministro Filmus, tendría que darle un codazo a su colega de gabinete, el ministro del Interior.

–Macri centra su campaña en la seguridad. ¿En qué se diferencia?

–Nosotros no tenemos un enfoque unidimensional. Nuestro enfoque es integral, porque en última instancia lo que tiene que resolver son las inequidades sociales. En la sociedad moderna la seguridad se coproduce. Fundamentalmente, las comunas tienen que controlar a la policía. Y así como le hablé de la seguridad, también tengo obsesión por la limpieza, el tránsito, la educación y salud.

–A Telerman lo apoyan Carrió, los socialistas, la UCR, Libres del Sur y UCeDé. ¿Qué los une?

–El programa en común lo hemos estado trabajando desde hace una semana. Y lo vamos a hacer público en veinte días, cuando hagamos un lanzamiento.

–Por las diferencias, el Gobierno agitó el fantasma de la Alianza.

–Esto no tiene nada que ver con la Alianza, es una coalición muchísimo más amplia. Es una tontería, porque pensá que se hundió el “Titanic” y no por eso los transatlánticos han dejado de ser utilizados.

–Esperemos que no sea tampoco el “Almirante Irízar”.

–No, no. Las diferencias con la Alianza son tan grandes que no cabe ni siquiera la comparación.

–Pero, ¿cómo convive con Hebe de Bonafini, que dice que usted es “la derecha fascista”?

–Esa es la característica de las coaliciones. Sirven para lograr el grado de legitimidad para salir de crisis. Y salimos de la crisis de Cromañón.

–¿Le cabe alguna responsabilidad política a Telerman por Cromañón?

–El vicejefe tiene las funciones ejecutivas que le delega el jefe de Gobierno. Si no le delegaron funciones, es obvio que no tiene responsabilidades. Es de libro.

–¿El asesinato del docente neuquino influye sobre la campaña porteña?

–Bueno, es claro que era un socio político de Macri y que es responsable, ya que es el gobernador.

–Macri salió rápidamente a despegarse.

–Sí, eso me sorprendió, porque la sensación que me quedó es que lo negó como San Pedro a Cristo. No estoy en contra del aumento, pero sería bueno que el ministro de Educación reflexione sobre los procedimientos que utilizó para darlo. Pensemos en lo que pasa en Santa Cruz. No creo que el Presidente esté muy contento. Obviamente, nadie puede sacar la conclusión de que Filmus tiene la culpa de lo que pasó en Neuquén.

CARLOS HELLER, vice DE DANIEL FILMUS
“La expresión progresista con chance”

Imagen: Leandro Teysseire

Por Santiago Rodríguez

“Una ciudad más inclusiva, más justa, más solidaria”, es lo que en caso de ganar las elecciones porteñas promete Carlos Heller, quien –en nombre de Diálogo por Buenos Aires– secunda al candidato K a la Jefatura de Gobierno, Daniel Filmus. Con la mira puesta en sus adversarios, Heller sostiene que “hoy por hoy la única expresión verdaderamente progresista entre las fórmulas con chances es la nuestra” y llama a los ciudadanos a repasar “la historia de cada uno”. En ese punto, exhibe su trayectoria como presidente del Banco Credicoop y subraya: “Administramos intereses de terceros y hemos demostrado que somos capaces de hacerlo con eficiencia”.

–¿Qué propone Heller para la ciudad?

–Heller forma parte de un proyecto que en primer lugar se expresa en el Partido Solidario, que se integra a Diálogo por Buenos Aires, junto con (Miguel) Bonasso y (Aníbal) Ibarra, y que aceptó la propuesta del Frente para la Victoria para conformar una coalición. Proponemos trabajar para una ciudad más inclusiva, más justa, más solidaria, que aproveche todo su potencial y sus recursos para resolver los enormes desequilibrios entre el norte y el sur de la ciudad, entre los que más tienen y los que menos tienen; una ciudad que haga de la inclusión y de la búsqueda de la igualdad de oportunidades el centro de todas sus políticas.

–Un porteño podría pensar que son las mismas cosas que prometen todos los candidatos en cada campaña.

–Los ciudadanos deberían pensar y ver la historia de cada uno. Hoy por hoy la única expresión verdaderamente progresista entre las fórmulas con chances es la nuestra. De la de Macri no hacen falta mayores comentarios y la de Telerman-Olivera es tan heterogénea que se hace muy difícil calificarla; allí conviven sectores del macrismo con el Coti Nosiglia y la UCeDé y para que el ARI participe, hubo que intervenirlo.

–De Filmus seguramente dirán va a ser manejado desde la Casa Rosada.

–Hemos conformado una coalición que excede al kirchnerismo. Nuestro compromiso con la ciudad y que Filmus tenga el respaldo pleno del gobierno nacional significan un aval. Muchos de los problemas de la ciudad requieren de buen diálogo con la Nación y con la provincia; nuestro proyecto tiene ventajas para resolver temas como la contaminación de las cuencas del Riachuelo y el Reconquista o los problemas de la seguridad.

