Néstor Kirchner habló en el acto donde la comunidad judía recordó el Holocausto y el Levantamiento del Ghetto de Varsovia y reafirmó “el compromiso indeclinable para esclarecer los ataques” a la Embajada de Israel y la AMIA.
› Por Raúl Kollmann
“Lo digo aquí como lo vengo diciendo en todo el mundo. La Argentina sufrió los dos brutales atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA y fue terrible cómo la Justicia miró para otro lado. Y nosotros hemos visto cómo, en aquellos años, en lugar de investigar y condenar a los culpables, se intentó taponar, llenar de trabas la búsqueda de la verdad. Nosotros reafirmamos nuestro compromiso indeclinable para esclarecer los ataques.” Con estas palabras, fuera de libreto, el presidente Néstor Kirchner cerró anoche el acto de recordación del Holocausto y, en especial, del Levantamiento del Ghetto de Varsovia, la rebelión de los partisanos de ese ghetto contra la maquinaria nazi.
En una ceremonia llena de emoción, en la que también hubo expresiones artísticas –el cantante Juan Carlos Baglietto fue ovacionado–, la comunidad judía argentina realizó su acto anual del Día del Holocausto. Unas 1600 personas colmaron el Auditorio de Belgrano. Además del Presidente, estuvieron el vicepresidente, Daniel Scioli; los ministros Aníbal Fernández y Alberto Iribarne, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman; su antecesor, Aníbal Ibarra; y un nutrido grupo de legisladores y funcionarios.
Uno de los temas más calientes de la noche fue la polémica sobre Irán, incluyendo críticas al viaje que realizaron Luis D’Elía, el sacerdote Luis Farinello y el ex diputado Mario Cafiero. Como se sabe, al presidente Mahmud Ahmadinejad se le adjudica haber negado el Holocausto y tener la postura de que el Estado de Israel debe desaparecer. Además, en el medio está el desarrollo nuclear iraní, el petróleo, una fuerte ofensiva norteamericana y la posibilidad de que el presidente George W. Bush ordene una invasión. El embajador de Israel en la Argentina, Rafael Eldad, y el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, señalaron a Irán como una amenaza y dijeron que el Holocausto es un antecedente de lo que puede ocurrir si el mundo no presta atención a las amenazas.
La misma presencia de Kirchner ya marcaba una diferencia con la supuesta postura iraní. Pero cuando terminó de leer su discurso, el Presidente improvisó los párrafos que terminaron siendo los más contundentes. “La lucha contra la opresión no es nunca una lucha sin esperanza –dijo, refiriéndose a los combatientes del Ghetto de Varsovia–. La opresión es siempre vencida por la convicción y el heroísmo de los pueblos. A algunos les molesta que hable del Holocausto, pero nosotros tenemos convicciones. No cambiamos de posición por una moneda, por mil monedas o mil millones de monedas en exportaciones. El hermano Estado de Israel existe, el Holocausto existió y los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, los atentados que vivimos en la Argentina, existieron. Yo no tengo un pie en cada lado y hago el equilibrismo de los diplomáticos para tratar de quedar bien con uno y con otro. Yo quiero trabajar con ustedes para saber la verdad y encontrar a los culpables de los atentados.”
También se destacó en el acto la presencia de unos cincuenta sobrevivientes de la masacre nazi. Francisco Wrichter, presidente de la Asociación de Sobrevivientes, se quejó de que no los convocan lo suficiente para que en las escuelas y en todos los centros educativos puedan contarles a las nuevas generaciones lo que fue la maquinaria de aniquilación del Tercer Reich. El propio titular de la DAIA, Donzis, también hizo una referencia a la cuestión. “Ustedes, los jóvenes, integran la última generación que tiene la oportunidad de escuchar de boca de los sobrevivientes el testimonio intransferible del que son portadores. Invítenlos a las escuelas, a sus universidades, y así contribuirán a educar para la vida, a combatir el odio y la discriminación.”
Al finalizar el acto, el Presidente fue invitado a encender una de las seis velas en homenaje a las seis millones de víctimas judías del Holocausto. Hubo sólo un grupo de ocho jóvenes que en el fondo de la platea le dio la espalda, pero fue repudiado –en algún caso a los gritos– por el resto de los asistentes. El primer mandatario tomó la consigna que antes formularon los demás oradores: “Pese a todo, estamos aquí”. Mir zeinen do, en el idish de la mayoría de las comunidades judías europeas de la época del Holocausto.
“Recordar es tener memoria del dolor, para poder seguir con la lucha. Recordar tiene que comprometernos a defender la vida en democracia. Para nosotros, que ponemos los derechos humanos en el centro de la política, conmemoraciones como la presente tienen un inmenso valor”, concluyó Kirchner.
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