Los docentes provinciales y la CTA intentaron una negociación en Buenos Aires. Sin los resultados esperados, vuelven a parar.
Los maestros santacruceños vuelven a parar. Un congreso de delegados de la Asociación Docente de Santa Cruz (Adosac) decidió iniciar mañana una huelga de cuatro días en demanda de mejoras salariales y el blanqueo de las sumas no remunerativas en su liquidación de haberes, en el marco de la dura disputa gremial que continuará el jueves con un paro de 24 horas de los empleados públicos y una marcha convocada por la Mesa de Unidad Sindical que terminará frente a la Casa de Gobierno en Río Gallegos. Sin resultados en la apertura de canales de diálogo con las autoridades provinciales y nacionales que Adosac y la CTA intentaron sin suerte en Buenos Aires, los maestros resolvieron seguir con un plan de lucha que prevé otro paro de 96 horas para la semana que viene, si no hay acuerdo.
Los maestros anunciaron un paro de 96 horas a partir del martes, y una segunda medida de fuerza de igual duración a partir del lunes 23, además de ratificar el estado de “asamblea permanente”, lo que representa un endurecimiento de la protesta docente que comenzó el 5 de marzo con el inicio del ciclo lectivo. Adosac también volvió a reclamar la derogación de la Ley de Emergencia Económica de Santa Cruz, aprobada 17 años atrás, que suspende las negociaciones paritarias entre la gobernación y el personal estatal de la provincia.
La disputa entre el gobierno provincial y los trabajadores se agravó hace diez días, cuando cientos de efectivos policiales, de la Gendarmería y de la guardia de infantería –por orden del Ejecutivo santacruceño– se apostaron en las afueras de las escuelas para “evitar” el ingreso de los maestros durante los fines de semana o que éstos tomen los establecimientos educativos en reclamo del cumplimiento de sus demandas.
El intento mediador de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) también fracasó en Buenos Aires, hasta donde habían llegado los dirigentes de Adosac, Pedro Muñoz y Eduardo James, en busca de interlocutores para destrabar el conflicto. Pero la toma de la Legislatura santacruceña por parte de empleados estatales –la noche del jueves–, cuando los legisladores del PJ votaban una declaración que intimó a los docentes a dejar de lado las medidas de fuerza, volvió a cerrar todos las vías de comunicación con el gobierno nacional.
La decisión de desalojo firmada por la Justicia hizo que los manifestantes resolvieran abandonar la Legislatura provincial en forma pacífica tras 15 horas de ocupación. Pero la situación tensó aún más la relación entre el gobierno y los dirigentes gremiales. Una muestra fue la declaración del ministro de Gobierno de Santa Cruz, Daniel Varizat, quien calificó a los manifestantes como “un pequeño grupo de vándalos”.
La respuesta de docentes y estatales no se hizo esperar. Los maestros resolvieron en un congreso provincial iniciar un paro de 96 horas y anunciar otro similar a partir del lunes próximo, si no hay negociaciones. Los empleados públicos se sumarán a los maestros con un paro de 24 horas el jueves, y la Mesa de Unidad Sindical –que congrega a ATE, Judiciales, Municipales y Adosac– marchará ese mismo día hacia la Casa de Gobierno para volver a reclamar mejoras salariales.
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