–Si la fórmula Filmus-Heller es la única que expresa al progresismo, ¿cómo se explica que haya dirigentes que se referencian como tales con Telerman y también en otros espacios?

–No soy yo el que me lo tengo que explicar; lo tienen que explicar los que están en esos espacios o en todo caso lo deberán ponderar los ciudadanos.

–Como partícipe de lo que fue el Encuentro de Rosario, ¿cuál es su análisis de las dificultades que nuevamente exhibe el centroizquierda para coincidir en un mismo espacio? Claudio Lozano, por ejemplo, también integró ese nucleamiento y ahora se postula por su cuenta.

–Nosotros hemos trabajado como ninguno por sostener el Encuentro Nacional por la Soberanía Popular. Traté por todos los medios de mantener una alianza con Lozano y que su espacio y Diálogo por Buenos Aires se pudieran unificar, pero no tuve éxito.

–¿La falta de unidad del centroizquierda tiene raíces políticas o el problema es la personalidad de sus dirigentes?

–Es más fácil que la derecha se unifique y pasa siempre: elige un candidato y se encolumna detrás. Las ideas progresistas tienen muchos más matices y variedad; es universalmente así y es una complejidad propia del espacio. Una cosa es mantener el statu quo y otra discutir cambios, porque discutir nomás la intensidad, la metodología de los cambios y todo lo demás abre un abanico mucho más grande que cuando se trata de mantener lo que ya está.

–¿Qué matiz le aporta Diálogo por Buenos Aires al kirchnerismo?

–El Frente para la Victoria quiere dar una señal muy clara de que su propuesta para Buenos Aires es de definido carácter progresista. La alianza con nosotros muestra esa voluntad. El sentido de nuestra coalición es amplitud y profundidad en cuanto a la vocación de ir a fondo para generar una Buenos Aires más igualitaria y de mejor calidad de vida, para tener una salud pública que nos llene de orgullo, para ir hacia una educación pública de excelencia, para mejorar el transporte público.

–Le van a preguntar por qué no lo hizo Ibarra mientras gobernó.

–El candidato a jefe de Gobierno es Filmus, Ibarra va a ser legislador y la experiencia de gestión que tuvo lo va a convertir en un legislador de lujo. Es un valor agregado positivo al proyecto que vamos a liderar. Me imagino el aporte que puede hacer también Ginés (González García) como legislador.

–¿Cómo se plantea la convivencia dentro de la coalición si llegan al poder, habida cuenta de la desigual correlación de fuerzas entre el kirchnerismo y Diálogo por Buenos Aires?

–En lo que a mí respecta, tengo la responsabilidad constitucional de presidir la Legislatura. Daniel, además, me ha planteado que podría colaborar en algunas cuestiones ejecutivas que tienen que ver con los temas de desarrollo productivo, del rol de la pequeña y mediana empresa, a las cooperativas del ámbito de la ciudad, a temas de financiamiento. Tengo una amplia experiencia exitosa en una entidad cooperativa que tiene muchísimas similitudes con la función pública. Nosotros administramos intereses de terceros y hemos demostrado que somos capaces de hacerlo con eficiencia.

–¿El candidato a vencer es Macri?

–Como en el fútbol: para ser campeón hay que ganarles a todos. La segunda vuelta es una competencia entre dos y estamos convencidos de que vamos a ser uno de esos dos.

GABRIELA MICHETTI, FORMULA CON MAURICIO MACRI
“Vencer en el corazón y la cabeza”

Imagen: Sandra Cartasso

Por Santiago Rodríguez

Gabriela Michetti es, al final, la única candidata a vicejefa de Gobierno en las fórmulas con chance de ganar las elecciones porteñas del 3 de junio. Acompaña a Mauricio Macri y dice que esta vez, a diferencia de 2003, tienen “buenas posibilidades” de triunfar. “Podemos mostrar lo que hicimos desde el punto de vista parlamentario”, remarca la presidenta del bloque macrista en la Legislatura y machaca con eso de que Jorge Telerman y Daniel Filmus “forman parte del mismo espacio que viene gobernando la ciudad desde hace años”, además de calificar de “revanchista” a Aníbal Ibarra. “Diría sin problemas que somos de centroderecha si al centroderecha se lo considerara acá moderno y democrático como se lo considera seriamente en otros países del mundo”, es la fórmula que elige Michetti para definir ideológicamente al macrismo.

–¿Qué piensa hacer como vicejefa de Gobierno?

–Suponiendo que ganemos, voy a ser un vínculo entre el Ejecutivo y el Legislativo con densidad e identidad real y no en los papeles. Mauricio me ha pedido, además, ser la voz y los ojos de lo que está pasando en el Gobierno en relación con los problemas de la gente.

–¿No se tiene fe para ganar que dice “suponiendo que accedamos a la gestión”?

–Los políticos siempre dicen “vamos a ganar” y me parece poco creíble no tener dudas, además de soberbio. Lo que sí puedo decir es que tenemos buenas posibilidades de ganar. Estamos mejor que en 2003.

–¿Por qué mejor que en 2003?

–Porque en 2003 había una situación difícil a la que llamo la pelea de la agresión y la defensa verbal. Nosotros no habíamos tenido ninguna gestión en la política más allá de los prejuicios sobre Macri. En 2003 sólo nos quedaba defendernos; hoy podemos mostrar lo que hicimos desde el punto de vista parlamentario y eso nos coloca en un lugar más concreto.

–¿Cómo cree que podrían sortear el gran obstáculo que parece ser para ustedes una eventual segunda vuelta?

–Más allá de mostrar nuestra tarea parlamentaria, Macri ha dado muestras de su voluntad de quedarse en la política. Eso va a ser importante para una segunda vuelta y también el hecho de que Telerman y Filmus forman parte del mismo espacio que viene gobernando la ciudad desde hace años; los dos integraron el gabinete de (Aníbal) Ibarra. La ciudad se ha ido deteriorando en todos sus indicadores y claramente no está mejor hoy que hace algunos años. Tenemos que buscar también que la gente apueste por una transformación local y no por si apoyamos o no a Néstor Kirchner.

–¿Cómo define en términos ideológicos al espacio que integra?

–Me parece que en términos de categorías tradicionales no hay una definición para darle a este espacio.

–¿No es centroderecha?

–Habría que ver qué es el centroderecha en la Argentina; hoy decir acá centroderecha parece mala palabra. Hasta que no pongamos blanco sobre negro qué se dice cuando se habla de centroderecha y de centroizquierda, nuestra obligación es no encorsetarnos ideológicamente.

–¿Y entonces?

–Bueno, en nuestro espacio hay un matiz ideológico interesante. Yo soy socialcristiana. Diría sin problemas que somos de centroderecha si al centroderecha se lo considerara acá moderno y democrático como se lo considera seriamente en otros países del mundo.

–¿Con quién preferiría disputar un hipotético ballottage?

–Lo más complicado que tenemos que vencer está en el corazón y la cabeza de la gente: primero, si va a ir a votar cuestiones locales o política nacional; segundo, si va a ir a votar con esperanza y expectativa de cambio. Ese es el desafío; no Filmus ni Telerman, que representan al mismo espacio político dividido en dos por una cuestión plenamente coyuntural y personalista. Todos sabemos que el problema de fondo es que el jefe de Gabinete (Alberto Fernández) no tiene una buena relación con Telerman y entonces inventaron otro candidato; ni el propio Filmus tiene demasiado entusiasmo por ser candidato a jefe de Gobierno porque es un hombre muy ligado a la educación y prestigioso en ese ámbito.

–¿Cómo analiza la decisión de Telerman de asociarse con Elisa Carrió?

–Telerman está necesitando generar estrategias electorales que le sumen intención de voto y el ARI era un sector político a sumar. Son los ciudadanos los que tienen que juzgar.

–¿Qué opina de la convocatoria de Telerman a la consulta popular por la policía?

–Me parece mal, es un tema electoralista. Es una redundancia preguntarles a los vecinos porque la Constitución local establece que la ciudad debe tener su policía.

–Usted comparó a Telerman y Filmus con Ibarra, ¿son lo mismo?

–Son del mismo espacio político y tienen la misma disociación entre el discurso y la gestión. A Telerman le reconozco una diferencia con respecto a Ibarra, que me hizo tener una relación distinta: logró generar un diálogo entre el Ejecutivo y el Legislativo.

–¿Se le hace más difícil confrontar con Telerman en función de la amistad que tienen?

–Siempre me resulta difícil, por mi personalidad, confrontar personalmente. En lo político me gusta confrontar con ideas y proyectos.

–Usted dijo que le preocupa que Ibarra vuelva a ser candidato “como si nada”, ¿qué le inquieta?

–Es legal y jurídico que se presente, pero me llama la atención su estilo revanchista porque en el medio hubo un proceso institucional de juicio político que dictaminó su mal desempeño y fue ratificado por el Tribunal Superior de Justicia. Me sorprende lo actitudinal.

–Si tuviera que aconsejar, ¿qué le diría a Macri que hiciera con su sociedad con Sobisch?

–Por más que uno tenga o haya tenido acuerdos con Sobisch, uno no puede apoyar cualquier cosa. Lo que pasó en Neuquén es una barbaridad. La política educativa funciona mal y tampoco funcionó la de seguridad; tener una fuerza policial no profesionalizada y con elementos de las características de este policía es una bestialidad.

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